La miniserie Dos tumbas, estrenada en Netflix el 29 de agosto de 2025, ha logrado situarse entre los estrenos más comentados del año. Con solo tres episodios, el thriller mantiene al espectador en tensión desde el primer minuto, con una trama de venganza familiar y giros inesperados que consolidan el estilo de Carmen Mola, seudónimo literario de Jorge Díaz, Antonio Mercero y Agustín Martínez. Bajo la dirección de Kike Maíllo y con un reparto encabezado por Kiti Mánver, Álvaro Morte y Hovik Keuchkerian, la serie ha encontrado en la costa andaluza un escenario perfecto para su historia.
Más allá de la intensidad narrativa, uno de los aspectos que más llama la atención de Dos tumbas es el protagonismo de los pueblos de Málaga. La luz, las calles y la atmósfera de la provincia aportan autenticidad a la ficción y han convertido sus rincones en parte esencial de la trama.
Frigiliana: epicentro de la historia
El viaje arranca en Frigiliana, localidad de la Axarquía reconocida por su casco histórico de casas blancas y calles empedradas. Aquí vive Isabel (Kiti Mánver), la protagonista de la serie, y aquí se desencadenan muchos de los acontecimientos clave. También se rodaron escenas durante la feria de San Antonio, una de las festividades más populares del pueblo, que refuerza la conexión de la ficción con la vida cotidiana.
Torrox y Nerja: la costa oriental de Málaga
La cámara también recorre las calles de Torrox, donde aparece el restaurante Casa Antonio. El ambiente marinero del municipio se refleja en varias escenas, al igual que en la vecina Nerja, con su conocido Balcón de Europa y sus vistas al Mediterráneo, que aportan un telón de fondo reconocible para la acción.
Málaga capital: Cerrado de Calderón
En la propia ciudad de Málaga, la serie sitúa la residencia del personaje de Álvaro Morte en Cerrado de Calderón, una zona residencial de lujo que añade un contraste visual respecto a los pueblos blancos de la Axarquía.
Un recorrido de un día por los escenarios de la serie
Para los espectadores que quieran revivir la serie sobre el terreno, es posible diseñar una ruta de un día que une los principales escenarios malagueños:
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Mañana en Frigiliana: paseo por su casco histórico y desayuno en una terraza con vistas al mar.
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Torrox al mediodía: visita al entorno del restaurante Casa Antonio y recorrido por el casco antiguo.
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Parada en Nerja: paseo por el centro y el Balcón de Europa antes de la comida.
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Tarde en Málaga capital: almuerzo en un restaurante local y visita a Cerrado de Calderón para reconocer la zona residencial.
En apenas una jornada, el visitante puede recorrer los paisajes que aparecen en pantalla y disfrutar al mismo tiempo de la riqueza cultural y gastronómica de la provincia.
La ficción como motor turístico
Dos tumbas no solo aporta entretenimiento en Netflix, sino que también refuerza el vínculo entre ficción y turismo. Málaga y sus pueblos se convierten en un plató al aire libre que invita a los espectadores a transformar la experiencia de la pantalla en una vivencia real.