Con la entrada a la Fase 2 tan próxima, el lunes 1 de junio, y el bombardeo de información tan confusa, son muchas las dudas que nos surgen respecto a qué se puede y qué no en esta nueva etapa. Las restricciones en cuanto a salir de las provincias siguen siendo las mismas, es decir, aún no se puede viajar por ocio a no ser que lo hagas dentro de tu misma provincia; sin embargo, algo que sí que ha cambiado: se puede pasear con algo más de libertad y con franjas horarias más flexibles.
Las nuevas normas que se aplican en la Fase 2 implican que todas las personas menores de 70 años pueden pasear y hacer deporte sin restricción horaria, excepto en las horas reservadas a las personas mayores. Y es que, debido a que nuestros mayores siguen formando parte de la población de riesgo, aún hay una franja horaria reservada para ellos, que les permite pasear evitando el contacto con otras personas, por diversos motivos, pueden estar más expuestas al virus.
Esta franja horaria para los mayores va desde las 10 a las 12 horas por la mañana y entre las 19 y las 20 horas durante la tarde. Aunque estos horarios pueden variar según la comunidad autónoma, ya que algunas precisan cambiarlas debido a diferentes factores, como el calor que afecta, sobre todo, a la parte sur de la península.
Horario exclusivo para los mayores: de 10 a 12 horas y de 19 a 20 horas
Además, también se permiten las reuniones de hasta 15 personas, lo que implica que podemos pasear y reunirnos en las calles con nuestros amigos y familiares, siempre manteniendo las normas de seguridad establecidas por el Gobierno, que obligan a mantener la distancia de seguridad de al menos 2 metros o, en el caso de no ser posible, a usar mascarilla.
Parece que las aguas, poco a poco, vuelven a su cauce. Es cierto que aún hay muchas cosas que nos cuesta asimilar, pero si seguimos siendo responsables volveremos a la normalidad más pronto que tarde. Probablemente, sea una normalidad que incorpore nuevos hábitos… Así funciona la sociedad: supera problemas y evoluciona.
Fotografías: Lorenzo Carnero