Cuando se trata de envejecer, todavía hay quien encara este proceso natural de la vida con tristeza. Lo que no quieren ver es que seguir sumando días en el calendario, experiencias y años es un privilegio que no todo el mundo tiene y que debería ser un motivo de alegría siempre. No te lamentes por envejecer, eso significa que sigues viviendo. Tómalo como un regalo.
Normalmente, asociamos envejecer con aspectos negativos como el deterioro físico, el cansancio o las arrugas y, aunque no somos como el vino, que mejora con el tiempo, cumplir años es positivo. Y más en la etapa de la historia en la que nos ha tocado vivir, en la que la sociedad ya no ve a las personas mayores como viejos. Lo que determina realmente la edad es la juventud de espíritu y la ganas de disfrutar cada instante.
Es todo cuestión de perspectiva. Envejecer no implica hacerse más débil ni volverse senil. Significa avanzar hacía un estadio más de la vida, al que entras con cosas aprendidas y durante del que vas a seguir aprendiendo. Al fin y al cabo, es lo mismo que llevas haciendo desde que naciste.
Seguir sumando días al calendario asusta a muchos pero, ¿por qué? Lo importante es detectar el motivo real que lleva a la angustia que supone cumplir años. Lo cierto es que envejecer es la única manera de vivir más. Lo uno no existe sin lo otro. Si lo que te asusta es dejar de vivir y de sentir, aprovecha ahora que tienes la oportunidad de hacerlo sin dejarte invadir por los pensamientos grises respecto a lo que vendrá.
El secreto para seguir sumando experiencias, aprendizaje y ganas es vivir una buena vejez. Esto es, abandonar lo inútil, lo que no te aporta, y centrarse y poner toda la energía en lo realmente importante y que te haga sentir bien.
Según un estudio realizado por psicólogos, esto último es más fácil para las mujeres, en teoría, por cuestiones culturales. El estudio consistía en investigar aptitudes físicas y cognitivas de individuos de la tercera edad. Aparte de los resultados, los varones mantenían su papel de trabajadores patriarcas y mostraban mucha preocupación por el resultado de la prueba. Sin embargo, las mujeres no le daban mayor importancia.
La cosa va más allá. Las mujeres, al notar sus dificultades en cuanto a retención, recuerdos o movilidad, la mayoría respondían que esas cosas ya no les importaban. Es por esto, que cuando la edad avanzada llega, los hombres tienen más problemas para lidiar con esta etapa vital.
En cualquier caso, dejarse llevar por una vejez buena implica no lamentarse por ser mayor, por acumular velas en la tarta y disfrutar de lo que la vida te ha brindado y de la nueva perspectiva y óptica que te da vivir en el momento en el que te encuentras. Lo esencial no es que nos arruguemos, que nos salgan canas o que no aguantemos las caminatas como antes, sino que hagamos cada momento nuestro y sigamos disfrutando de lo que nos venga con ojos de niño que vive todo por primera vez.