Se acerca el Día de la Madre. Es cierto que debería celebrarse todos los días, porque ser madre no tiene días de descanso. Se es madre siempre y sin horario. No hay una Universidad para madres, ni los hijos vienen con un libro de instrucciones. A las madres sólo les queda hacer lo que sienten o creen que es mejor para sus hijos. Sin embargo, está bien que haya un día marcado en el calendario para que nos recuerde el importante papel que juegan las madres y que seamos capaces de valorarlo y agradecerlo.
Las madres no necesitan regalos… Y no es del todo verdad. Quizá el regalo más grande es un simple “gracias por todo lo que has hecho por mí”, “gracias por darme la vida”, “gracias por todo, aunque a veces te hayas equivocado”. Y si hay un lenguaje universal para dar las gracias, ese lenguaje es el de una mirada, un abrazo, un beso y si nos vamos a algo material, las flores.
Un ramo de flores encierra en sí toda una declaración de intenciones. Son efímeras, su belleza es volátil, pero no la sensación al recibirlas por sorpresa, al contemplarlas. Esa emoción perdura.
Un ramo de flores encierra en sí toda una declaración de intenciones
A lo largo de la historia las flores han creado y crean estados de ánimo, crean atmósferas, guardan mensajes que sólo entiende el alma. Desde la antigua Persia se utilizó el lenguaje de las flores como medio de comunicación para expresar sentimientos o pensamientos. Pero el cénit de este tipo de comunicación tuvo lugar durante la Época Victoriana, en la que todas las personas se enviaban flores, sin importar qué sexo o clase social tenían. Fue el rey Carlos II de Inglaterra quien se encargó de recopilar información por todo el mundo de este lenguaje universal complejo del que hoy en día nuestra memoria colectiva recuerda sólo lo básico.
La mayoría desconocemos que este lenguaje o medio de comunicación ancestral y universal se llama floriografía. Cada flor, cada color, tiene su propio significado más allá de nuestra interpretación. Pero también entran en juego las intenciones de la persona que las regala y el puesto que ocupa en su vida el destinatario. Así que te proponemos un regalo para el día de la madre más allá de un bolso, una colonia o unos zapatos. Regalarle una carta escrita con el lenguaje de la naturaleza, y, por supuesto, compartir tu tiempo.
Cada flor, cada color, tiene su propio significado
Virginia González de Virginia Florista es experta en crear emociones a través de los ramos de flores, como has podido comprobar a lo largo de este artículo en el que te he hemos mostrado diferentes opciones preparadas por ella y su equipo.
Si aún dudabas sobre qué regalarle, con qué sorprenderla, un ramo de flores es una gran opción.
Hay cientos de flores, muchos colores y combinaciones variadas. Mucho simbolismo oculto tras las flores. Sin embargo, lo que ha pasado de generación en generación de manera inmutable ha sido el significado universal de los colores más comunes de la mayoría de las flores:
Rojo: amor, pasión, felicitación exaltada.
Blanco: inocencia, pureza, humildad.
Rosa: aprecio por alguien, gratitud ante un favor.
Rosa suave: simpatía.
Amarilla: amistad, celos, infidelidad.
Azul: confianza, afecto.
También son algunos tipos de flores los que más se repiten cada año cuando se trata de regalar a las madres:
Rosas: significan amor en toda su extensión y dedicación. Si son rosadas, simbolizan el cariño maternal. Si son blancas, la pureza y la inocencia. Si son amarillas, alegría y celebración. En cambio, si son violetas, salud y longevidad. Son ideales para combinar distintos colores.
Orquídeas: se asocian con la maternidad, la belleza, la perfección, la exquisitez y la magnificencia. Si son blancas, representa el amor puro, como el de una madre.
Tulipanes: despiertan admiración y simpatía. Se asocian al amor, la prosperidad, la esperanza. Si son rojos, al amor verdadero y sincero, como el de una madre. Si son blancos, representa la pureza, y si son rosados, la felicidad.
Lirios: los de color blanco se asocian a la felicidad, los amarillos a la alegría, los rojos a la energía, los rosados a la feminidad, los azules a la confianza y lealtad, y los violeta a la tranquilidad y la justicia. Son idóneos para combinarlos y mostrar todos los sentimientos juntos.
Claveles: se le considera la flor del amor o de los dioses y simboliza la coquetería. Los rosados simbolizan la gratitud, los rojos representan admiración y los blancos se asocian a la buena suerte.
Si quieres indagar sobre el significado de más tipos de flores o plantas, hemos encontrado un artículo muy completo en el que podrás encontrar el significado de cada una de ellas, en un curioso diccionario de la A a la Z.
La opción más sencilla es llamar a Virginia Florista, decirle cuánto quieres gastar y qué quieres transmitir y le mandarán un ramo personalizado el Día de la Madre. También puedes ir a elegirlo personalmente y disfrutar de un café o un zumo en Flor de Té.
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Redacción: Ana Porras y Fran Gallardo Fotografía: Manuel Martos