Hasta el pasado 21 de enero, Fernando Vega de Seoane era un empresario madrileño de 47 años, felizmente casado y con cinco hijos, a quien la vida tenía preparada una sorpresa nada agradable: un accidente de esquí, deporte que practica desde que era pequeño, que le ha dejado parapléjico, pero con la fortaleza suficiente para encarar la vida con el mejor de los propósitos y sin permitirse flaquear. La familia, los amigos, el trabajo, y todo lo “bueno” que tiene la vida, son la excusa perfecta para encarar la vida con una gran sonrisa y con la motivación necesaria para luchar por recuperar su vida anterior al accidente.
¿Cuándo y cómo se produjo tu accidente, y qué consecuencias ha acarreado a nivel físico?
El accidente se produjo el 22 de enero Baqueira Beret mientras estaba esquiando; la consecuencia médica es una lesión medular completa a la altura de la D-7, lo que vulgarmente se llama una “paraplejia”, traducida en que soy insensible de ombligo para abajo. Tengo esa parte del cuerpo totalmente paralizada.
¿Cómo ha cambiado tu vida desde entonces?
Soy bastante cabezota en este sentido y a todo el mundo le digo lo mismo: mi vida no ha cambiado. Ha cambiado una parte de mi vida que es la movilidad. Pero tengo la sensación de que lo esencial de mi vida no cambia: mi familia, mi trabajo y mis amigos, mis pilares. Al revés, se ha fortalecido mucho. Entonces, he de decir a la pregunta de si me ha cambiado la vida que tan sólo en una parte pequeña y poco significativa, como es por ejemplo el tener que cambiar de coche.
¿Cuáles son tus motivaciones hoy en día?
Sin duda alguna, la motivación fundamental es recuperarme y aterrizar de nuevo en la vida que dejé el pasado 21 de enero; y ver cómo me adapto a mi nueva situación. Es una motivación enorme, piensa que, en apenas mes y medio, he estado en tres hospitales diferentes, Vall d´Hebron, Princesa y ahora estoy en Toledo. Aquí en Toledo estoy en fase de rehabilitación, de cara a la vuelta a la vida normal. Es un incentivo brutal de cara a mi ansiado regreso a casa, a Madrid. Además, estoy descubriendo un montón de cosas que antes no tenía en cuenta o desconocía: entre otras, mi gran capacidad para comunicar, para ayudar a los demás…todo esto es un gran aliciente.
¿Qué porcentaje de discapacidad tienes reconocido, y qué ayudas recibes al respecto, si es que han llegado ya, por parte de las administraciones?
Aún no lo tengo reconocido; pero una lesión como la mía está entre un 67 y un 75 por ciento de discapacidad, así que en esos márgenes me muevo. Como mínimo un 65 por ciento por ser una paraplejia, y a eso hay que añadir que no tengo control de esfínteres ¿Ayudas? Todavía es muy pronto para saberlo, quitando las típicas ayudas de bonificarte el impuesto de la renta (IRPF) u otras tasas de esa índole, como el impuesto de vehículos.
¿Qué supone para ti el término resiliencia?
Es un concepto para mí muy necesario e importante. Lo veo como la capacidad no de sacar lo mejor de cada cosa sino de olvidar aquellas que hacen daño. Creo que convertir el daño en fortaleza es muy teórico, muy difícil. Me conformo con aparcar aquello que me hace daño, y que no me afecte.
¿Qué te aportan las redes sociales, a través de las que conectas con todo aquel que se interesa por tu vida y estado de salud?
Me considero un novato totalmente en este mundo “virtual”. Hasta el 22 de enero no existía en ese mundo de las redes sociales, salvo LinkedIn que es una red enfocada al ámbito profesional en la que estaba simplemente presente, no activo. Pero, me he dado cuenta, que esa transmisión de lo que ocurre en mi día a día y cómo me siento, está ayudando a muchísima gente. Y esa transmisión tiene un efecto contagio súper positivo en mi nivel de ánimo; me incentiva a seguir ver cómo la gente se siente ayudada a partir de mi testimonio. Insisto, ese efecto contagio es lo mejor que estoy percibiendo de esa relación con las redes sociales y de esas personas en muchos casos anónimas que me trasladan su cariño por esa vía.
¿Cuántos mensajes de apoyo has recibido en estos meses?
He recibido más de 70.000 mensajes, más de dos millones de reproducciones de mis vídeos, -unos cien publicados-, y otras tantas cifras que suponen una barbaridad, si hablamos de apenas dos meses. Creo que supero los cuatrocientos mil likes a mis publicaciones; recibo en definitiva cientos de mensajes diarios que me ayudan a seguir.
¿Qué objetivos de has marcado en tu recuperación?
Salir de Toledo antes de final de marzo. Es un horizonte muy prematuro según lo previsto inicialmente y tengo un poquito de resistencia por la parte médica, a la que no le gusta correr tanto, pero por otra parte están viendo que mi progresión es muy positiva. He tenido muchísima suerte en todos los estadios que he ido atravesando desde que ocurrió el accidente: no he tenido ninguna complicación en las intervenciones, ni ninguna infección, ni nada que haya podido entorpecer. Todo esto ayuda muchísimo a acelerar el proceso.
¿Qué enseñanza en positivo has sacado de tu accidente?
¿En positivo? Se me ha reforzado, y de qué manera, mi hoja de ruta. Por muy mal que vengan las cosas, hemos de saber y comprender que vienen por algo. Hay que tener mucha paciencia y saber buscar el por qué vienen, porque siempre hay una razón. Pero somos muy tercos, nos empeñamos en no entender qué nos pasa, y al no entenderlo, no damos la oportunidad de poder comprender qué de bueno trae lo que nos ocurre, por adverso y malo que sea.