Carratraca se prepara para transformar sus calles en un escenario único con la celebración del festival Embrujo Andalusí, del 5 al 7 de septiembre. Durante tres días, vecinos y visitantes podrán sumergirse en un ambiente que rememora el esplendor de la herencia andalusí, con zocos, pasacalles, actuaciones musicales y medio centenar de puestos de artesanía y gastronomía.
Un viaje cultural y sensorial del 5 al 7 de septiembre
Un pueblo iluminado por 15.000 velas
Uno de los momentos más esperados llega al caer la noche, cuando las calles del municipio se iluminan con 15.000 velas y antorchas, creando una atmósfera mágica que convierte a Carratraca en un lugar de cuento. Pasear entre sus rincones en esas horas es, sin duda, una de las experiencias más memorables del festival.

Zoco, cultura y tradiciones
El zoco árabe será el verdadero corazón del evento, recordando el papel que tuvo en la vida social y económica de la época. Entre sus puestos se encontrarán productos artesanales, gastronomía tradicional y tabernas para disfrutar de los sabores más auténticos. Además, la programación incluye exposiciones, teatro, danza y pasacalles de inspiración andalusí, que llenarán de vida cada rincón del pueblo.
Música en un escenario singular
La música tendrá también un papel protagonista. La plaza de toros de Carratraca, excavada en la roca y declarada Bien de Interés Cultural, se convertirá en auditorio gracias a su excelente acústica.
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El viernes 5 de septiembre, a las 22:30 horas, actuará Ziryab, tributo a Triana, con entrada libre.
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El sábado 6, a las 22:00 horas, el pianista gitano Dorantes ofrecerá un concierto especial por los 25 años de Orobroy. Las entradas (15 euros) pueden adquirirse en taquilla o en Giglon.com.

Un encuentro con la historia
Declarada Fiesta de Singularidad Turística Provincial, Embrujo Andalusí no solo es una cita festiva, sino también una oportunidad para revivir la historia y la convivencia cultural que marcaron la identidad de Carratraca. Un plan perfecto para quienes buscan disfrutar de un fin de semana diferente, en el que tradición, música y patrimonio se unen bajo la luz de las velas.