El Pimpi de Málaga capital ha sido y es de visita obligada para locales y turistas. Por primera vez, en su medio siglo de existencia, sale de su zona de confort y abre sucursal en otro punto de la provincia, Marbella. El lugar elegido no podía ser otro que el epicentro del ocio y la gastronomía de la Milla de Oro, Puente Romano. Un espacio en el que según apuntó su propietario, Daniel Shamoon, necesitaba un restaurante de cocina y esencia andaluza 100%.
Elena Cobos, consejera delegada de El Pimpi, resaltó el salto que esto supone para la marca adaptándose a los cambios que piden los nuevos tiempos.
El establecimiento encaja a la perfección entre las calles blancas decoradas con geranios del resort de lujo. Aunque con la esencia de la bodega malagueña -sus carteles de toros, azulejos y barriles- se presenta al público con una decoración más minimalista y actual, obra del estudio de Paco Guillén.
Como no podía ser de otra forma, Antonio Banderas fue el encargado de actuar como embajador y reclamo para los medios de comunicación nacionales e internacionales en una inauguración tan esperada.
Centenares de personas entre clientes, amigos y representantes de la sociedad malagueña y marbellí se dieron cita para respaldar el proyecto.
Fotografías: Lorenzo Carnero