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La segunda gran revolución femenina

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La segunda gran revolución femenina

“Una pequeña pastilla puede tener el mismo efecto que la bomba atómica”, publicaba en el año 1999 la revista Newsweek. Un artículo sobre los 10 inventos más importantes de los últimos 2.000 años ponía a la píldora anticonceptiva como invento revolucionario al lado de la bombilla, la bomba atómica y otros tantos.

El 11 de mayo de 1960, la Food and Drug Administration aprobó la venta de Enovid, la primera píldora anticonceptiva oral, no fue hasta agosto del mismo año que comenzó a comercializarse. 

La introducción del uso de la píldora como método anticonceptivo supuso la revolución social y económica más significativa de finales del siglo XX.

Hace 100 años las mujeres no podían votar, ni usar pantalones, tampoco formar parte del ejército, o divorciarse. Y por supuesto, no podían ni tenían herramientas para controlar cuándo tener hijos. No existía la planificación familiar, pero ha habido muchas personas a lo largo de los últimos 100 años que han contribuido a que las mujeres de hoy, y nuestras hijas, no tengamos que plantearnos estas cuestiones. 

En 1916 Margaret Sanger, enfermera estadounidense activista en defensa de la prevención del embarazo, abrió en Nueva York la primera clínica de control de natalidad en los Estados Unidos. Esto condujo a su detención, y posterior liberación tras apelación, por difundir información sobre los métodos anticonceptivos, lo cual generó un enorme apoyo a su causa. Sanger consideraba que, la verdadera igualdad de la mujer exigía poder disfrutar de una maternidad libre, la mujer no sería libre hasta que no pudiera decidir por sí misma si deseaba ser madre, y cuándo y cuántos hijos quería tener. Posteriormente conseguiría financiación para la investigación sobre la píldora, que años más tarde comenzaría a estar disponible para su uso, cambiando así el destino de la sociedad y de las mujeres para siempre. 

Podríamos pensar que la lucha termina aquí, y que la libertad de las mujeres sobre la maternidad quedaba concluida.

 Escultura de Margaret Sanger en Old South Meeting House museum de Boston

¿Pensáis que las mujeres del siglo XXI son libres para decidir cuándo quieren ser madres?

Lo que inicialmente nos convirtió en mujeres libres para decidir cuando formar una familia, nos ha hecho prolongar esta decisión a un momento en el que la edad de la mujer no es biológicamente la más adecuada para ser madre. Hemos estado tomando la píldora años, y cuando decidimos ser madres, la fertilidad ha comenzado a disminuir por motivos naturales.

Hemos dejado de ser totalmente libres, para ser víctimas de la infertilidad asociada a la edad materna avanzada. 

Si pensábamos que ser madre más allá de los 35 años era una decisión muy sensata, muy meditada, porque nos encontrábamos en el mejor momento, o tanto sentimental como laboral, es que nos faltaba información relacionaba con la biología reproductiva humana. Tampoco tenemos la culpa de esto, porque durante años, hemos luchado por terminar nuestros estudios, conseguir una estabilidad laboral, y encontrar pareja. Posteriormente, y sobre todo tras la crisis de 2007, ha sido difícil estabilizarse económicamente, y siempre en los periodos de recesión económica la natalidad se resiente.

Lo importante es tener la información adecuada para poder tomar las decisiones acertadas, o trabajar a nivel global sobre estrategias enfocadas a cubrir estas necesidades.

El pasado noviembre tuve la oportunidad de hablar de todo esto en el evento “What a Woman” en Madrid. Un espacio creado para compartir y trabajar de forma conjunta el empoderamiento de la mujer.

Nos invitaron a @iviclinics para hablar de la Vitrificación de ovocitos o Preservación de la Fertilidad Social, y allí estuvimos. Fue una experiencia muy gratificante ver como las mujeres se preocupan activamente por este problema, como muchas de ellas, de todas las edades, ya conocían muchos de los mensajes que les íbamos a trasladar, y en definitiva, como serán las embajadoras de ellos para el resto del mundo.

Datos como que la probabilidad de ser madre cada mes, tras cumplir 40 años, se reduce a un 10%, con respecto al 20% de posibilidad que tenemos con 30 años. Debemos ser conscientes que España es el segundo país, por detrás de Italia donde las mujeres deciden ser madres por primera vez a una edad más mayor, en concreto por encima de los 30.

La vitrificación de ovocitos, es una opción. Es un procedimiento seguro, con una tasa de complicaciones inferior al 0.3%. En IVI hemos sido pioneros en esta técnica. Llevamos más de 10 años realizando este procedimiento a las mujeres que nos lo solicitan. Hemos realizado más de 5000 procesos de vitrificación social y oncológica, y como resultado de aquellas que han vuelto a utilizarlos, tenemos información muy importante para aportar. Sobre todo, que la probabilidad de éxito se duplica si los ovocitos fueron congelados cuando la mujer tenía menos de 35 años.

Por ello es tan importante contarlo. Que cada una de las personas que reciba esta información no se la quede para ella, sino que la difunda. Porque la alternativa puede ser que el momento que decidamos para ser madre, nuestros óvulos ya sean pocos, y con baja calidad, lo cual en ocasiones haría muy largo un tratamiento para la infertilidad, e incluso con una consecuencia, como tener que decidir elegir ovocitos de donante, como ultima alternativa para ser madre en muchos casos. Para mí es tan importante difundir este mensaje, que en IVI Málaga hacemos de manera gratuita la prueba para medir la reserva ovárica de toda aquella mujer que nos lo solicite. 

Mi mensaje para todos los que asistieron al foro, y el que os doy, es un mensaje social. Porque esto no afecta solo a las mujeres, aunque seamos nosotras las que lideremos el cambio, esto es un mensaje para las parejas, para las futuras familias, para la sociedad en que vivimos. 

Si ser madre o padre os importa, debéis ponerlo en vuestra lista de prioridades en la vida, y si por diferentes motivos pensáis que no vais a poder iniciar este proyecto antes de cumplir 35 años, escúchanos. Y luego, haz las preguntas que tengas que hacer, contrástalo, medítalo y si finalmente te decides a vitrificar tus ovocitos, habrás sido participe de la segunda gran revolución de la mujer. 

Dra Anabel Salazar

Directora de IVI Málaga

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