El Centre Pompidou de Málaga ha presentado la exposición temporal “Un País Nuevo. Henri Matisse (1869-1954)”, centrada en la pasión del artista por la creación. La muestra reúne casi medio centenar de obras; 17 pinturas, 7 esculturas y 24 dibujos del artista.
La exposición recorre medio siglo de la vida de Matisse, un imprescindible del arte moderno cuya radicalidad sorprende incluso en la actualidad y lo sitúa entre los artistas más importantes del siglo XX. Es el primer acontecimiento que se celebra para conmemorar el 150 aniversario del nacimiento del artista. Le seguirán otros muchos, destacando la exposición del Pompidou de París, que tendrá lugar a comienzos de 2020.
El espectador podrá toparse con piezas como El violinista en la ventana (1918), realizada durante su primera estancia en Niza, Desnudo sentado rosa (1935-1936), que muestra la simplificación radical abordada por el artista desde sus inicios, o uno de sus primeros papeles recortados, Bailarín (1937).
Esta muestra tiene especial importancia para la ciudad de Málaga, ya que es la ciudad natal de Pablo Picasso, otro grande el arte moderno, que fue rival y a la vez amigo de Matisse. Los visitantes de la exposición de Matisse también pueden aprovechar para contemplar la obra de Picasso y comparar las dos visiones tan diferentes de la vida y el arte.
A la presentación de la muestra han acudido el alcalde, Francisco de la Torre; el presidente del Centre Pompidou, Serge Lasvignes; la concejala de Cultura, Gemma del Corral; el director del Centre Pompidou Málaga, José María de Luna; y la comisaria de la muestra, Aurélie Verdier.
Secuencias cronológicas
“Un País Nuevo. Henri Matisse (1869-1954)” está formada por seis secuencias cronológicas que repasan el recorrido de este artista fundamental de la modernidad, desde sus inicios hasta sus últimas obras, evocando los interiores de Vence y de su última obra para la Capilla del Rosario.
El nombre de la exposición hace honor a la enorme curiosidad y a las múltiples inquietudes del autor, que no dejó de viajar por diferentes lugares para empaparse de nuevos estímulos para sus obras. Así, se recuerda especialmente el viaje que hizo el artista en 1910 a Madrid, Sevilla y Granada, deseoso de renovar su arte a través de nuevas influencias, algo que haría durante toda su vida.
La primera sección, que se denomina “Con y Contra los Maestros. Inicios y Rupturas (1900-1903)”, comienza con la formación de Matisse. «Nada destinaba a Matisse, que nació en una familia de tejedores, lo que le dio el gusto por el color y los tejidos, de convertirse en el jefe de filas de la vanguardia internacional, que es en lo que se convirtió», ha añadido Aurélie Verdier, comisaria de la muestra.
La segunda sección, “Medios más simples. El periplo fauve y primitivo (1905-1909)”, trata del proceso de autonomía artística, de conquista de libertad que emprende Matisse en estos años, llevando la liberación del color y de su arte hacia lo que llamamos el fauvismo y el primitivismo. «Son los años de Matisse con una concepción expansiva y cuantitativa del color», ha agregado Verdier.
La tercera sección es “La apuesta por la radicalidad. Retratos y figuras (1909-1917)”, un momento en el que Matisse se detiene a analizar su anterior obra y donde el trabajo con el modelo es fundamental.
La cuarta sección es “Niza, interiores. Figuras (1917-1929)”, donde se repasa su estancia en la ciudad francesa de Niza.
La quinta sección está dedicada a “Modernidades. Los años 1930”, en el que regresa a la modernidad renovando su relación con la luz.
La sexta y última sección se denomina “Una habitación propia. Vence, los últimos interiores” y alberga la concepción del color expansivo.
Redacción: Fran Gallardo Fotografía: Lorenzo Carnero
