Si por algo se caracteriza la dieta mediterránea es por su variedad de alimentos y platos deliciosos que han conquistado los paladares de locales y extranjeros. Sin embargo, cuando se habla de platos de cuchara, aunque clásicos, son también menos comunes.
El ritmo frenético de trabajo y las tareas del hogar no dejan tiempo para cocinar potajes, por ejemplo, ya que requieren de una preparación previa y un cocinado que llevará mucho tiempo. También, muchas personas rechazan este tipo de cocidos porque creen que engordan. Sin embargo y según cuentan desde Serviasistente, un estudio ha confirmado que las legumbres son un escudo protector perfecto contra la diabetes.
Un estudio de Prevención Con Dieta Mediterránea (PREDIMED) realizado en 3.349 participantes ha demostrado que aquellos participantes que consumieron legumbres han desarrollado menos diabetes tipo 2. Es un patrón bastante continuo y reincidente, por lo que se puede decir que la dieta mediterránea, en la que abundan las legumbres, ayuda a prevenir el desarrollo de esta enfermedad. La principal razón científica es que cuando la glucosa se presenta en índices altos en la sangre, tras la ingesta de legumbres este índice disminuye y se mantiene estable.
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) también ha mencionado el elevado valor nutritivo que tiene comer legumbres. Consumir lentejas, garbanzos, habas y judías, supone una gran aportación de vitaminas B1, B2, B3, B6, C, A, magnesio, potasio, ácido fólico, selenio, cobre, hierro, ácidos grasos poliinsaturados y fósforo. Estos alimentos combinados con cereales como el arroz y la quinoa hacen una dieta muy recomendable y saludable.
Así que es el momento de incorporar de una vez por todas las legumbres a nuestra dieta en la vida diaria ya que, en contra de lo que algunos creen, su valor nutricional y nutritivo es muy alto y nos ayuda, incluso, a combatir enfermedades.
