No han pasado tantos años, y sin embargo ha pasado toda una vida, desde que un joven malagueño que soñaba con triunfar arrimaba el hombro al varal para cargar sobre él, durante horas, el peso de sus sueños en forma de plegaria y agradecimiento. Su camino ha estado lleno de favores y lágrimas, de pasos lentos y acompasados, de otros más rápidos, de callejones estrechos con momentos de penitencia y de amplias y cómodas avenidas donde brillar. Antonio Banderas nunca se ha olvidado de su tierra, ni de sus tradiciones, ni cuando ha levantado a pulso las piedras del camino ni cuando ha levantado los premios o reconocimientos. Ha conseguido ser el rey del Mambo en su propia vida, pero un rey que se arrodilla ante otro al que reconoce la superioridad suprema, el Rey de los Hombres.
Banderas caminó solo hacia sus sueños, pero por el camino fue encontrado manos amigas que le ayudaron de una forma u otra en su ascenso llenando de luz las sombras. Y eso quiere ser él ahora, esa mano que tender a los que lo necesitan, esa vela encendida que ilumina la esperanza. Ha conseguido sacar a su Virgen de Lágrimas y Favores a las calles de Málaga el Domingo de Ramos, pero sabedor de su influencia y fama no ha querido dejarlo ahí, y ha conseguido también sacar a empresas y a sus amigos, su parte más solidaria para implicarlos con la Fundación que lleva el nombre de la advocación de su Virgen.
Entre los rostros conocidos de la gala se encontraban entre otros, Nieves Alvárez, Sara Baras, Remedios Cervantes, Elsa Anka, Miriam Díaz Aroca, James Rhodes, Sandra García San Juan, Adrián Martín o Lin Cortés y Daniel Casares que actuaron en la sobremesa.
Un año más los reunió a todos en una cena celebrada en el Auditorio Edgar Neville de la Diputación de Málaga para entregar los fondos recaudados a las entidades con las que tiene un firme compromiso de apoyo. Cudeca, la Fundación Corinto, la Universidad de Málaga, Cáritas Parroquial y por primera vez, el Seminario Diocesano de Málaga.
Dicen de Antonio Banderas que es un hombre del Renacimiento, y en este caso es el gran director de Orquesta capaz de reunir y hacer sonar en una bella melodía a grandes cocineros, empresas solidarias, instituciones y amigos que como él, usar la llama de la fama, para encender de ilusión y esperanza el corazón de los necesitados.
Presentada por la modelo y presentadora Nieves Alvárez, la gala comenzó con la actuación del pianista James Rhodes, que tras interpretar dos temas en solitario, pidió a Banderas subir al escenario y demostrar sus dotes también como músico. Algo que el actor no esperaba y a lo que cedió bromeando: “Para una Semana Santa en la que no dan agua, me ponen a tocar el piano”.
Y haciendo lo propio terminó su pequeño recital interpretando ‘Malagueña Virgen de la Paloma’.
La cena consistió primero en diferentes aperitivos servidos en estaciones en los que participaron La Casota, COVAP, La Sole del Pimpi, Obrador Dulce y Salado, Abraham Garrote de La Solana, Charo Carmona de Arte de Cozina, Carlos Caballero, Aitor Perurena de Restaurante 1870, Club Playa Serena de Roquetas de Mar y Palo Cortado. Todo para degustar con los vinos tinto y blanco del Marqués de Cáceres y Cerveza Victoria.
Ya en la mesa se sirvió un menú elaborado por los chefs Pablo González, Alberto Ferruz, José Álvarez y Kiko Moya. El resultado una propuesta gastronómica para la cena de Lágrimas y Favores con siete estrellas Michelin acompañado de Gaudium 2014 y Excellens Sauvignon Blanc 2018.
Si otros años la gala había contado con la actuación de Sara Baras, este año había ido a cenar, a apoyar la causa, pero ante su sorpresa no se iba a quedar sin subir al escenario. Banderas la sorprendió rindiéndole homenaje y entregándole el pin de la Fundación como agradecimiento por su apoyo constante. “Cada vez que hemos llamado a Sara, estuviera donde estuviera, ha dejado todo y ha puesto su arte al servicio de esta Fundación”, dijo Banderas de ella. Y aseguró que cada año a partir de este, se otorgará un reconocimiento.
También quiso agradecer personalmente en su discurso, uno a uno, a todos los que ha hecho posible la gala en esta edición: Fundación Cajasol, Diputación de Málaga, El Corte Inglés, Fundación CLC World- que participaba por primera vez-, Starlite, AC Hotels, Victoria, Samsung, Bodegas Lara, Covap, Automotor, Sabor a Málaga, Marqués de Cáceres, Lary´s, La Costa restaurante y Macallan. Sin olvidarse de cada uno de los presentes entre los que se encontraban Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, consejero de la Presidencia, el alcalde de Málaga, Paco de la Torre, y otras autoridades locales y por supuesto, mención especial a su hermano Chico Banderas.
Banderas se mostró entusiasmado con la labor solidaria que se realiza desde la Fundación Lágrimas y Favores, pero además lleva años contribuyendo con todos los ciudadanos de Málaga, poniendo en el mapa internacional y destacando siempre su ciudad natal. A ese papel de embajador universal, se suma ahora la materialización de uno de sus grandes sueños, el Teatro del Soho: “ Algo que me entusiasma”, dijo. “Hay un momento en la vida de las personas en el que ya solo hay espacio para la verdad, y mi verdad está aquí en Málaga. He dado muchas vueltas por todo el mundo, pero donde mejor me encuentro es aquí, con mi gente”, dijo.
Muestra de ese compromiso del actor con todo lo que se mueve en torno a Málaga, el presidente de Diputación, Francisco Salado señaló que tanto Nicole Kimpel como su hermana Barbara lucían diseños de Málaga de Moda, concretamente de Rafael Urquizar.
Antonio Banderas ha llevado allá donde ha ido, y lleva donde va, el nombre y la imagen de nuestra tierra. “A mis amigos americanos además de los tronos les enseño también la tercera S de la Semana Santa, la “Semana Santa Solidaria”, dijo e hizo participé de esa tercera S a toda la ciudad a a través de las Cofradías.
Una noche única en la que el Viernes de Dolores malagueño, se transforma en un Viernes de alegría para aquellas instituciones que se ven beneficiadas por esta gran gala.
Redacción: Ana Porras Fotografía: Lorenzo Carnero
