La Sala de Exposiciones de la Facultad de Bellas Artes de Málaga (Plaza de El Ejido s/n) acoge hasta el 26 de mayo la muestra «Erótica inversa”. Se trata de la primera exposición individual de Paloma de la Cruz donde muestra una original visión de la feminidad a base de bidés, cerámica, alicatados y encajes. Pero quizás lo que más llama la atención es que muchas de las obras están realizadas con el molde de su propia vagina.
La artista concibe la escultura como medio y fin en sí mismo. Una obra que sorprende por la originalidad y radicalidad de sus modos de operar.
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Paloma de la Cruz nos sumerge con esta exposición en un mundo invertido de signos materiales con los que hace arquitectura de los procesos de conversión en objeto de su propia condición femenina.
Las metáforas de la identidad como casa, o de la lencería como piel arquitectónica, le sirven, así, para desplegar una serie de estrategias discursivas que, mediante alicatados de suelo, pared y de objetos de higiene íntima (bidés) y revestimientos de esmalte vidriado, producen un sutil cortocircuito de significaciones, dado por la confrontación entre una fuerte retórica de la belleza visual y la remisión a unos procesos de producción de esculturas e instalaciones ciertamente heterodoxos.
‘Erótica Inversa’ es el resultado de un trabajo imaginativo, íntimo, de elaboración meticulosa con un resultado impactante y que invita al visitante a la mirada erótica.
Su autora, Paloma de la Cruz, nos explica esta forma de ver el arte desde su interior, en todos los sentidos.
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¿Por qué «Erótica Inversa”?
Erótica inversa es un proyecto en el que tomo mi matriz como recipiente en el cual realizo un modelado. Genero con ello una serie de piezas cerámicas de apariencia fálica representantes, a modo de presencia, de la ausencia que conlleva la oquedad uterina, siendo a su vez, esculturas performáticas, ya que la acción que se lleva a cabo a la hora de producir las mismas es determinante tanto formal como conceptualmente en la obtención de cada pieza. Manteniendo una relación con los signos propios del lenguaje que empleo, esmalto las piezas resultantes con motivos textiles, fragmentos de encajes pertenecientes a lencería, contextualizando las mismas en un ambiente morboso. Así pues, un nuevo planteamiento respecto a mi proyecto, me lleva a realizar una subjetivación y erotización de la arquitectura, de manera que se produce una diferencia entre lo que está ahí y lo que elaboro a partir de mi experiencia. Esto implica a su vez una vinculación con lo privado e íntimo del baño.
Reproduzco azulejos en serie, que manipulo de igual manera que los vaciados vaginales, ya que están esmaltados con motivos semejantes a las piezas antes mencionadas. Éstos aluden un alicatado que recuerda al de los aseos, razón por la cual decido trabajar también con el elemento bidé creando una tensión y vinculación directas con el ambiente.
«Pienso la vagina como un vacío pero también como una inversión del falo»
¿Cómo surge la necesidad de hacer este trabajo?
Una revisión de los Tres objetos eróticos de Marcel Duchamp, en la cual se representa el registro negativo del órgano genital femenino, me lleva a plantearme una re-interpretación de la misma desde una perspectiva subjetiva, lo que implica un punto de vista interno y, por tanto, inverso. Así, pienso la vagina como un vacío pero también como una inversión del falo. Por otro lado, siempre he sufrido una atracción fatal hacia el encaje, ese tejido ornamental y transparente. Tiene algo de poético. No puedo evitar ponerme en el papel de voyeur, incitada por la curiosidad que busca observar lo oculto, lo que se ve y no se ve tras esos pequeños orificios, tras la membrana que permite el acceso a lo interior y lo exterior.
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¿Qué quieres transmitir con las obras que conforman la exposición?
Al disponer el alicatado, los bidés y el resto de piezas en sala nos remite a un espacio íntimo expuesto en un espacio público. Y es real porque es algo que genero en mi intimidad, a solas, tranquilamente yo conmigo misma, con mi vagina y finalmente lo exhibo.
Sacar lo de dentro afuera, lo interno y lo externo. Por eso creo que he jugado con el alicatado en los inodoros que es como una segunda piel y con el esmaltado que hace referencia a la lencería y el encaje que es algo que entre-cubre la piel pero que al mismo tiempo deja entreverla. Incluso en las paredes, los azulejos dejan de ver el barro por detrás.
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Esa materia prima. Ese aspecto me interesa mucho. Incluso en piezas como la pared en la que los ligueros se transforman en arcos como elemento constructivo. El espacio se torna voluptuoso.
