Un ‘sí por la vida’ unió a Belén y Mari Ángeles hace casi cuatro en una batalla que a día de hoy siguen peleando juntas. Desde que Mari Ángeles llegó a Redmadre “desesperada y muerta de miedo”, Belén no la ha dejado sola en ningún momento. No lo hizo cuando le aconsejaron que abortara porque el pequeño F. venía con una enfermedad debajo del brazo. Tampoco cuando tuvo que pasar más de cuatro meses día y noche en el hospital viendo cómo su hijo se debatía entre la vida y la muerte. Y mucho menos cuando a los pocos meses volvió a quedarse embarazada y sus miedos le hacían dudar sobre una solución que en el fondo no quería.
Mari Ángeles tiene 42 años y cuatro hijos a su cargo. Los mayores, de 17 y 12 años, han tenido que crecer más rápido de lo que a ella le hubiera gustado porque una dura batalla golpeó de pronto a la familia. “Dios le da sus peores batallas a sus mejores guerreros”, dice con orgullo al mostrar su brazo, marcado por la tinta para siempre con esta frase y con el nombre del pequeño F., al que prefiere mantener en el anonimato -al igual que a sus otros hijos-.
B. y J. habían nacido sanos y habían tenido una infancia feliz, pero cuando Mari Ángeles se quedó embarazada del pequeño F., “la situación familiar se complicó”. En las primeras ecografías detectaron que el bebé tenía una tetralogía de fallot y le recomendaron “la posibilidad de abortar”. Fue entonces cuando una vecina le habló de Redmadre y le aconsejó ir a pedir ayuda. “A las 20 semanas de embarazo me dijeron que mi hijo venía con una enfermedad del corazón muy complicada y que me podía acoger a la ley del aborto, pero desde el primer momento dije que no. Tenía claro que si Dios me lo había mandado, yo no lo iba a matar. Pero claro, estaba muerta de miedo porque hasta que no naciera no sabían cómo iba a evolucionar y mi situación económica era muy mala. Así que vine a Redmadre con una crisis de ansiedad muy gorda y echa un mar de lágrimas. No sabía ni quiénes eran ni a qué se dedicaban, sólo que me habían dicho que me podían ayudar”, cuenta Mari Ángeles con la voz quebradiza.
«Desde el primer momento dije que no abortaba. Tenía claro que si Dios me lo había mandado, yo no lo iba a matar»
La Fundación Redmadre ofrece “ayuda ante embarazos inesperados” y acompaña a todas aquellas mujeres que quieren seguir adelante con sus hijos pero que ven el aborto como la única salida por la falta de medios y recursos. Desde que la Asociación se instaló en Málaga en el año 2008, ya han atendido a más de 2.500 mujeres (según los datos oficiales hasta 2018), de las cuales el 80% sigue adelante con su embarazo gracias al acompañamiento diario de las voluntarias, entre las que se encuentra Belén Navarrete. Ella es enfermera de profesión, así que cuando Mari Ángeles llegó hace tres años y medio a Redmadre a pedir ayuda, Belén fue la encargada de atenderla. Desde entonces no se han separado ni un momento.
Cuando Mari Ángeles ha necesitado compañía, Belén ha estado ahí; cuando ha necesitado consejo, Belén ha estado ahí; cuando ha necesitado un hombro en el que llorar, Belén ha estado ahí. Y ahí seguirá estando, porque si hay algo que sobresale en Redmadre es su lema: ‘Nunca estarás sola’. “Desde el primer momento le dije que conmigo nunca iba a sentirse sola. Yo no he podido ser madre biológica y uno de los motivos por los que me hice voluntaria de Redmadre es porque si esta Asociación existiera fuera de España, muchas mujeres no abortarían porque no estarían solas”, confiesa Belén mientras mece en sus brazos a la pequeña A., la hija menor de Mari Ángeles.
La noticia de este último embarazo llegó cuando F. tenía solo 16 meses y cuando se tenía que enfrentar a una operación complicada. El miedo, la preocupación y las dudas invadieron de nuevo a Mari Ángeles, que temía por la vida de su hijo al tiempo que las pesadillas le atormentaban por las noches pensando que existía la posibilidad de que A. pasara por lo mismo que su hermano. A todo esto se le suma también la situación de riesgo de exclusión social en la que vive la familia en la barriada de Las Castañetas. No tienen coche para llevar a los niños al médico y a veces ni dinero suficiente para pagar el autobús. Mucho menos para hacer frente a todas las necesidades que su hijo pequeño pueda tener por su enfermedad.
Por ello, confiesa que cuando volvió a quedarse embarazada, en algún momento se le pasó por la cabeza la idea del aborto, pero a la hora de la verdad el ‘sí por la vida’ siempre venció. Y en eso tuvo mucho que ver Belén, que siempre ha estado a su lado escuchándola, ayudándola y apoyándola. “Ella ya es parte de mí y de mi familia. Cuando más sola he estado, sin nadie a quien acudir de mi familia, Belén ha estado conmigo”, asegura Mari Ángeles.
