Azahar, cacao, vainilla, romero, lavanda… no hay nada tan personal como el olor de una casa. Tan importante como la decoración que hayamos elegido para dar forma a nuestro hogar, lo son las fragancias. Ellas son las encargadas de dar calidez y personalidad propia a cada una de los rincones, convirtiéndose, además, en protagonistas indiscutibles de nuestros mejores recuerdos.
Todos tenemos claro que aspectos domésticos como la limpieza, el mobiliario o el orden son aspectos fundamentales en una casa. Sin embargo, es frecuente que no prestemos tanta atención a esos olores que molestan e incomodan, sobre todo cuando llegamos de la calle.
Cada casa tiene un olor característico e inconfundible, que es posible que los que viven allí no perciban. Por eso es tan importante conseguir que nuestras casas tengan un buen olor.
Sin embargo, conseguir que las estancias de nuestra casa tengan un olor agradable no es tarea sencilla. Pero, ¿por qué es realmente tan importante que las casas tengan olores que recreen atmósferas cuidadas? Seguro que no habíais caído en algunas de las siguientes razones:
– Inhalar aromas agradables tiene efectos terapéuticos. Hacen que nuestro organismo se estimule de forma positiva o negativa, atendiendo a aspectos tan diversos como la situación o el espacio. De hecho, hay muchas personas que emplean las fragancias como remedio para dolencias físicas.
– La nariz y su capacidad olfativa son la parte de nuestro cuerpo que permite que el sistema nervioso se comunique con el mundo que nos rodea.
– Cuando olemos algo no sólo obtenemos una respuesta mental, sino sobre todo sentimental. Por esta razón, las fragancias colaboran en las funciones de relajación del cuerpo y del espíritu.
– Los olores tienen la propiedad de evocarnos recuerdos pasados, agradables y desagradables, gracias a la unión que existe entre el sistema límbico y éste, al mismo tiempo, con el área más emocional de nuestro cerebro.
¿Todas las estancias de una casa deben tener el mismo olor?
Seguro que en numerosas ocasiones os habréis sorprendido a vosotras mismas haciéndoos esta pregunta buscando algún olor agradable en el supermercado. A pesar de lo que muchas puedan creer sobre la necesaria homogeneización de las distintas estancias de una casa con el fin de no generar sobrecargar en el ambiente, la respuesta es justamente la contraria. Así, no sólo es bueno que cada habitación tenga su propio olor, sino que resulta algo absolutamente necesario. ¿La causa? Cada habitación posee una actividad propia que necesita ser identificada con una fragancia concreta. ¿A qué debe oler la cocina? ¿Y el cuarto de los niños?
– Para los baños y las habitaciones: Lo mejor es que optéis por olores suaves y herbales, como el eucalipto, el jazmín, la lavanda, la rosa o la manzanilla. Son lugares donde deben predominar los colores suaves para generarnos tranquilidad, por lo que los olores tampoco deben generar estrés en nuestras mentes. Además, son olores que propician el sueño. Y si una tarde decides dedicarte tiempo para ti y darte un relajante baño de agua caliente, entonces elige fragancias de vainilla y canela.
– Para el salón y la sala de estudio: Oler a coco, sandía, jengibre o vainilla produce un efecto positivo y de optimismo en las personas. Atraen amigos, producen endorfinas y alejan los pensamientos negativos.
– Sala de descanso: Jazmín, canela y miel constituyen el tridente perfecto. Además, poseen innumerables propiedades beneficiosas para nuestro organismo. Así, mientras que el jazmín alivia los dolores en la espalda; la canela alivia la depresión y la canela, ayuda a una mejor circulación.
– Cocina: Muchos expertos en aromaterapia consideran que la cocina es la única estancia de la casa que debe permanecer alejada del interesante mundo de las fragancias y de los olores. Sin embargo, los estudios demuestran que una cocina donde huela a eucalipto, naranja o limón puede originar a los habitantes de la casa innumerables beneficios. Son olores frescos que ayudan a eliminar los olores procedentes de las comidas. Por otro lado, el olor a naranja colabora en el proceso digestivo.
Dime a qué huele y te diré lo que provoco
Hay numerosos olores que tienen un efecto muy concreto en las personas. Algunos de los más conocidos son:
– Limón: transmite limpieza y frescura y ayuda a reducir los niveles de estrés.
– Naranja: es una fragancia antidepresiva.
– Mandarina: calmante y relajante.
– Lavanda: si efecto es tranquilizador. Es muy útil si lo que queremos es bajar el nerviosismo.
– Pino: refresca y genera sensación de bienestar.
– Enebro: alivia el cansancio y facilita la concentración.
– Canela: reduce la fatiga y estimula la mente.
– Vainilla: reduce el estrés
– Pimienta negra: es estimulante
– Geranio: se trata de un estabilizador mental.
¿Con cuál os quedáis?
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