Usas moldes del interior de tu propia vagina, es algo rompedor y provocativo. ¿Qué buscas con ello?
Este proceso implica desprenderse de la tradición de modelar con las manos para hacerlo con la matriz. Hasta que no sale finalmente no lo ves. Y en cierta manera no sabes la forma que tendrá. Siempre que modelamos nos vamos a los detalles y aunque en este caso son detalles más básicos son muy importantes pues interfieren en el resultado final.
«Implica desprenderse de la tradición de modelar con las manos para hacerlo con la matriz»
A partir de hacer muchas piezas he podido tener cierto control de las formas que quería adquirir. Se podría decir que he desarrollado prácticamente un conocimiento interno.
Para mí el proceso es tan importante que a mi trabajo lo he llegado a llamar «escultura performática”, porque me parece más interesante la performance o lo que se genera antes, el proceso para llegar al resultado. En toda obra es importante pero en este caso en concreto lo de escultura performática le viene al hilo por eso. Porque el proceso es lo que da la clave de la pieza. De hecho, en el título doy una pequeña pista para, posteriormente, en la cartela, indico que se trata de un modelado vaginal, como técnica de realización de la pieza.
«El proceso es lo que da la clave de la pieza»
¿Con qué mensaje te gustaría que se quedase el público al ver la exposición?
El cuerpo es actuante y ausente al mismo tiempo. Al ver la cartela con las anotaciones de modelado vaginal dirijo al espectador (independientemente del género) a un pensamiento erótico en la contemplación de la pieza. Ocurre también de la misma manera al verse dentro de un espacio que hace referencia a ello en paredes, techo y suelo. Es como si llevara al espectador hacia el despertar de una mirada erotizante.
Todo está pensado y dirigido a eso. A dar paso a la imaginación. Mi trabajo y su presentación está concebido de esa manera tan sutil.
«Dirijo al espectador a un pensamiento erótico en la contemplación de la pieza»
Los esmaltados de lencería dirigen y configuran el espacio como un secreto en el que vas descubriendo que pasa ahí arriba y qué pasa ahí abajo…
El corsé aprisionando la esquina de la sala…
El montaje es muy escenográfico. Quiero jugar con la penumbra que te lleva a lo íntimo, aunque puede que hasta sea un poco incómodo.
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¿Cómo ves a las mujeres en 2017?
En respuesta a esta pregunta, me gustaría aclarar primero que trabajo con el cuerpo, con mi cuerpo, que es algo que socialmente esta concebido como algo tan personal y a la vez se está volviendo tan impersonal. Trabajar con algo tan íntimo, porque finalmente trabajas con lo que mejor conoces o con lo que más rechazas. Estar segura de tu cuerpo tiene que ver con tu identidad, que a su vez está relacionado con cómo te relacionas con el mundo. Cuando hay un alejamiento o se provoca por modas, comportamientos, prohibiciones y tabúes, se produce una disociación que muchas veces conviene a nivel político, social y que en definitiva no deja de ser un sistema de control.
«Estar segura de tu cuerpo tiene que ver con tu identidad»
Yo soy un individuo que está dentro de todo esto y soy consciente. Todo lo que he pasado y trato en mi trabajo es lo que puede estar pasando a otra persona en este momento. Lo que hago es extrapolar mi situación. Parece que hemos evolucionado, pero la sociedad sigue pensando en el género. Pero quizás, estas disociaciones muestren que no se ha alcanzado una igualdad.
La exposición está comisariada por Carmen Osuna y Carlos Miranda y está acompañada por un catálogo que incluye textos compuestos para la ocasión por las artistas Marina Vargas y Victoria Maldonado, por los comisarios y por la propia autora.
La autora
Paloma de la Cruz nació en Málaga, es Graduada en Bellas Artes (2014) y Máster en Producción Artística Interdisciplinar (2016), ambas titulaciones por la Universidad de Málaga. En la actualidad disfruta de una Beca de Artista Residente en su Facultad.
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Ha sido seleccionada para participar en diferentes certámenes y exposiciones, como INT16 (CCP María Victoria Atencia, Málaga, 2016), MálagaCrea 2016 (Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, 2016), 8 Grados Sur (Salas Rectorado UMA, Málaga, 2015), Mulier Mulieris (Museo de la Universidad de Alicante, 2015), o Songs from Space (Salas Rectorado UMA, Málaga, 2013), entre otras.
Se puede visitar hasta el 26 de mayo en horario de lunes a viernes de 9 a 14 y de 16 a 21 horas.
Fotografía: Antonio Somoza y archivo personal de Paloma de la Cruz
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