Fácil de aprender, entretenido, social y cada vez más popular. El pickleball ha pasado de ser un desconocido a protagonizar titulares y ocupar pistas deportivas por todo el mundo. En España, su expansión es reciente, pero imparable. Y no es casualidad: este deporte combina lo mejor de varias disciplinas y está pensado para que cualquiera pueda jugar… y disfrutar desde el primer día.
Un poco de historia: de juego improvisado a deporte global
El pickleball nació en 1965, en una isla del estado de Washington (EE.UU.), cuando tres padres improvisaron un juego para entretener a sus hijos durante las vacaciones de verano. Usaron palas de madera, una pelota de plástico perforada y una pista improvisada. Lo que comenzó como una ocurrencia familiar se ha transformado en un deporte con más de cinco millones de jugadores solo en Estados Unidos, y un crecimiento anual superior al 15% a nivel global.
Su nombre curioso —pickleball— tiene varias teorías. La más extendida dice que proviene del perro de la familia inventora, llamado Pickles, que solía perseguir la pelota durante los partidos. Otra versión apunta a una referencia náutica sobre una embarcación mixta llamada “pickle boat”. Sea como sea, el nombre ha ayudado a que no pase desapercibido.
¿Qué lo hace tan especial?
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La sencillez: se aprenden las reglas en minutos.
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La accesibilidad: no exige una gran condición física.
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La socialización: se juega en pareja, y es ideal para grupos mixtos.
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La versatilidad: puede practicarse tanto al aire libre como en interior.
Al tratarse de un deporte de bajo impacto y con menos exigencia técnica que el tenis o el pádel, se adapta muy bien a quienes buscan una forma de mantenerse activos sin riesgos de lesiones. Pero eso no significa que no sea un reto: hay ligas, torneos, y jugadores muy competitivos. Es decir, puedes tomártelo como un pasatiempo o como un deporte serio. Tú eliges.
Salud física y mental en cada partido
El pickleball trabaja de forma integral cuerpo y mente. Favorece la movilidad, mejora la resistencia cardiovascular y ayuda a fortalecer brazos, piernas y zona media. A nivel cognitivo, mejora la coordinación mano-ojo, la capacidad de reacción y la atención.
Además, su práctica frecuente se asocia con mejoras en el estado de ánimo, reducción del estrés y mayor bienestar general. No en vano, muchos psicólogos del deporte lo recomiendan como actividad regular, especialmente para quienes pasan muchas horas frente al ordenador o en entornos laborales exigentes.
Un fenómeno en expansión
En Estados Unidos se han creado centros exclusivos de pickleball, influencers deportivos que promueven su práctica, y hasta celebridades como Leonardo DiCaprio, Bill Gates o George Clooney lo han probado. En Europa, España y Reino Unido encabezan el crecimiento de aficionados.
En Andalucía, y particularmente en la Costa del Sol, se han empezado a adaptar pistas de pádel y tenis para su práctica, y muchos clubes privados ya han incluido esta disciplina en sus programaciones.
¿Se puede jugar con niños o en familia?
Sí. Esa es otra de sus ventajas. No hay límite de edad. Es tan sencillo y divertido que padres, hijos y abuelos pueden compartir partida. Esto lo convierte en una excelente actividad para fines de semana, vacaciones o encuentros familiares.
¿Qué se necesita para empezar?
Muy poco:
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Ropa cómoda y calzado deportivo.
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Una pala de pickleball (más ancha y ligera que la de pádel).
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Pelota perforada de plástico (llamada wiffle ball).
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Y una pista: ya hay aplicaciones y clubes que las ofrecen por horas.
¿Por qué deberías probarlo?
Porque puede que descubras en el pickleball algo más que un deporte: una rutina saludable, un espacio para socializar y una forma sencilla de reconectar con el placer del juego. Sin presiones. Solo por el gusto de moverse, reír, competir o simplemente disfrutar.