Son las cinco de la tarde de un jueves cualquiera y si no fuera por lo que marca el calendario, juraríamos que es primavera. Es lo que tiene Málaga, que suele recibir a todo el que llega de una forma cálida y acogedora. Megan Maxwell acaba de poner un pie en la ciudad y nos atiende en la única media hora que le queda disponible antes de salir corriendo a su firma de libros. Su agenda está en plena ebullición tras la publicación de ‘Tampoco pido tanto’, su última novela erótica. Quedamos con ella en el hotel y aprovechamos el rato que tiene libre para instalarse. Allí, durante la sesión de fotos, una voz desconocida nos interrumpe. «Perdona que moleste, pero te he visto y quería decirte tus libros son lo único con lo que consigo desconectar», dice una chica de forma veloz. Megan termina la sesión y se acerca a ella para agradecerle el comentario.
Si le hubieran dicho hace unos años la fama que iban a cosechar sus libros, seguro que no lo hubiera creído. Empezó escribiendo por «aburrimiento» y ni siquiera se planteaba enviar los textos a una editorial. Lo hizo por la insistencia de sus familiares y amigos cercanos, pero confiesa que en ningún momento pensó que lo fueran a publicar. «Lo envié y lógicamente me dijeron que no. Ese ‘no’ me hizo insistir e insistir hasta que fuera ‘sí’. Desde que envié la primera novela hasta que me la publicaron pasaron doce años«, asegura entre risas.
Ahora María del Carmen Rodríguez del Álamo, conocida como Megan Maxwell -pseudónimo bajo el que firma sus libros- es una de las autoras de novela romántica más vendidas de nuestro país. Ha publicado un total de 42 libros a lo largo de su carrera y ha conseguido hacerse un hueco entre los escritores más relevantes gracias a sus novelas románticas y eróticas.
¿Por qué empezó a escribir?
Yo siempre he sido una gran lectora. Mi madre es una grandísima lectora y yo siempre la veía leer y me decía «qué leerá que le llamará tanto la atención». Un día estaba aburrida en casa y no sabía qué hacer y cogí un papel y un bolígrafo y empecé a escribir. Yo no sabía qué estaba escribiendo, pero a los dos o tres días me di cuenta de que había creado unos personajes y una historia y me gustó la idea. Me acuerdo que los papeles estaban encima de mi mesa y que cuando alguien me preguntaba, yo decía «eso es casi una novela». Por eso mi primera novela se tituló ‘Casi una novela’. Realmente empecé a escribir porque estaba un día aburrida en casa.
Y desde ese día hasta que se publica su primera novela, ¿cómo fue todo?
Muy complicado. Yo no tenía unos estudios ni un padrino importante. Al principio no lo mandaba a editoriales porque yo pensaba que a mí quién me iba a querer publicar. Cuando terminaba una novela sacaba copias para mi familia y ellos me animaban. Como me insistían tanto, decidí enviarlo. Lógicamente me dijeron que no. Pero claro, yo soy una persona que cuando tú me dices que no, yo busco el sí. Y tardaron doce años desde que empecé, pero me lo publicaron.
«Cuando escribo una novela erótica lo que intento es que cuando tú lo leas te calientes»
¿Por qué lo del pseudónimo?
Porque mi padre es americano y aunque yo me he criado en España con mi madre, yo sé que mi vida hubiera sido diferente si me hubiera llamado Megan. Para mí Megan es como parte de mí aunque no figure en mi DNI. Cuando publiqué mi primera novela y me preguntaron que a qué nombre quería ponerla, dije que Megan. Yo quería tener una vida en la que el nombre de Megan existiera. Como era muy corto, decidí ponerle el apellido de un cantante que me gusta mucho, Maxwell. Me gustó cómo sonaba. Cuando oigo Megan ya sé que viene por el tema de los libros y cuando oigo María o Carmen ya sé que viene por otra parte. Eso me gusta.
Sus seguidores se han bautizado como guerreros y guerreras, ¿escribe para escapar de sus propias batallas?
No, escribo para disfrutar un poco más de la vida. Yo siempre digo que al ser escritor, puedes vivir muchísimas vidas. Puedes ser azafata, bailarina o guerrera escocesa medieval. Lógicamente, todos tenemos batallas que librar y muchas veces cuando estoy escribiendo un libro sí que sale un poco esa batalla, pero eso solo lo sé yo.
Ha dicho en varias ocasiones que cada vez que empieza una novela hace casting de chicos para sus personajes, ¿en quién se inspira el protagonista de su última novela?
Sí, normalmente siempre busco un chico en el que inspirarme. Esto lo hago porque al principio, hace ya años, cuando empezaba a escribir la novela el chico era rubio con ojos verdes y terminaba siendo moreno con ojos azules. Para no equivocarme y que pase esto, hago un casting para saber qué chico es cada personaje y que siempre sea igual cuando lo describa. Cuando hice este casting de ‘buenorros’, como yo le llamo, decidí que el prototipo de mi protagonista iba a ser el hijo de Clint Eastwood, Scott Eastwood, que es así rubio con ojos claros. Ese era el chico que yo quería que fuera el piloto en ‘Tan poco pido tanto’.
