Un proyecto tan ilusionante como cambiar o comprar por primera vez una cocina puede resultar algo tedioso si no tenemos algunas cosas en cuenta.
En primer lugar tenemos que analizar el espacio que tenemos en la cocina. ¿Es un espacio sólo para la cocina? ¿Quiero tener una mesa para desayunar o cenar? ¿Quiero que esté abierta al salón? ¿Tengo un espacio para el lavadero?
Disposición
Según cómo vayamos respondiendo a estas preguntas el diseño de la cocina es completamente diferente y las cosas a tener en cuenta varían. Pero todas tienen algo en común: el triángulo de actividad. Ese triángulo (que no siempre es un triángulo) es fundamental para poder trabajar de forma cómoda y fluida haciéndonos ahorrar desplazamientos innecesarios o hacer algunos malabarismos que nos toca en alguna ocasión. Este triángulo se compone de la zona de frigorífico, fregadero (y encimera de trabajo) y zona de cocción. ¡Está todo pensado! Con un buen diseño conseguimos un espacio eficiente y optimizado.
Iluminación
Otra parte importante es la iluminación, ¿tengo ventanas? ¿puerta acristalada? ¿tengo las luces adecuadas en la cocina? Es importante tanto la iluminación natural como la artificial. Si tenemos la suerte de tener ventanas que nos dan mucha luz tenemos que aprovecharla pero también es esencial tener en cuenta la iluminación artificial (focos, lámparas, etc.). Esta última debe estar colocada estratégicamente para no crearnos sombras cuando estamos cocinando. Otra opción muy práctica es incorporar luces a los muebles. Podemos añadir luces debajo de los muebles altos o dentro de los mismos muebles. Además de mejorar la iluminación de nuestra cocina crean una luz de ambiente muy agradable y mejoramos la estética.
Colores
Si hablamos de colores, las opciones son infinitas y como siempre hemos dicho…¡para gustos colores! Nunca mejor dicho, además de los diferentes acabados que existen sus combinaciones son miles. Por eso, para empezar es importante pensar qué tipo de cocina nos gusta. ¿Estilo industrial, líneas rectas y tonos más oscuros? ¿Estilo moderno natural, tonos claros combinados con maderas? ¿Estilo elegante, tonos oscuros con algún color más sobrio? ¿Estilo vintage, tonos más claros con algún toque de color?
La regla que siempre funciona es que los colores claros siempre dan más amplitud a la cocina y se puede jugar con algún toque en otro color si nos apetece. Una cosa está clara, la cocina va estar con nosotros 30 años (la vida media de una cocina es de 28 años) por lo tanto es preferible elegir tonos de los que sepamos que no van acordes con modas y que no nos cansemos de ver todos los días.
La encimera
Ahora que parece que vamos teniendo un poquito más claro lo que nos gusta, tenemos que pensar en lo práctico. Nos guste o no cocinar, pasamos cierto tiempo haciendo nuestra comida diaria o un menú especial pero siempre hay una segunda parte menos agradable: la limpieza. ¿Una cocina que se recoja y se limpie sola? Estamos trabajando en ello pero por ahora nos sigue tocando a cada uno ocuparnos de nuestra cocina. Por eso es importante tener en cuenta qué tipo de encimera vamos a elegir: ¿de madera?, ¿de quarzo?, ¿de granito?, ¿porcelánico?… Independientemente del estilo que nos guste más también tenemos que pensar en cómo usamos nuestra encimera. ¿Somos cuidadosos? ¿O nos gusta algo más todoterreno? Hay encimeras en las que no podemos colocar cosas muy calientes, encimeras que son absorbentes (¡tened cuidado con el vino y el limón!), encimeras frágiles que pueden partirse con un golpe fuerte, encimeras que pueden rayarse, etc. Pero sobre todo necesitamos que sean fáciles de limpiar y que no se note mucho la suciedad. Cuidado con las oscuras, por ejemplo, en las que se nota más la suciedad. Esto mismo ocurre con los fregaderos, deben ser de un material adecuado para que sean duraderos y fácil de limpiar. En cuanto a las puertas, ya sabéis, las brillantes son más elegantes pero se marcan más los dedos, aunque si es blanca no hay tanto problema.
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Los muebles
Siempre buscamos optimizar el espacio que tenemos y una de las formas para conseguirlo es hacer muebles más grandes. Si recordáis en la casa de nuestros abuelos había muchos muebles por todas partes y además eran más estrechitos. Ahora intentamos que los muebles sean cuánto más grandes mejor para ganar más espacio. Para ello es importante que los cajones que sean caceroleros aguanten mucho peso (65kg por ejemplo). ¡Además de economizar, puesto que ponemos 1 mueble en vez de 2, ganamos espacio!
Un detalle importante es que lo muebles puedan hacerse a medida para poder optimizar todo el espacio. Así, pasamos de los muebles estándar a adaptarnos a las medidas exactas de nuestra cocina y aprovechar cada espacio.
Sabemos que cambiar la cocina supone una gran inversión (en España es la tercera inversión más grande en una familia después de la casa y el coche). Por eso es importante que nos pongamos de la mano de profesionales que puedan asesorarnos teniendo en cuenta no solo la dimensión de nuestra cocina sino también de qué uso le damos, cuántos somos en casa, con qué frecuencia vamos al supermercado (para tener en cuenta el almacenamiento), etc. Es normal que le dediquemos un tiempo adecuado a diseñar nuestra cocina pero también es importante que nos aseguremos de que el montaje está realizado por profesionales que dejen todo instalado perfectamente y que las garantías nos cubran los años que nos dicen (aunque la tienda cierre). Acudir a profesionales es garantía de un buen trabajo y de que podamos estar tranquilos de que todo va a salir a la perfección.
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