Ni la bruma ni el viento fueron impedimento para que cinco valientes mujeres que han ganado la batalla al cáncer protagonizaran ayer el reto deportivo y solidario «Surfeando la vida”. El desafío consistió en recorrer las 6,5 millas náuticas (unos 10 kilómetros) de distancia entre el puerto deportivo de Estepona, que fue el lugar de salida, y el puerto deportivo de La Duquesa, en Manilva, lugar de llegada, a bordo de una tabla de paddle surf.
Susana Laguarda, Marian Santiago, Yolanda Preciados, Patricia Alonso y Carmen Díaz ponen nombre a esta aventura de ejemplo y superación. Susana Laguarda y Marian Santiago, son ambas Guardia Civil de profesión, la primera en la Casa Real y la segunda agente de tráfico.
Junto a Susana y Marian participaron en este reto, que consiguieron finalizar una hora antes de los previsto, la empresaria marbellí, Yolanda Preciados y la bióloga Patricia Alonso. Estas cuatro mujeres ya fueron las protagonistas del Reto Pelayo Vida 2016, que consistió en cruzar el Atlántico a bordo de un velero. Para «Surfeando la vida” también se unió la farmacéutica de Fuengirola, Carmen Díaz.
Sobre una tabla Big SUP de la marca Mistral, patrocinadora del evento, y con capacidad para hasta 8 personas, éstas cinco mujeres arrancaron con gran energía la aventura, tras una suelta de palomas blancas, desde el puerto deportivo de Estepona alejándose de la orilla unos 200 metros para ir costeando hasta la llegada al puerto de La Duquesa en Manilva.
Y es que surfear es a veces como la vida, dejarse llevar por la brisa, aprovechar las olas para hacer piruetas o remar contra la marea para llegar a buen puerto. «A veces la fuerza no sale de los brazos, ni del cuerpo, sino de la mente, de ese ‘músculo gris’ que es el más poderoso que tenemos”, explicaba Susana Laguarda.
«Cuando tienes que enfrentarte a cosas verdaderamente importantes de la vida, sueles cambiar tus prioridades y tu punto de vista sobre las cosas cotidianas. Hay que sacar lo positivo de una enfermedad como el cáncer, y para mí lo positivo ha sido saber valorar a las personas que han estado conmigo en los peores momentos y disfrutar cada minuto de la vida”, señalaba Carmen.
Tras finalizar su aventura, Marian Santiago afirmó que «hay muchas asociaciones que están haciendo mucho por las personas que están pasando una dura enfermedad o un cáncer. Siempre que podamos, y en la medida de nuestras posibilidades, hay que ayudar a estas organizaciones y darles visibilidad”.
Con cara de satisfacción, Yolanda Preciados manifestó que «bien acompañada y con una actitud positiva, se puede conseguir todo lo que uno se proponga. Nosotros queremos demostrar que hay mucha vida después de una enfermedad, que todo puede superarse con ánimo y un poco de suerte”.
Quemada por el sol y algo cansada, Patricia Alonso quiso agradecer a los organizadores haberles dado la oportunidad de protagonizar un nuevo reto, después de que el año pasado participara en el Reto Pelayo Vida. «Estas cosas nos dan energía porque notamos el cariño con el que la gente nos recibe. Esto es alimento para el alma”.
Acompañaron a las participantes en la salida la concejala de Playas del Ayuntamiento de Estepona, Susana Aragón y el edil de Deportes, Adrián Trujillo, el presidente de Marinas del Mediterráneo, José Carlos Martín, y el comisario del Cuerpo Nacional de Policía en Estepona, Fernando Calleja.
Además, durante todo el trayecto estuvieron apoyadas por una embarcación de la organización, por Protección Civil de Estepona y por una patrulla del Servicio Marítimo de la Guardia Civil. Ya en Manilva, las esperaba el alcalde, Mario Jiménez, entre otras autoridades que quisieron sumarse al recibimiento a las heroínas de esta iniciativa. Tras la llegada, se procedió a la izada de la bandera azul con la que el puerto de La Duquesa ha sido galardonado este año.
Organizado por Navigaport, empresa del grupo Marinas del Mediterráneo y patrocinado por la marca deportiva Mistral, el reto «Surfeando la vida” contó también con la colaboración de la Fundación Otoclinic, C. de Salamanca y Reserva del Higuerón Resort que quisieron dar un carácter solidario a la jornada realizando una aportación económica a la Asociación Española Contra el Cáncer y la ONG Zonta Málaga.
Todo un desafío para las participantes en este reto que a la vez se convierte en ayuda e inspiración para que aquellas personas que están pasando una dura enfermedad, lo afronten con ánimo y ganas de superación.