¿Se imagina a sí misma en la cama con el personaje cuando escribe una espera erótica?
Al cien por cien no, lógicamente, porque yo mi parcela de la cama me la reservo para mí y mis cosas. Pero bueno, cuando escribo una novela erótica lo que intento es que cuando tú lo leas te calientes. No es cuestión de que me imagine yo, es cuestión de que me imagine que cualquier persona que lo lea se imagine haciéndolo.
¿Es ‘Tampoco pido tanto’ su obra más personal o atrevida?
No, esta novela es una novela erótica pero ya está. Mi novela más personal siempre digo que es la que le escribí a mi madre, por el hecho de que cuenta la historia de mis padres; y la novela más erótica que he escrito es ‘Pídeme lo que quieras’. Esta, por supuesto es erótica, pero no es la más erótica.
«Intento que las personas que me lean se den cuenta de que el sexo es para divertirse»
Hay quien dice que su nueva obra es capaz de hacer realidad nuestras fantasías más secretas, ¿sigue habiendo tabúes con respecto al erotismo de las mujeres?
Muchísimo. En cuanto al erotismo de las mujeres y en cuento al sexo en general. Intentamos que con el paso de los años vayamos siendo un poco más abiertos de mente, pero cuesta muchísimo erradicar el tabú que origina el sexo. Existe hoy, existirá mañana y existirá por los años de los años. Pero sí que es cierto que cada día vamos siendo un poco más abiertos de mente. Yo soy bastante abierta e intento que las personas que me lean se den cuenta de que el sexo (consentido, por supuesto) es para divertirse.
¿Contribuyen las novelas eróticas a eso?
Por supuesto, muchísima gente que me lee me ha dicho que se han atrevido a hacer cosas que antes no se atrevían o que han hablado con sus parejas de cosas que antes eran como un tabú. La gente se atreve más.
La mayoría de sus lectores son mujeres, ¿cree que a los hombres les avergüenza en cierto modo leer las fantasías de una mujer?
Bueno, es cierto que a mí me leen más mujeres que hombres, pero cada día hay más hombres. No es que les de vergüenza, pero sí cierto apuro. Desde mi punto de vista, los hombres son muy sexuales, pero ellos son más visuales y a nosotras nos gusta más leer e imaginar. Entonces, es cierto que a mí me leen más mujeres, pero los hombres que me leen cada día me lo dicen con más tranquilidad. Antes me escribían por privado para decirme que se habían leído un libro y que les había gustado y yo les decía que me lo pusieran en el muro, pero me respondían que no porque sus amigos iban a ver lo que leen. Hay cierto tabú, pero creo que cada día menos. Ahora hay algunos que incluso vienen a las presentaciones. Aunque el 80% son mujeres, cada vez hay más hombres; y eso es bueno.
¿Alguna vez se ha autocensurado por lo que puedan pensar, o incluso por sus hijos o su familia?
No. Mi familia está contenta con lo que hago, saben que me gusta escribir y que es un trabajo. Mis hijos están contentos de que su madre sea feliz haciendo lo que le gusta.
«Los hombres suelen tener más apuros en decir que leen novela erótica, pero es cierto que cada vez menos»
Es una de las autoras más vendidas de los últimos años, ¿a qué cree que se debe su éxito?
Cuando me hacen esta pregunta siempre digo que más que a mí se la deberíais hacer a las personas que compran mis libros. Siempre digo que el 50% de mi éxito es tener el ejército de guerreras y guerreros que tengo detrás de mí todos los días. A lo mejor lo que les gusta es la manera en la que cuento una historia, la facilidad con la que me comunico con ellos, y que saben que yo llevo todas mis redes sociales. Tarde más o menos, saben que soy yo la que les contesta; y eso les gusta.
Ha publicado más de 40 novelas de diferentes estilos. ¿En qué género es más Megan Maxwell que nunca?
Yo me defino como escritora de novela romántica. Dentro de ella hay muchos géneros y reconozco que en cualquiera que lleve una historia de amor, me encuentro tremendamente cómoda. En las de las guerreras medievales la verdad es que me divierto mucho porque son diferentes a estas. En ese tipo de novelas tengo que irme a unos siglos pasados donde la mujer no podía hacer muchas cosas y en las que yo me permito el lujo de que esas mujeres hicieran esas cosas. Hay gente que me dice que esas mujeres no existían y yo siempre digo que sí, que les cortaban la cabeza a los dos días, pero que existir existían. Me gusta hablar de ella e imaginármelas.
Redacción y fotografías: Elena Cabeza