En estos días ha tenido lugar en el Palacio de la prensa de Madrid el congreso Soy Icónica organizado por la Mentora de Marca Personal de Alto Nivel, Ana Jiménez. Jiménez comenzó dando las gracias a todas las asistentes a las que confesó “querer abrazaros a todas”. Unas trescientas mujeres venidas de varias partes de España e incluso de fuera escucharon con atención cada una de las palabras de la experta.
Comenzó dando recordando la importancia de confiar en una misma como base para empezar cualquier negocio de emprendimiento. Ana Jiménez comenzó preguntando al público qué es la marca personal para enseguida ponerse a establecer un diálogo con sus seguidoras. Recordó que la marca personal es aquello que te define. Jiménez confesó que ella estaba en momentos muy bajos acompañada de una pareja muy tóxica que no la apoyaba y que le recordaba a todas horas que era inútil. “Saqué fuerzas y un buen día me fui y comencé a escribir mi primer libro, Cómo dar glamour a tu marca personal que enseguida se convirtió en un bestseller y pronto me empezaron a contactar mujeres”. “No aceptes críticas constructivas de nadie que no haya construido nada”.
La experta reconoció que una buena comunicación es vital para crear una buena y eficaz marca personal. Cuando la gente comienza suele caer siempre en el mismo error, poner los precios de la competencia. Recordó la importancia de crear contenido difícil de plagiar. “La fórmula secreta de qué precio poner a lo que vendes es poner en valor tu trabajo y sobre todo creértelo porque si no es así no podrás vender nada”. “Tienes mucho que decir tiene que salir hacia fuera”.
Los grandes errores de los emprendedores
-Poner precios en base a la competencia. O, todavía peor, ponerlo un poco más barato por la creencia de que así se venderá más.
-Sin estrategia. Esto es como empezar una casa por el tejado. Es un camino directo al fracaso.
-Enfocarse en el público general por miedo a perder potenciales clientes. No aprender identificar quién son los potenciales clientes del producto o del servicio.
-Autoaprendizaje. Apuntarse a todos los cursos y gratis que se ven sin buscar una guía para seguir dicho aprendizaje. Suscribirse a todas las newsletters que, por supuesto, jamás serán leídas en su mayoría.
-El síndrome del impostor
Cómo definir tu marca personal
Cuando la gente empieza, suele hacerlo por el final, reconoció la experta identificando un error básico. “Saber empatizar con el cliente al que le quieres vender tu producto o servicio. Por ejemplo, si vendes una crema anticelulítica puedes llegar no sólo a la que la tenga sino a aquella que deja de hacer cosas en su vida por dicho motivo”, explicó.
Tener coherencia, “lo que digo lo hago y además, lo comunico, porque si muestras incoherencia será muy difícil tener una credibilidad y, sin ella, no hay negocio”.
“Lo que somos, qué vamos a hacer y cómo lo vamos a comunicar”. Hay dos maneras; desde la mediocridad o desde la excelencia. “Si nos autopercibimos pequeños, así nos percibirán los demás”
Autoconocimiento. Esa huella que tenemos innatas.
Trabajar la especialidad, no ser genérico.
La historia personal de cada uno, algo que comunicar. Tu esencia está repleta de las historias que conforman tu vida, hay que potenciar, que la gente sepa reconocerte por ello”
Proyección. Tener claro qué hacer.
Disrupción, hacer las cosas de manera diferente, no ser una copia.
Exclusividad. No tener miedo. “A veces tememos poner un servicio exclusivo con precio elevado por temor a perder potenciales clientes y eso es un error”, explicó la experta.
Trabajar la suprautoridad. Dominar siempre aquello que se vende. Serlo y parecerlo. La percepción es vital. “Para mí –explicó Jiménez- esto último, la percepción, me parece importantísimo.
Los cinco “tú a tú”
Qué hay que trabajar para diferenciarse de la competencia.
-Definir el estilo propio. Por mucho que haya muchos que se dedican a lo mismo. Definir los valores, son la clave de la coherencia.
-Definir en qué se es experto. Por ejemplo, “soy experta en bebés recién nacidos”. Posicionarse en algo concretamente.
-La historia personal de cada uno. Es una manera de empatizar con los clientes. ¿Por qué se está ahí y por qué se hace?
-¿Para qué? ¿Cuáles son las motivaciones personales?
-Si se junta todo lo anterior, entonces es cuando surge la magia.