El centro de cultura contemporánea La Térmica cuenta con una gran muestra retrospectiva sobre una de las fotógrafas claves del siglo XX: Lee Miller. ‘Surrealista’ es el título que da nombre a esta exposición compuesta por un centenar de las imágenes más icónicas y famosas pertenecientes a todos los períodos de la carrera artística de Miller: la estancia en París, el regreso a Nueva York, el período entre Oriente y Occidente antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, la trayectoria como corresponsal de guerra siguiendo al ejército americano, y sus últimos años.
La muestra, comisariada por Vittoria Mainoldi y Mario Martín Pareja, se trata de la exposición más completa de esta fascinante artista en España hasta ahora. Contiene un total de 101 fotografías, la más icónicas y famosas de la carrera de Miller, incluso, se incluye la mítica sesión realizada en el apartamento de Hitler, pocas veces exhibida.
La inauguración de la muestra tendrá lugar hoy, 14 de noviembre, a las 20.00 horas. De forma previa, a las 19.00 horas, Antony Penrose, hijo de Lee Miller y director de la Fundación, ofrecerá una conferencia en relación con esta exposición. Además, a partir de las 21.00 horas se contará con el concierto de Hako Trío y Ana Cisneros.
En este sentido, el hijo de la artista se ha mostrado muy agradecido al equipo de La Térmica y a los comisarios, y ha precisado que las fotografías de guerra de su madre reflejan “su defensa de la libertad, la paz y la justicia”.
La muestra se podrá ver en La Térmica en dos espacios expositivos hasta el próximo 26 de febrero de 2020, en horario de martes a domingo de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00 horas. La entrada es libre y gratuita hasta completar aforo.
Sobre Lee Miller
Lee Miller nació en Nueva York en 1907 y ha sido modelo, fotógrafa, artista, corresponsal de guerra y chef. Descubierta por Condé Nast, se convierte desde su primera portada para Vogue en 1927 en una modelo reconocida y solicitada por las revistas de moda. Muchos de los fotógrafos más importantes de la época la retratan, como Edward Steichen, George Hoyningen-Huene o Arnold Genthe, hasta que ella decide pasar al otro lado del objetivo. Tras esta decisión se fragua una de las carreras más brillantes e interesantes de la historia de la fotografía universal.
Cuando Miller decide ser fotógrafa, está ya marcada profundamente por las imágenes del fotógrafo más importante de entonces, Man Ray, del cual se convertirá en modelo, musa inspiradora y amante. La relación artística y profesional conjunta será provechosa, duradera y les llevará a desarrollar la técnica de la solarización.
Amiga de Picasso, Ernst, Cocteau, Miró y todo el grupo del Surrealismo, Miller abre su propio estudio teniendo mucho éxito en la fotografía de moda y el retrato, aunque la obra más importante de aquel período son sus imágenes surrealistas, muchas de las cuales han sido erróneamente atribuidas a Man Ray.
Después de este paréntesis formativo, en 1932 Miller decide retornar a Nueva York para abrir un nuevo estudio que, a pesar del éxito, cierra a los dos años para mudarse a El Cairo, Egipto, con su marido, el empresario Aziz Eloui Bey. Ella queda fascinada por las travesías y viajes al desierto donde fotografía sus pueblos y ruinas. Durante una visita a París en 1937 conoce a Roland Penrose, artista surrealista que llega a ser su segundo marido y con el que viaja a Grecia y Rumanía. En 1939 deja Egipto por Londres con Penrose, justo antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Desafiando las solicitudes de la Embajada de Estados Unidos para que volviese a su país, acepta un trabajo para Vogue como fotógrafa.
Documenta los incesantes bombardeos sobre Londres. Sin embargo, su contribución más importante llegará en 1944 cuando es acreditada como corresponsal de guerra para ir con las tropas americanas al continente, colaborando con el fotógrafo de las revistas Life y Time David E. Scherman.
Cruza el Canal con las tropas de marina norteamericanas, siendo, probablemente, la única mujer fotoperiodista en combate que cubra el frente de batalla en Europa. Testigo del sitio de St. Malo, la liberación de París, las batallas de Luxemburgo y Alsacia, el encuentro ruso-americano en Torgau o la liberación de Buchenwald y Dachau, hasta se aloja en la casa de Hitler y Eva Braun en Múnich y fotografía el ‘Nido de águila’ de Hitler en llamas en Berchtesgaden en vísperas de la rendición alemana. Adentrándose en la Europa del Este cubre las horrendas escenas de los niños muriendo en Viena, la placentera vida de post-guerra en Hungría y la ejecución de su ex-Primer Ministro Lazlo Bardossy. Y es en estos intensos días cuando llega el descubrimiento de los apartamentos de Hitler en Múnich, donde se capta su fotografía más célebre: su autorretrato en la bañera del Führer.
Tras la guerra sigue fotografiando moda y a celebridades para Vogue durante dos años, pero el estrés postraumático causado por el período como reportera de guerra, contribuye a su progresiva renuncia a la escena artística, y a su retiro de los objetivos en el hogar familiar, aunque colabora con su marido, Roland Penrose, en las biografías que él escribe sobre Picasso, Miró, Man Ray y Tàpies. Lee Miller fallece en Farley Farm en 1977.