La combinación de vitamina D3 con K2 se ha convertido en uno de los suplementos más recomendados entre los profesionales de la salud, especialmente a partir de los 40 años. Aunque suene paradójico, incluso en regiones soleadas como la Costa del Sol, muchas personas presentan niveles insuficientes de vitamina D, y esta carencia puede afectar de forma silenciosa al bienestar general.
Por qué necesitamos vitamina D3 (aunque vivamos en el sur)
La vitamina D3 es esencial para una buena absorción del calcio en los huesos, pero no siempre la sintetizamos correctamente. Factores como el uso de protectores solares, pasar mucho tiempo en interiores, la edad o ciertas condiciones médicas pueden reducir su producción cutánea.
En personas mayores de 40 años, esta deficiencia se acentúa, y con ella aumentan los riesgos de pérdida de densidad ósea, cansancio crónico, debilidad muscular e incluso alteraciones del estado de ánimo.
¿Por qué combinarla con vitamina K2?
La vitamina K2 (especialmente en su forma MK-7) trabaja en sinergia con la D3: ayuda a dirigir el calcio hacia los huesos y dientes, y evita que se acumule en tejidos blandos como arterias o riñones. Esta combinación, por tanto, no solo mejora la salud ósea, sino también la cardiovascular, ya que reduce el riesgo de calcificación arterial.
Un suplemento clave en la madurez
A partir de los 40 años, el metabolismo cambia, y la prevención se vuelve fundamental. La vitamina D3 con K2:
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Refuerza el sistema inmunológico, ayudando a prevenir infecciones.
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Mejora la salud ósea, reduciendo el riesgo de osteoporosis.
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Favorece la función cardiovascular.
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Contribuye al bienestar emocional, al estar vinculada con la regulación del estado de ánimo.
Vitamina D3 y K2 durante la menopausia: una ayuda esencial
Durante la menopausia, los niveles de estrógenos descienden, lo que acelera la pérdida de masa ósea y aumenta el riesgo de osteoporosis. Aquí es donde la vitamina D3 juega un papel fundamental: mejora la absorción de calcio y contribuye a mantener la densidad mineral ósea.
Por su parte, la vitamina K2 actúa como guía, asegurando que ese calcio se fije en los huesos y no en las arterias, lo que también ayuda a proteger la salud cardiovascular, especialmente vulnerable en esta etapa de la vida.
Incluir este suplemento en la rutina diaria, bajo supervisión médica, puede ser una medida preventiva eficaz para atravesar la menopausia con mayor vitalidad, fuerza y equilibrio.
¿Podemos obtener suficiente vitamina D3 y K2 solo con la dieta?
Aunque una alimentación equilibrada es la base de una buena salud, en el caso de estas vitaminas, los alimentos por sí solos suelen ser insuficientes, especialmente a partir de cierta edad.
La vitamina D3 se encuentra en pescados grasos como el salmón, la caballa o las sardinas, así como en el huevo y algunos productos lácteos fortificados. Sin embargo, la mayor parte de la vitamina D la obtenemos a través del sol, y como mencionamos antes, no siempre se sintetiza correctamente.
Por su parte, la vitamina K2 está presente en alimentos como el natto (soja fermentada japonesa), ciertos quesos curados, yemas de huevo y carnes de pasto, pero en cantidades limitadas y no siempre en su forma más biodisponible (MK-7).
Por ello, y especialmente en edades maduras o en momentos como la menopausia, el suplemento de D3 con K2 se convierte en un aliado clave para cubrir las necesidades diarias de forma eficaz.
¿Cómo tomarla?
Este suplemento suele presentarse en cápsulas blandas o en gotas. Es importante seguir las indicaciones del profesional de salud, ya que las necesidades varían según el estilo de vida, la edad y los análisis clínicos.
La combinación D3 + K2 es especialmente útil cuando se toma calcio como suplemento, ya que evita posibles efectos secundarios asociados al exceso de este mineral mal dirigido.
¿Es para todo el mundo?
No. Aunque es un complemento muy beneficioso, debe ser prescrito o supervisado por un profesional de la salud, especialmente en personas con problemas de coagulación, que tomen anticoagulantes o tengan patologías renales.
La vitamina D3 con K2 es una de las combinaciones más valoradas en el campo de la prevención y el bienestar en la madurez. Y sí, incluso quienes disfrutan del sol en lugares privilegiados como Málaga pueden beneficiarse de este apoyo nutricional. Porque cuidar la salud es también una forma de disfrutar mejor de cada etapa de la vida.