5 mujeres, todas ellas supervivientes de cáncer y todas llenas de vida y energía. Ellas son las protagonistas de ‘Surfeando la Vida’. Una aventura que las llevará el 24 de junio a recorrer a bordo de una tabla de Paddle Surf los 10 kilómetros que separan el puerto deportivo de Estepona y el puerto deportivo de La Duquesa. 4 de ellas no son novatas, y esto es casi relativamente sencillo si lo comparamos con la hazaña que consiguieron el año pasado: Cruzaron el Atlántico a bordo de un velero gracias al ‘Reto Pelayo Vida 2016’.
En esta ocasión ‘Surfeando la vida’ está organizado por la empresa Navigaport y patrocinado por la marca deportiva Mistral, que cederá la tabla Big SUP sobre la que realizarán la prueba.
Susana Laguarda, Patricia Alonso, Marian Santiago, Yolanda Preciados se vuelven a subir a la vida para vivirla intensamente e incorporan a Carmen Díaz.
Se encuentran en la fase de entrenamientos. Apenas faltan unas semanas para volver a surcar el mar. No saben en qué condiciones tendrán que hacerlo. Puede que el viento acompañe, o quizás no esté a su favor. El oleaje puede jugarles una mala pasada, o quizás amanezca el día de San Juan con el mar como un plato. Es una incógnita. Esto tiene que ver mucho con la vida, nunca sabes a lo que tendrás que enfrentar. Sólo hay dos cosas que ellas pueden controlar, el estar juntas, todas a una, y preparadas.
Porque afrontar la vida a veces es como surcar las olas, dejándote llevar por la marea o, ayudado por un buen soporte, disfrutar en sus crestas
Para estas 5 mujeres, ser protagonistas de este nuevo reto supone una oportunidad de volver a demostrar que con voluntad y entusiasmo se puede conseguir todo lo que te propongas. Los límites te los pones tú.
Yolanda Preciados se dedica al mundo inmobiliario y por segunda vez se lanza a una aventura que tiene como escenario el mar. Su energía y su forma de enfocar la vida tras haber superado un cáncer nos da a todos fuerzas para seguir remando, sean cuales sean los factores externos que nos acompañan.
Yolanda, ¿Cómo surge la idea de volver a reuniros para afrontar un nuevo reto?
Juan Carlos García, de Mistral y Navigaport, nos siguió en nuestra experiencia en ‘Reto Pelayo Vida’ cruzando el Atlántico en un velero. Contactó conmigo y me convocó junto a su socio Jose Carlos Martín, que además es el Director General de Marinas del Mediterráneo. Me propusieron volver a juntarnos para llevar a cabo un nuevo Reto: ‘Surfeando la Vida’. Todas decidimos inmediatamente aceptarlo, excepto Carmen que no ha podido. Pero tenemos otra Carmen, que es de Fuengirola que la ha sustituido y se ha convertido en nuestra niña.
La mayoría de las participantes vienen de fuera. Supongo que además el nuevo reto se ha convertido en la excusa perfecta para volver a estar juntas. ¿Cómo son las veces que os encontráis para los entrenamientos? ¿Cómo lo vivís?
Excitantes y muy emotivas. Después de nuestra experiencia transatlántica, no hemos dejado de estar en contacto. Nos hemos visto en Madrid un par de veces, y hablamos por teléfono continuamente. Volver a estar juntas, mano a mano, en un nuevo reto con un objetivo precioso, está siendo una experiencia única. Tenemos la sensación de haber estado siempre haciendo retos juntas. No nos hace falta ni hablar. Hablamos con miradas que lo dicen todo.
En la ocasión anterior estuvisteis 15 días juntas y en un espacio relativamente pequeño. Supongo que se crearía un vínculo fuerte, porque intuyo que todo se magnifica.
Fueron más días. Nos conocimos en Valencia en la selección final para la transatlántica. Allí estuvimos 3 días y noches juntas en el velero navegando durante 40 horas seguidas. En Madrid, ya ante los medios, espónsores e instituciones vivimos una oleada de increíbles experiencias durante una semana. Volvimos a estar juntas en Valencia ya con muchos acontecimientos pero entrenando duro durante una semana. La travesía de Valencia a Tenerife duró 5 días. En Tenerife estuvimos 2 días y la transatlántica duró 13 días y 8 horas. Tuvimos unos 4 días de descanso en Martinica y volvimos a separarnos.
Nos gusta llamarnos hermanas transatlánticas. Estamos unidas para siempre. Estamos presentes en nuestras vidas.
Sois 5 mujeres con distintas profesiones y circunstancias. El haber superado un cáncer y vivir aquella aventura juntas, ¿hace que la empatía esté por encima de las diferencias?
Correcto. Una bióloga de Mallorca, una sargento de la Guardia Civil de tráfico del Pirineo aragonés, una Guardia Civil de la casa Real en Madrid, una doctora gallega de Madrid que no ha podido venir al Reto ‘Surfeando la Vida’ y a la que ha sustituido Carmen de Fuengirola que es farmacéutica, y yo, empresaria de inversiones inmobiliarias, pamplonica y afincada desde hace más de 30 años en la Costa del Sol.
