Durante los meses de verano, mantener el mismo nivel de productividad puede resultar complicado. El calor no solo afecta al descanso o al estado de ánimo: también disminuye nuestra capacidad de concentración. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cuando se superan los 33 °C, el rendimiento en trabajos de intensidad moderada puede caer hasta un 50%. De cara a 2030, se prevé que el calor extremo provoque la pérdida del 2,2% de las horas laborales a nivel global.
Las altas temperaturas pueden reducir el rendimiento hasta un 50%, pero el secreto no está en hacer más… sino en hacer mejor.
No gestionamos tiempo, gestionamos energía
Laura García Buscaglia, coach ejecutiva certificada y experta en efectividad personal, lo resume así: “En verano, más que nunca, la clave no es el tiempo… es la energía”. Tras más de 15 años en puestos de dirección y más de 500 líderes acompañados, Laura propone un cambio de enfoque: menos agenda, más bienestar.
Su herramienta de referencia es el Método FASE, una metodología desarrollada en España y aplicada en más de 300 empresas como Pepsico, Siemens o Zurich. Esta fórmula organiza el trabajo alrededor de cuatro pilares: Foco, Atención, Sistematización y Energía.
Cinco hábitos que marcan la diferencia
Adaptar nuestras rutinas al verano no solo mejora el rendimiento, sino que también protege la salud. Estas son algunas claves prácticas basadas en el Método FASE:
1. Identifica tus picos de energía
Aprovecha las horas de mayor claridad mental —normalmente por la mañana— para las tareas que requieren concentración. Deja las gestiones más ligeras para los momentos de más calor.
2. Reduce el ruido en tu agenda
Evita reuniones innecesarias y protege bloques de trabajo profundo. Menos interrupciones, más foco.
3. Revisa tus prioridades
No todo lo que aparece en tu calendario es importante. Aplicar el principio 80/20 ayuda a centrarte en lo que realmente aporta valor.
4. Cuida tu cuerpo para sostener tu mente
Hidratarse, comer ligero y hacer pausas breves favorece la energía física y mental. El autocuidado es parte del rendimiento.
5. De la intención al hábito
El Método FASE trabaja con ciclos de 90 días para transformar hábitos de forma sostenible. No se trata de soluciones puntuales, sino de cambiar el enfoque de raíz.
Productividad con propósito
“Ser productiva es el camino hacia la libertad que tanto deseas y mereces”, señala Laura. “En verano, las distracciones se multiplican. Por eso, mantener el foco y entender que no falta tiempo, sino energía bien gestionada, es clave”.
No se trata de trabajar más, sino de trabajar con más sentido. Y para quienes lideran proyectos, equipos o su propia vida, el verdadero liderazgo también implica saber pausar, reenfocar y cuidar de uno mismo.