«Madres somos en cuanto nos quedamos embarazadas, en nuestra decisión está si somos madres de un hijo vivo o de uno muerto»
Ahora bien, Belén hace hincapié en que en ningún momento convenció a Mari Ángeles y que siempre es ella la que ha tomado sus propias decisiones. “Aquí no convencemos a nadie. Yo le dije lo que decimos siempre, que conmigo no va a estar sola y que ella ya era mamá de ese bebé, que tenía que pensar y reflexionar lo que quería hacer”, explica mientras otra de las voluntarias de Redmadre entra en la habitación y le da un peluche a la pequeña A. -«Y este para F., que no se ponga celoso»- añade. Entonces se une a la conversación y subraya lo que dice su compañera. “Nosotras tenemos que decir la verdad, por muy dura que sea. Madres somos en cuanto nos quedamos embarazadas, en nuestra decisión está el ser madres de un hijo vivo o de uno muerto”, añade Ana Medina, que también ha ayudado a Mari Ángeles en este proceso.
Y así, como un regalo del cielo, la pequeña A. llegó para convertirse en la “luz de la vida” de sus padres, a quienes volvió a unir tras una etapa difícil en la que Mari Ángeles se quedó sola día y noche en el hospital cuidando de su hijo. No conocía su enfermedad y a veces ni siquiera entendía las palabras de los médicos, pero sabía perfectamente cuando algo no iba bien. Se pasaba horas y horas observando la máquina a la que estaba conectado el pequeño F. y detectaba al instante si al niño le pasaba algo. También en eso la ayudaba Belén. “Cuando buscaba en Internet siempre me ponía en lo peor, así que Belén me decía que fuera la hora que fuese, le hablase a ella. No quiero ni imaginarme lo que todo esto hubiera sido sin ella y sin la Asociación Redmadre, a la que le debo tanto”, afirma Mari Ángeles.
Al igual que ella, más de 2.500 mujeres han encontrado una luz en esta ‘red de madres’ de Málaga, que ofrece ayudas materiales para los bebés durante su primer año y medio de vida (pañales, carritos, ropa o leche); asesoramiento laboral, psicosanitario o jurídico para las madres; y acompañamiento y apoyo por parte de las voluntarias a toda persona que lo solicite. Y es que, al contrario de lo que se pueda pensar, en Redmadre atienden a todo el mundo, tanto a las mujeres que quieren ser madres y que por sus circunstancias no tienen recursos como a las que han decidido no ser madres y el aborto ha dejado secuelas incurables en ellas.
Esas secuelas las conoce bien Gracia Rivas, actual presidenta de la Asociación en Málaga. Por su experiencia al frente de este centro sabe de primera mano que «abortar nunca es fácil para una mujer». Es por ello que hace especial hincapié en la necesidad de hablar del Síndrome Post Aborto (SPA), «algo muy duro que no te dicen cuando vas a abortar y que nosotras intentamos explicar siempre que podemos».
Y en eso están después de once años en Redmadre Málaga, en intentar llegar a toda madre que tenga duda y que no sepa dónde acudir, en buscar recursos para que todos los niños tengan una infancia feliz, y sobre todo, en ofrecer apoyo y acompañamiento para que ninguna mujer se sienta sola.
Sobre REDMADRE:
Número de usuarios: Desde 2008, la Asociación Redmadre en Málaga ha atendido a más de 2.500 mujeres, según los datos oficiales recogidos hasta 2018.
Perfiles: mayoritariamente, mujeres de entre 20 y 30 años con bajos recursos, pero cada vez atienden a más adolescentes. Desde Redmadre aseguran que se atiende a todo el mundo, independientemente de su cultura, ideología o confesión religiosa.
Tipo de ayudas que prestan: acompañamiento y apoyo a mujeres embarazadas con bajos recursos y medios; donación de enseres y alimentos para los bebés durante su primer año y medio de vida; y asesoramiento psicológico, legal y laboral tanto a mujeres que necesiten ayuda después de recurrir al aborto como a madres que lo requieran por sus circunstancias.
Cómo podemos colaborar: los productos que más necesitan ahora mismo en Redmadre son pañales, potitos y alimentos para bebés, aunque la donación de ropa y enseres, así como la donación económica, también son muy necesarias. También es posible hacerse socio por una cuantía económica de 10 euros al año.
Próximos eventos: Redmadre celebrará su IV Cena Solidaria el próximo 29 de noviembre en la Casa Diocesana, ubicada en el Pasaje de los Almendrales, 2-4. Para más información y reservas, les atenderán en los teléfonos 951382911 y 608869867.
Redacción y fotografías: Elena Cabeza