Ante la inminente llegada de las vacaciones somos muchos los padres primerizos que nos encontramos con la circunstancia de tener un bebé y no querer renunciar a tener un tiempo vacacional. Viajar con un bebé no tiene por qué suponer un problema, si nos organizamos y planificamos debidamente.
El destino
Lo primero es seleccionar el destino. Un destino nacional nos puede dar más seguridad sanitaria, a la hora de apaciguar ese pánico que tenemos de que al bebé le pase algo. Viajar al extranjero con un bebé puede parecer más osado en este tema, pero hospitales y buenos profesionales hay en todos lados. Solo hay que tener en cuenta que si nuestro destino es fuera del territorio español, debemos solicitar la tarjeta sanitaria válida para cualquier otro país y debemos preveer que este trámite lleva mínimo un mes. Con lo cual una vez tomada la decisión, es mejor solicitarla cuanto antes.
Si hemos pensado en viajar al extranjero con nuestro bebé otra cosa que tenemos que solicitar es su pasaporte. Cuando fui a hacerle el pasaporte a mi hija, mi duda principal era el tema de la foto. Pensaba que sería imposible hacerle una foto en un estudio a un bebé. Respecto a esto tienes dos opciones: puedes llevarla a un sitio especializado, o puedes hacérsela tú misma en casa, siempre que cumpla la normativa, que básicamente se centra en tener en cuenta las siguientes premisas:
-que el fondo sea blanco
-que el bebé mire al frente
-que nada le tape la cara (nada de chupes)
-que esté centrada y que haya margen arriba y en los lados
-que se le vean los hombros
El transporte
Coche
La opción del coche puede resultar la más cómoda. Nos proporciona intimidad, programar el viaje en los tiempos que queramos, hacer las paradas que necesitemos y en definitiva y aparentemente más control de la situación. No hay que olvidar nunca la normativa de la posición de la sillita y los beneficios en seguridad de la posición a contramarcha de esta. Es conveniente llevar juguetes, un cd de canciones infantiles, un espejo que permita al bebé visualizar la parte de delante del coche, y para los momentos más desesperantes, una Tablet con un contenido apropiado para el bebé.
Tren
Es una opción muy cómoda para los trayectos más largos. Renfe cuenta con el servicio ATENDO que podrás solicitar para que te ayuden a subir y a colocar el carrito. Recuerda que el carrito debe ir plegado, así que si necesitas llevarlo abierto, tendrás que tenerlo en cuenta a la hora de comprar el billete, solicitando los asientos en el vagón de movilidad reducida. Algunos trenes cuentan con la ventaja de contar con un servicio de cafetería que te permitirá estirar las piernas y dar un pequeñito paseo para distraer al bebé. Recuerda, si viajáis solos con el bebé id al servicio antes de comenzar el trayecto si no quereisos pasar un mal rato. En tu equipaje de mano puedes llevar toda la comida que necesite tu bebé, así que en este tema no hay ningún problema.
Avión
Esta opción a priori puede parecer la más complicada, pero no es tan difícil como parece. En casi todas las compañías te permiten llevar el carrito hasta la puerta de embarque. Dependiendo de lo lleno que vaya el avión, irá plegado como el equipaje de mano, o lo bajarán a la bodega. No olvides que el carrito no cuenta como equipaje de mano del bebé, puede llevar su maleta aparte. Una vez finalizado el trayecto el carrito lo recogerás en la cinta mecánica junto con las maletas. Recuerda que no suelen tener mucho tacto y mimo a la hora de trasladarlos, con lo que si tienes la oportunidad de llevar una funda contigo, evitarás sorpresas y disgustos de última hora.
Puedes llevar comida y bebida para el bebé siempre que esté envasada y cerrada, nada de tapers ni termos. La comida pasa por un control especial y lo peor que te puede pasar es que te hagan abrirla y probarla. Con respecto al agua es mejor llevarla en el biberón que en una botella, ya que en ocasiones las botellas las suelen tirar. Recuerda que es muy importante darle de beber o ponerle el chupe al bebé tanto en el despegue como en el aterrizaje, para evitar el taponamiento de los oídos.
Barco
En la opción del barco también podemos incluir la del alojamiento, ya que seguramente si cogemos un barco es porque iremos a hacer un crucero. Hacer un crucero con un bebé es algo sencillo y que no se aleja tanto de la rutina que podemos llevar en nuestro día a día con él. Puedes pasear en carrito, calentarle su comida, y desembarcar en cada puerto para dar el paseo de por las tardes. Cada vez más son las parejas que optan por este tipo de viajes con bebés por la seguridad que te da poder continuar con la rutina del bebé y a la vez conocer diversos lugares. Recuerda que en el barco también hay servicio de enfermería con médicos para casos de urgencias menores.
Alojamiento
Hotel
Hospedarse en un hotel es algo relajante y cómodo, ya que como allí no tienes que preocuparte de hacer nada (comidas, limpiar…), te simplifican el tiempo a la mitad dándote la oportunidad de exprimirlo para tu bebé. Solo hay que solicitar una cuna. Existen hoteles donde en el mini club también se hacen cargo de los bebés, algo muy positivo y a tener en cuenta, si queremos disfrutar de algunos momentos de intimidad con nuestra pareja.
Apartamento
Esta opción quizás no sea la más cómoda puesto que no nos libramos como en el hotel de las tareas domésticas como la comida y la limpieza. Pero te ofrece una autonomía, intimidad y flexibilidad únicas. Cada vez está mas de moda viajar al extranjero teniendo en cuenta también esta opción. Plataformas como Air Bnb te ofrecen la oportunidad de alquilar apartamentos, casa o habitaciones, en diversos sitios del mundo, con las mismas prestaciones que contarías en tu propia casa.
Elisa Reyes y Alba Giles
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