La situación actual del incremento de casos de malos tratos en parejas jóvenes nos hace preguntarnos las posibles causas y alternativas para solucionar este preocupante problema de convivencia social.
Reconocemos la evidente labor educativa que los centros de enseñanza deben desarrollar mediante la hoy denominada «educación en valores», a través de su contenido transversal en el amplio currículo escolar y también las campañas de sensibilización sobre la igualdad de oportunidades y de prevención de los malos tratos en la pareja realizadas por las distintas Administraciones.
Importancia de la imprescindible educación familiar
Pero resaltamos que no es suficiente debiendo complementarse con la educación fundamental e imprescindible que deben realizar las propias familias desde el nacimiento de sus hijas e hijos y a lo largo de la infancia, adolescencia y juventud.
Para la labor artesanal de la continua educación familiar es fundamental que por parte de las madres y los padres muestren en sus propios comportamientos unos modelos adecuados de respeto recíproco, así como de compartir las labores domésticas y una activa participación en la toma consensuada de decisiones familiares, ésta será sin duda la mejor influencia educadora.
Realidad de la consulta diaria
Actualmente con mucha frecuencia llegan a la consulta jóvenes que describen relaciones de malos tratos en las que aún sin convivir ya están sufriendo la falta de respeto, las conductas exhaustivas de control, dominio y aislamiento producidas por la mentalidad posesiva de su pareja.
Siguen persistiendo socialmente de forma muy extendida múltiples mitos e ideas erróneas sobre el amor, la pareja, los celos, la felicidad, los malos tratos, por lo que es necesaria una auténtica educación para la autonomía personal y la independencia emocional.
Las asociaciones de madres y padres, los servicios sociales comunitarios y las asociaciones de vecinos pueden ser lugares activos que asesoren de forma muy cercana a las familias en la cada vez más compleja labor educativa.
Las nuevas tecnologías y formas de comunicación
Cada vez tienen más importancia los nuevos modos de comunicarse (telefonía móvil, correos electrónicos, chats y redes sociales virtuales) que cuando tienen un mal uso minimizan la sensación de peligro porque al no ser tan visibles favorecen el anonimato y la creencia de impunidad.
No debemos olvidar el efecto imitador de modelos no siempre adecuados difundidos en muchas ocasiones por series y películas para adolescentes, letras de canciones, comics y fanzines así como revistas juveniles.
El grupo de iguales es el principal referente de la gente joven, por lo que su gran influencia puede en ocasiones ser la presión que fuerce comportamientos poco saludables.
Educación preventiva por la familia
Por ello, cada día se hace más evidente la insustituible educación preventiva desde la propia familia coordinadamente con las demás instituciones sociales para que a edades más tempranas, en la infancia, se instauren hábitos sanos de autocontrol, desarrollo emocional y afectividad, relaciones y ocio saludables, etc. para evitar problemas posteriores y lograr a la vez adolescentes felices.
Sería muy conveniente potenciar las Escuelas de Educación Familiar y la programación de buenos espacios educativos en los medios de comunicación públicos y privados.
En mi trilogía formada por los libros «Mi chico me pega pero yo le quiero” y «Amando sin dolor, disfrutar amando” ambos publicados en editorial Pirámide y «Mejorando mis relaciones personales. Amistades, Familia y Pareja” (editorial EOS) trato de forma detallada y muy práctica como trabajar preventivamente desde el fomento de relaciones sanas desde la propia familia así como en las amistades y la pareja para evitar la grave problemática de los malos tratos.
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