El Foro Internacional Mujer y Sociedad Málaga comenzó nuevo curso escolar con un almuerzo en la Reserva del Siglo en el que recibieron al Juez de Menores Emilio Calatayud. Nacido en Ciudad Real y afincado en Granada, lugar del que se siente, Calatayud se ha caracterizado desde hace décadas por su franqueza al hablar de una realidad que en muchos casos permitimos obviar como responsables que somos de construir una sociedad mejor a través de la educación de nuestros propios hijos.
La convocatoria fue de las más concurridas por el carácter mediático y genuino del ponente, y por supuesto, por el tema a tratar. Foro Internacional Mujer y Sociedad Málaga está formado por mujeres empresarias, directivas y profesionales pero también por madres cuya preocupación y ocupación son los hijos y su formación más allá de la académica.
Emilio Calatayud, a través de sus sentencias, ha demostrado durante su trayectoria como juez que otra forma de hacer es posible, que por delinquir siendo menor de edad no se es un delincuente y que esos jóvenes, indicándoles el camino correcto, se pueden transformar en personas que sumen y aporten en el entorno social. Ha demostrado sobre un estrado y vestido como un toga que tiene confianza en ellos, y el tiempo le ha dado la razón en gran parte de los casos.
“Todos cometemos errores pero por ello no somos delincuentes”
Condenados a sacarse la educación básica obligatoria, el carnet de conducir, limpiar la basura de los botellones o a aprender a leer y escribir, esos jóvenes consiguieron transformar sus vidas sin tener que pasar por un centro de internamiento: “Todos cometemos errores pero por ello no somos delincuentes”.
Calatayud es una persona que se permite ser libre, muy libre, a la hora de comunicar y compartir sus ideas y experiencias, ya que no se casa con el poder político y mantiene esa independencia que debería ser en todos los casos. Por eso, y cansado de lo políticamente correcto, se permite reprochar públicamente los grandes errores que han cometido nuestros gobiernos y que nos han llevado a varias generaciones en las que de manera global se ha perdido el rumbo, el entusiasmo, la ilusión y el espíritu de lucha y sacrificio. No exime de responsabilidad a los padres, por supuesto. La familia es el eje central de la sociedad o debería volver a serlo.
Centrado en las medidas de los gobiernos democráticos de nuestro país, reprochó a Felipe González que eliminase los manicomios, sumamente necesarios para demencias y enfermedades psiquiátricas en determinados casos provocadas por el consumo de drogas. A Aznar, que quitase la mili “en un acto de progresismo”, eliminando de esa forma las ideas de autoridad y disciplina: “No hace falta una mili como yo hice, pero sí unos meses que tuviésemos que vivir todos y todas”. A Zapatero le recriminó que eliminase del código penal el derecho de los padres a reprender a los hijos. Y a Mariano Rajoy que no lo restituyese. “Mis opiniones son discutibles y mis sentencias apelables”, bromeó dejando claro que únicamente hablaba en su nombre y con la experiencia que le avala como juez de menores durante 39 años.
«Ahora los niños tienen más derechos que deberes»
Sin dejar de lado el humor y la ironía, quizá para quitar hierro a un tema que es realmente serio, Emilio Calatayud detalló la multitud de retos que nos suponen los hijos en sus diferentes etapas: “Hijos pequeños, problemas pequeños. Hijos mayores, problemas grandes”. “Antes era más fácil educar. Ahora los niños tienen más derechos que deberes. Hemos pasado de un extremo al otro”, sentenció. Y en este sentido hizo una profunda reflexión sobre una educación excesivamente blanda, en la que les hemos dado todo sin que sepan lo que supone conseguir por sí mismos las cosas, y en la que, con tal de que no nos molesten, ponemos en sus manos un móvil y una tablet antes incluso de saber hablar.
La pérdida de autoridad de padres y profesores contribuye a estas generaciones en la que los niños se han convertido en auténticos tiranos: “Ahora nos estudiamos todos los manuales de psicología y pedagogía sobre cómo educar. Hemos pasado de ser esclavos de nuestros padres a serlo de nuestros hijos”. Lamentó que en toda la democracia los partidos políticos no hayan sido capaces de ponerse de acuerdo para hacer una ley de educación consistente que no cambié cada 4 años, y volvió a lamentar que en la actualidad los profesores hayan tenido que convertirse casi en burócratas. Igualmente criticó la forma de evaluar a los alumnos, que pueden llegar a la ESO sin apenas saber leer y escribir. Un caso que se encuentra muy a menudo en los juzgados: “Las leyes no les permiten ponerle un 0 porque los niños se traumatizan”.
Todo esto está teniendo graves consecuencias en la sociedad, de la que somos parte y responsables, ya que aumentan los casos de niños que maltratan a sus padres físicamente y que los denuncian: “ Los niños no admiten la frustración”.
“Tengo a chavales encerrados para desengancharse del móvil”
Emilio Calatayud ofreció una serie de datos que son realmente alarmantes, como el aumento del consumo de alcohol cada vez en niños más pequeños, la adicción al juego debido al crecimiento de la multitud de plataformas de apuestas online que proliferan con el beneplácito de gobiernos y sociedad: “La mayor parte de equipos de fútbol están patrocinados por casas de apuestas”. Apuntó también a la dependencia al móvil como una nueva droga que se suma al aumento del consumo de marihuana y cocaína: “Tengo a chavales encerrados para desengancharse del móvil”.
Sobre el acceso de los niños y jóvenes a las nuevas tecnologías apuntó al crecimiento de delitos por esta vía: “Han perdido el sentido de la intimidad y el pudor. Se mandan fotos pornográficas que terminan circulando por las redes y provocando graves daños”. Apuntó también a la hipersexualización de la niñez y la adolescencia, lo que ha llevado en la realidad a que los menores tengan sus primeras experiencias sexuales completas a los 12 años. “Hay que violar la intimidad de los hijos. Hay que intentar que no se enteren pero hay que violar la intimidad, tenemos que saber qué hacen con el móvil”, y añadió: “Los padres tienen que ser padres, si soy amigo de mis hijos los estoy dejando huérfanos”.
Su decálogo para conseguir que nuestros hijos se vuelvan delincuentes se convirtió en viral hace muchos años: “Nos hemos vuelto padres demasiado blanditos”.
De Calatayud se puede decir que es genuino, auténtico, honesto y que demuestra con sus sentencias que por encima de todo cree en el ser humano. Curioso es oírle decir “yo no soy juez por vocación; quería un sueldo fijo” a una persona que ha demostrado que ha marcado un hito ejemplarizante en el ejercicio de su profesión.
“Los padres tienen que ser padres, si soy amigo de mis hijos los estoy dejando huérfanos”
El juez de menores hizo su exposición compartiendo multitud de anécdotas y de casos reales, contestó a todas las preguntas que se le plantearon y dejó de manifiesto que más allá de clases sociales o niveles económicos o culturales de las familias, lo que diferencia a unos hijos de otros es la educación en valores. Y aún así, entran otros factores como la genética, el entorno o el carácter, que convierten el ser padre y madre en la profesión más difícil del mundo y peor remunerada.
Asistentes al almuerzo
Redacción: Ana Porras Fotografía: Lorenzo Carnero