Llegadas estas fechas hay una cena en Marbella que desde hace casi 25 años se ha convertido en tradicional: la cena navideña de San Nicolás de Concordia. Más de 200 personas volvieron a contribuir con esta causa abanderada por la princesa María Luisa de Prusia.
La cena se celebró en el salón Andalucía del hotel Puente Romano. Allí, a la entrada, les recibía un particular San Nicolás, que con su trompeta interpretaba villancicos navideños.
La Princesa, acompañada por su marido el Conde Rudi, recibía personalmente a cada uno de los invitados. Es quizás el momento más visible de una labor que se desarrolla durante todo el año en unos escenarios con menos glamour. Este evento supone una fuerte entrada de ingresos para continuar con el trabajo, ya que no cuentan con ayudas o subvenciones.
Concordia trabaja desde hace 24 años por concienciar sobre la prevención del SIDA. Una enfermedad a la que aún no se ha ganado la batalla y a la que lamentablemente parece que los jóvenes han perdido el respeto aún con los riesgos que conlleva.
María Luisa de Prusia hacía una llamada de atención sobre el incremento de afectados: “Actualmente estamos atendiendo a 140 personas desde nuestro centro en San Pedro de Alcántara aunque trabajamos en toda la Costa del Sol. Los jóvenes tienen la información, pero han perdido el miedo. Es cierto que la calidad de vida de los afectados ha mejorado, ya no tienen que tomar a diario 36 pastillas y no se mueren de eso, es una enfermedad crónica. Pero la medicación actual también es dañina. Es una pena que esté aumentando el número de afectados por ese motivo”.
La Princesa María Luisa de Prusia comenzó con esta causa cuando el SIDA era un estigma social. Desde entonces ha conseguido hacer ver que a cualquier persona puede afectarle. Teresa Muñoz de Martín lleva colaborando con la asociación, es directora de Concordia Antisida, desde hace 6 años, y al igual que a su presidenta le preocupa que las cifras de afectados de SIDA y de otras enfermedades de transmisión sexual estén aumentando: “La gente se piensa que la pandemia del SIDA no existe y es una catástrofe. Están aumentando, antes había un perfil concreto de afectados, pero ahora hay de todo. Se preocupan de evitar los embarazos pero no de las enfermedades de transmisión sexual como sífilis o gonorrea”.
Tras el cóctel de bienvenida se sirvió una exquisita cena acompañada por la música de la pastoral ‘Villa de Ojén’, un coro de gospel y la música de baile que pusieron Pilar y Carlos. Multitud de empresas se sumaron a la causa donando regalos para el sorteo cuyas papeletas salían a la venta por 50 euros y con las que se optaba a cuantiosos premios.
Fotografía: Antonio López