Todos nos hemos preguntado alguna vez cuál es la capacidad curatoria real que tiene el mar para sanarnos interiormente. Y es que, aunque en muchas ocasiones no entendamos el por qué, lo cierto es que a todos nos ha ayudado en algún momento complicado de la vida el irnos a la playa y quedarnos mirando el mar. Puede resultar inexplicable, pero una sensación de relajación y de bienestar nos invade inmediatamente cuando escuchamos el sonido de las olas y vemos el azul del mar.
Pues bien, ya no es solo una sensación nuestra a la que no conseguíamos darle explicación; ahora es la ciencia la que confirma que mirar al mar produce felicidad. El proyecto BlueHealth, en el que un grupo de científicos han investigado la relación entre el contacto con la playa y la salud, asegura que los sonidos del mar estimulan el área del cerebro responsable de nuestras emociones y que el propio mar amplía nuestra capacidad de autoconocernos y de sentir bienestar emocional.
Hemos escuchado miles de veces eso de “No hay nada que el mar no cure”. Y cuánta razón. Los propios científicos confirman que estar cerca del mar es sanador, ya que nuestro organismo absorbe más oxígeno y regula la ansiedad, lo que nos provoca una sensación de paz de interior.
Si estás pasando por una etapa difícil, si necesitas encontrarte a ti mismo o si quieres relajarte y escuchar a tu interior, ya sabes, no hay mejor receta el mar. La ciencia lo confirma: mirar al mar produce felicidad.