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Objetivo: pies bonitos

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Objetivo: pies bonitos

Con la llegada del verano a todas nos encanta lucir pies bonitos –sin durezas, grietas ni callos- para poder calzarnos esas sandalias  con las que sabemos que nos convertiremos en el centro de todas las miradas en la terraza de moda del verano. Para ello, de la misma manera que cuidamos nuestra piel y nuestro cabello a lo largo del año hemos de someter nuestros pies a cuidados estrictos rituales de belleza que los hagan lucir sanos y bonitos.

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Mimar los pies para protagonizar un destape sin complejos en verano no sólo se trata de una cuestión estética, sino de algo más relacionado con la salud de lo que pensamos. Además, a pesar de que las altas temperaturas del verano sean las que nos inviten a desterrar botas, medias y calcetines a lo más profundo de nuestro armario para desempolvar sandalias y chanclas, el cuidado de los pies no es algo que debe limitarse únicamente a los meses estivales, sino que es algo que deberíamos ser capaces de llevar a cabo durante todo el año.

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Los problemas a los que nuestros pies tendrán que hacer frente con la llegada del verano puede ser de lo más variados. Uno de los más comunes es la aparición de rozaduras y ampollas, como consecuencia de haber alejado de nuestras vidas la protección que, durante el invierno, nos aportan los calcetines y las medias, prendas que dejamos en el armario con la llegada de las sandalias. Las altas temperaturas hacen que nuestra piel esté más delicada de lo normal, por lo que la fricción de las tiras sin protección alguna puede ocasionarnos algún que otro quebradero de cabeza. Para ello es fundamental que elijamos un calzado lo más adecuado posible a la época, esto es transpirable, de un material flexible y con una suela que amortigüe nuestra pisada.

 


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Si la ampolla o rozadura ya haya hecho su aparición, entonces es muy importante llevar a cabo una rápida actuación que evite una infección posterior. En el caso de que sea una ampolla, es mejor que acudamos a un especialista que nos ayude a hacerla desaparecer. Es mejor no acabar con ella a través de remedios caseros, ya que se nos podría infectar y nuestro malestar podría ser mucho más duradero.

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Sudoración excesiva a la que, posiblemente, no estemos acostumbrados.

Hay personas que presentan una sudoración excesiva en los pies. Para conseguir contrarrestarla podemos optar por productos que regulan la transpiración. En el mercado podemos encontrar los desodorantes y los antitranspirantes, cuyo cometido es taponar en cierto grado los poros por los que sale el sudor y, por lo tanto, controlar la humedad. Debido a una sudoración excesiva pueden producirse grietas interdigitales. Para evitarlas, es muy importante que sequemos muy bien entre los dedos tras la ducha y que usemos algún tipo de producto específico para secar la zona, como los polvos de talco.

Cuando el problema es realmente significativo, entonces estaríamos hablamos de un problema médico que habría que tratar con un especialista y que recibe el nombre de hiperhidrosis.

 

¡Más hidratación, por favor!

De la misma forma que hay personas que con las altas temperaturas presentan una sudoración excesiva, también están aquéllas que, con la llegada del verano, ven como sus pies se muestran mucho mas resecos y ásperos. Esta sequedad se muestra fundamentalmente en la zona de los talones y en la parte delantera de los dedos, que presentan un aspecto blanquecino debido a la falta de hidratación. ¿Cómo conseguir acabar con este efecto tan poco estético para nuestros pies? No se trata sólo de aplicarnos grandes cantidades de crema en la zona, sino que debemos hidratar todo nuestro organismo, para lo que debemos intentar beber dos litros de agua al día, sin olvidarnos de aquellos remedios de nuestras abuelas que, de manera rápida y segura, mejorarán la hidratación de nuestros pies (o de cualquier otra parte).

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¿Un truquito? ¡Que nunca falten aceites esenciales! A nosotros nos encanta el de almendras y rosa mosqueta. Es uno de los mejores tratamientos para la salud y belleza de los pies. Tanto el aceite esencial de almendra como el de rosa mosqueta son fáciles de encontrar en cualquier tienda de belleza y, además, no tienen un precio demasiado elevado. Este tipo de aceite es ideal para tratar durezas, la piel reseca o inflamada. Además, son aceites ricos en vitaminas y minerales.

 


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¡Cuidado con los hongos!

Ducharte en lugares públicos antes o después de bañarte en la piscina o tras salir del gimnasio es mucho más arriesgado de lo que piensas. Y es que si accedes a estos espacios con los pies descalzos, puedes terminar siendo víctima de los hongos, una infección muy molesta y desagradable. La infección más conocida es la llamada Pie de Atleta, que hace que los dedos y la piel se enrojezcan y aparezca seca y escamosa.

El hongo que aparece en las uñas de los pies se alimenta de la queratina y provoca que éstas se amarilleen, se engrosen y resquebrajen, despegándose posteriormente del dedo.

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Para curar los hongos de las uñas es necesario ser muy constante. Se trata de un problema de lenta eliminación y, además, estos pueden pasarse de una uña a otra, con lo que la situación podría llegar a complicarse. Si el hongo está ya muy avanzado, el médico prescribirá una medicación oral, que se ha de seguir al pie de la letra si queremos conseguir resultados óptimos. Normalmente el tratamiento suele prolongarse durante 12 semanas. Como tratamiento tópico, lo normal es emplear anti-fúngicos en forma de laca de uñas, que se ha de aplicar de forma diaria, limando la uña antes para ir eliminando, poco a poco, las zonas muertas.

 

 

Rocío Alcántara

Redactora en Yo Soy Mujer

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