Si. La empatía es absoluta. Tenemos una conexión especial. Solo con mirarnos a los ojos, sabemos lo que pensamos o sentimos.
¿Cuál fue el mayor aprendizaje que te queda del ‘Reto Pelayo Vida’?
A parte de la navegación, he aprendido a ser más paciente. A disfrutar de horas de soledad. A trabajar en equipo al mismo nivel de exigencia. He descubierto lo importante que pueden llegar ser los retos como los que estamos haciendo para las personas que están sufriendo la enfermedad del cáncer. Nunca imaginé la respuesta de estas personas ante nuestras acciones.
Después de haber vivido aquello, ‘Surfeando la Vida’ os parecerá mucho más fácil, ¿no?
Si. Todas tenemos la sensación de estar viviendo una especie de continuación al Reto transatlántico. Lo más duro ha pasado, pero la unión, la coordinación y la actitud está completamente asentada y facilita este nuevo reto que es mucho más divertido y ameno aunque también es duro físicamente.
La mayoría de mujeres que han superado un cáncer y con las que he tenido la ocasión de hablar, suelen decir que en cierto modo agradecen haberlo tenido porque tras superarlo fue una forma de despertar, de ser más consciente del presente, de preocuparse menos…¿ Te ha pasado también esto a ti?
Absolutamente. Hay un antes y un después. Esta enorme crisis personal, es una oportunidad para resetear la vida y dar prioridad a lo importante. Es como si tomaras mucha distancia y vieras lo que de verdad es importante en tu vida. Haces una limpia de lo banal y lo superfluo y te concentras en celebrar la vida cada día.
¿Cuál crees que es la mayor dificultad del nuevo reto ‘Surfeando la vida’?
El estado del viento y las olas van a ser factores determinantes. La mayoría de nosotras hacemos deporte a diario, pero el esfuerzo de los brazos y las piernas es extraordinario porque movemos unos 400 kilos entre nuestros pesos y la tabla. Si el mar es favorable, no tenemos problema en aguantar horas surfeando, pero si las condiciones son adversas, los brazos y hombros duelen mucho.
Los dos retos están cargados de simbología. Personalmente, ¿qué mensaje quieres transmitir?
Cierto. Muchos símbolos.
Para llegar a puerto, hay que rodearse de gente que te apoye y te sume. El equipo es fundamental. Pasar la enfermedad en soledad es un gran error. Hay que rodearse de familia, de amigos, de personas que estén viviendo lo mismo.
Hay que prepararse para el reto física y psíquicamente. Yo hago un paralelismo entre esta preparación y la prevención que tenemos que gravar en nuestras mentes y llevarla a cabo para que no sea demasiado tarde.
Hay que tener una actitud resiliente para luchar a pesar de las dificultades, de las tormentas, de las olas, de los vientos… Hay que levantarse cuando no se pueda más y sentir que contigo, no van a poder.
Hay que trabajar para rechazar sentimientos como el miedo, la angustia, la depresión. Si hace falta, ponerse en manos de profesionales, pero hay que estar fuerte psíquicamente.
Por último, hay que ser paciente. Los días duros son continuos, pero el objetivo, es llegar a la costa, curarse. Tenerlo siempre muy claro y ¡celebrarlo!
¿ Qué le dirías a una mujer que esté en estos momentos luchando contra un cáncer?
Algo muy simple. Que el año que viene, puede estar preparándose para el ‘Reto Pelayo Vida’ o para el ‘Reto Surfeando la Vida’ tal y como hicimos nosotras. Mi compañera Patricia siempre cuenta que mientras le estaban poniendo la quimioterapia hace un año, siguió con mucho interés el primer ‘Reto Pelayo Vida’, donde 5 compañeras que sufrieron cáncer alcanzaron la cima del Kilimanjaro. Ella decidió presentarse al siguiente y lo consiguió.
Todo pasa afortunadamente y lo que no te mata, te hace mas fuerte.
Ellas están demostrando que son fuertes, muy fuertes y con su experiencia y ganas además de cruzar mares y océanos nos dan una lección de vida. Así lo expresaba en la presentación d ella prueba José Carlos Martín, presidente de Navigaport: «Nosotros estamos convencidos de que la vida hay que vivirla al máximo y estas mujeres nos dan muestra de ello constantemente. Entendemos que el cáncer es una enfermedad que afecta a un importante número de personas, y pensamos que con esta iniciativa podemos contribuir a normalizar la enfermedad y a hacer ver que el deporte en general, y todo lo relacionado con el mar en particular, es sumamente beneficioso para cualquier enfermedad”.
Ya solo queda descontar los días para vivir una experiencia tan especial. Pero cada día de ese calendario cuenta y lo quieren disfrutar al máximo. Algo que deberíamos hacer todos en este reto que es la vida, tenga la dirección que tenga el viento.
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