No hay nada como una sonrisa blanca como tarjeta de visita. La primera impresión cuenta, y mucho; sobre todo, en estos tiempos en los que todo transcurre a gran velocidad y a veces no tenemos tiempo de profundizar a la hora de conocer gente. Si además tenemos un trabajo o una ocupación que nos sitúa de cara al público, unos dientes perfectos se convierten en algo imprescindible. El blanqueamiento dental puede ayudarte en la mayoría de los casos. Pero, ¿cómo saber cuándo? Y lo más importante: ¿Puede cambiar el color de tus dientes? En este artículo trataremos de resolver todas tus dudas al respecto.
¿Cómo saber si necesitamos un blanqueamiento dental?
Mucha gente está descontenta con el color de sus dientes. Sin embargo, hay que valorar varios puntos; el primero, que no se trate de una obsesión (se llama blancorexia a la obstinación enfermiza por tener dientes completamente blancos). El segundo, que las manchas o el color de los dientes sea recuperable (hay medicamentos que los tiñen para siempre, como las tetraciclinas), y sobre todo, que el estado de las piezas sea el adecuado. Normalmente, todas estas circunstancias suelen jugar a favor del paciente. Pero si hay alguno que no puede blanquearse los dientes, cuenta con opciones de las que hablaremos más adelante.
Consejos para que tu blanqueamiento dental sea perfecto
Primer consejo: que sea un tratamiento personalizado
Es imprescindible, cuando acudas al dentista, que te haga un tratamiento adaptado a ti y nada más que a ti. La concentración del producto blanqueante varía en función de infinidad de circunstancias. Lo más importante es asesorarte: pídele al especialista que te atienda que te explique antes cómo se controla la cantidad de producto (las clínicas de alta profesionalización cuentan con tecnología avanzada a tal efecto).
Segundo consejo: busca naturalidad
Como decíamos al principio, hay personas obsesionadas por que sus dientes sean absolutamente blancos. Una técnica de blanqueamiento dental busca aclarar tu esmalte, pero difícilmente logrará un blanco absoluto (lo que, por otra parte, tampoco es deseable). Además, pretender aclarar demasiado tus dientes es, a la larga, contraproducente.
Tercer consejo: cuida tu dieta
Lo ideal para que el blanqueamiento dental sea efectivo es variar los hábitos alimentarios. Sobre todo, en los días posteriores al tratamiento. Se puede hacer lo que los especialistas llaman dieta blanca; esto es, alimentarse con productos que no tiñan los dientes.
Cuarto consejo: sigue el tratamiento en casa
Lo normal es que la clínica te dé un producto de refuerzo y las pautas necesarias para usarlo en casa y, de este modo, el blanqueamiento sea completamente eficaz.
Quinto consejo: no pretendas buscar una limpieza
Existen numerosos tratamientos dentales para lograr una boca perfecta. El blanqueamiento dental es una técnica puramente estética, que en ningún caso sustituye a la limpieza dental. Si lo que buscas es una limpieza en profundidad, el blanqueamiento no es lo que estabas buscando.
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Mitos y verdades sobre el blanqueamiento dental
Durante años, el blanqueamiento dental ha sido motivo de controversia. ¿Cómo saber qué es verdad y qué no sobre lo que hemos oído? He aquí algunas de las sentencias más repetidas al respecto:
El blanqueamiento dental debilita los dientes
Falso. Lo que hace la sustancia blanqueadora es una reacción química con el esmalte dental, pero no lo abrasa; por lo tanto, no afecta a su estructura. Es posible que los primeros días se advierta una mayor sensibilidad, pero es algo pasajero, que remite enseguida.
Los dientes quedan completamente blancos
Falso. Lo que hace el blanqueamiento dental es aclarar un par de tonos el color original de nuestro esmalte. Y mucho mejor así, porque ese blanco nuclear que se detecta en algunas dentaduras de famosos no solo es artificial (no suelen ser sus dientes, sino carillas), sino que es realmente antiestético.
Este tratamiento desaparece con el tiempo
Cierto. Un blanqueamiento dental no es algo definitivo. Sin embargo, si cuidamos nuestra alimentación y nuestra higiene, puede durar en perfectas condiciones varios años.
Beber café, té, vino o fumar manchará de nuevo los dientes
Absolutamente cierto. Además de lo nocivo de estas sustancias (unas más que otras), el café, el vino o el tabaco son agentes que tiñen el esmalte dental.
El blanqueamiento dental casero es igual de eficaz que el clínico
Falso. En primer lugar, porque el químico empleado en estos procesos (peróxido de hidrógeno) no tiene la misma concentración en un producto de consumo masivo que en un tratamiento odontológico. En segundo lugar, porque en las clínicas dentales el porcentaje de peróxido se regula en función de las necesidades del paciente y del estado de sus dientes. Por lo tanto, no solo no es cierto, sino que además no es recomendable hacerlo en casa, por tu cuenta y sin control odontológico. No hablamos, claro está, de la técnica mixta o de refuerzo de blanqueamiento que te propone tu especialista tras el tratamiento. Hablamos más bien de comprar productos (a menudo, de dudoso origen por Internet) con los que hacer el tratamiento por nuestra cuenta.
Hay pastas de dientes con efecto blanqueador
Remitimos al punto anterior. No existen productos con esa capacidad de blanquear en el mercado al alcance de cualquier usuario. Y menos aún las pastas dentífricas. Eso sí, puede que sus productos abrasivos eliminen puntualmente alguna manchita (o más bien la atenúen) y pueda parecer que nuestros dientes están más blancos.
Hay tratamientos caseros que blanquean los dientes
Menos aún. Si has leído por ahí que el bicarbonato o la pulpa de ciertas frutas es un excelente blanqueador, es todo un mito. Otra cosa es que sean más o menos inocuos: en el caso de las frutas, absolutamente. No así en el del bicarbonato, que puede dañar el esmalte al resultar abrasivo.
No todo el mundo puede blanquearse los dientes
En efecto, hay grupos de población a los que no se les recomienda un blanqueamiento dental. Estos son:
- Niños menores de 15 años, ya que su dentadura está sin terminar de formar.
- Mujeres embarazadas, dado que prácticamente cualquier compuesto químico es susceptible de resultar perjudicial en su estado.
- Pacientes con enfermedad periodontal (de las encías).
- Pacientes alérgicos a los productos empleados en el tratamiento.
- Pacientes con retracción de las encías.
- En estados puntuales (dientes teñidos por medicamentos, diente rosa, etcétera), el especialista será quien valore qué hacer al respecto.
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Las otras soluciones
Cuando el blanqueamiento dental no es recomendable o, simplemente, no va a solucionar el problema, no hay que desesperarse: existen alternativas estéticas muy interesantes con las que nuestros dientes recobrarán ese aspecto bello y saludable que demandábamos.
Carillas de composite
Estas láminas que se adhieren en la parte externa de los dientes reparan los defectos estéticos de estos (manchas, malformaciones, tinciones, etcétera). Son muy sencillas de poner y, en el caso de rotura de alguna de ellas, se reparan con enorme facilidad.
Carillas de cerámica
Son menos económicas que las de composite, aunque su durabilidad es mucho mayor. Será el especialista el que, en última instancia, determine cuál es la mejor solución para el paciente.
Lo más importante: infórmate bien
Si te animas a hacerte un blanqueamiento dental conviene que te informes adecuadamente. Y que no te dejes llevar por precios extraordinariamente bajos. Es mejor que no hagas nada antes que someterte a un tratamiento demasiado barato. Con la salud de tus dientes no hay que jugar.
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