El 20 de marzo se celebra el Día Internacional de la Felicidad y aunque quizás nos pueda parecer algo vacío de contenido, pueril o abstracto, la felicidad es uno de los parámetros que actualmente mide la ONU en un informe a nivel mundial. A menudo hablamos de la felicidad pero, ¿realmente existe? ¿Es un objetivo o un estilo de vida?
Según la RAE, “felicidad” significa “estado de grata satisfacción espiritual y física” pero en otra acepción también se recoge este otro sentido: “ausencia de inconvenientes o tropiezos”. El segundo lógicamente nos puede parecer utópico, ya que la vida está llena de imprevistos o contratiempos a diario o en alguna etapa. Sin embargo, al primero podemos aspirar si nos lo proponemos aunque no sea tarea fácil.
La “grata satisfacción física” se puede lograr con un buen funcionamiento del organismo, practicando ejercicio físico, llevando una alimentación sana y no tomando drogas. En cambio, conseguir la “grata satisfacción espiritual” no es tan simple, ya que se necesitan muchos más estímulos, como por ejemplo liberarse del estrés, que no es tan fácil en nuestra sociedad actual, sentirse querido y valorado, disfrutar con tu trabajo, tener aficiones variadas que te llenen, etc. Pero lo primordial es tener independencia para no sentirse atado a nada ni nadie y, por ende, hacer lo que se quiera en cada momento, y sobre todo, que pensamientos y acciones vayan de la mano.
Sin embargo, en nuestro mundo existen los imponderables. Ya lo vemos en los informativos o en la prensa cada día. ¿Podemos llegar a ser felices en un mundo donde coexistimos con tanta miseria, guerras o crímenes? ¿Cómo hacemos para que no nos afecte tanto?
En 2015, dos años después de celebrarse por primera vez el Día Internacional de la Felicidad, Naciones Unidas publicó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, en la que se recogen los 17 Objetivos para emprender un nuevo camino y transformar nuestro mundo, mejorando la vida de todos sin dejar a nadie atrás. La instauración de este día internacional y de su agenda reconoce la felicidad como una aspiración universal de todos los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas públicas de todos los gobiernos.
Pero sin duda, el país pionero en medir la felicidad como un parámetro objetivo imprescindible fue el exótico Reino de Bután. Este país del Himalaya considera la Felicidad Nacional Bruta mucho más importante que el Producto Interior Bruto. De hecho, gracias a su iniciativa, la Asamblea General de las Naciones Unidas se animó a aprobar la resolución para proclamar el 20 de marzo como Día Internacional de la Felicidad e instó a todos los Estados, organizaciones y ciudadanos a celebrar actividades educativas en torno a esta idea.
¿Cómo podemos ayudar a paliar los problemas globales?
La ONU ha lanzado la iniciativa “Haz posible el cambio. Acepta el desafío” para que prediquemos con el ejemplo. Es una campaña que nos sirve de guía para ayudar a cumplir los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible en nuestra vida cotidiana con pequeñas pero importantes acciones cambiando nuestros patrones de consumo o hábitos de vida. Para ello, se pueden consultar y descargar “La Guía de los Vagos para Salvar el Mundo” y “Las 170 Acciones Diarias para Transformar nuestro Mundo”.
Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU
- Fin de la pobreza
- Hambre cero y seguridad alimentaria
- Salud y bienestar
- Educación de calidad
- Igualdad de género y empoderamiento de la mujer
- Agua limpia y saneamiento
- Energía asequible y no contaminante
- Trabajo decente y crecimiento económico
- Industria, innovación e infraestructura
- Reducción de las desigualdades entre los países y dentro de ellos
- Ciudades y comunidades sostenibles
- Producción y consumo responsables
- Acción contra el cambio climático
- Protección de los océanos y los recursos marinos
- Protección de los bosques y de la diversidad biológica
- Paz, justicia e instituciones sólidas
- Alianzas para lograr los objetivos
Informe sobre la Felicidad Mundial
En el top ten del Ranking de la Felicidad entre 2015 y 2017, 7 países son europeos, liderando Finlandia la lista mundial. Tan sólo 3 países no europeos se cuelan entre los 10 primeros: Canadá (7º), Nueva Zelanda (8º) y Australia (10º), aunque también son países de cultura occidental. Por su parte, España ocupa el puesto número 36, un puesto muy bueno teniendo en cuenta que la clasificación la componen 156 países. En el último lugar se encuentra Burundi, que comparte con otros 6 países africanos el top ten de la cola del ranking. Los únicos 3 países no africanos que se encuentran entre los 10 últimos puestos son Haití (148º), también de etnia negra, y Siria (150º) y Yemen (152º), países árabes con largas y cruentas guerras. Algo para hacernos reflexionar.
Top Ten ⇑
- Finlandia
- Noruega
- Dinamarca
- Islandia
- Suiza
- Países Bajos
- Canadá
- Nueva Zelanda
- Suecia
- Australia
Top Ten ⇓
- Malawi
- Haití
- Liberia
- Siria
- Ruanda
- Yemen
- Tanzania
- Sudán del Sur
- República Centroafricana
- Burundi
Redacción: Fran Gallardo
