Toca aceptarlo: A estas alturas, muchas estamos perdiendo el bronceado. Aunque todas las previsiones meteorológicas parecen apuntar a que este año el verano durará algo más de lo habitual, lo cierto es que con el mes de septiembre a la vuelta de la esquina, somos muchas las que a estas alturas del año o hemos cambiado o estamos a punto de cambiar el bañador por la ropa de oficina: es hora de volver al trabajo.
Y aunque poco a poco nos vamos haciendo a la idea, nos resistimos a abandonar los recuerdos de un verano que, como cada año, parece acabar antes. Hablamos de nuestras vacaciones, seguimos subiendo fotos a nuestras redes… Cualquier excusa es buena para evitar despegarnos de la que es una de las fechas favoritas de todos los españoles.
Aunque si hay algo que nos hace aceptar que el verano ha terminado, al menos psicológicamente, es ese en el que nos damos cuenta que ya no existe esa línea del bikini que tomábamos de referencia.
A fin de cuentas ya sabemos que el bronceado no es más que el oscurecimiento de la piel producido por la defensa de nuestras células epiteliales a la radiación solar pero, siempre con precaución y con protección solar homologada, el bronceado –en su justa medida– nos hace vernos mejor e incluso más saludables.
Pero nuestra piel se renueva constantemente y, con cada proceso renovador volvemos a nuestro tono de piel normal con lo que, al abandonar nuestros rituales solares veraniegos, terminamos por perderlo por completo.
Así que, llegados a estas alturas del año, es normal que estemos buscando trucos, consejos y recomendaciones para prolongar nuestro bronceado y disfrutar, aunque sea por algunas semanas más, de la huella de nuestros días de verano.
1. Exfoliación. Sí… exfoliación.
Aunque hayas oido eso de que exfoliarse la piel elimina el moreno, debes saber que es ¡completamente falso! Como muchas otras historias relacionadas con el bronceado, es todo un mito. La exfoliación ayuda a limpiar la suciedad de la piel y la prepara para cualquier otro tratamiento. No temas perder bronceado por hacerlo: la exfoliación te dejará como resultado una piel más sana y suave.
2. Agua fría.
La exposición prolongada al sol termina por secar tu piel y aunque hayas utilizado productos de la más alta gama lo cierto es que la piel sufre un proceso de deshidratación moderada. Por ello, es importante que con cierta frecuencia no temas a darte una ducha con agua más bien fría. De este modo tonificarás e hidratarás la piel y ralentizarás la regeneración lo que te ayudará a alargar tu bronceado.
3. Reactiva tu melanina
La melanina es el aminoácido encargado de protegerte de la radiación solar y es la responsable del cambio de la tonalidad de tu piel. A mayor presencian de melanina en tu organismo, más oscuro será el tono de tu piel. Aunque la forma más rápida de activarla es con la exposición solar (cuando tomamos el sol), lo cierto es que también puede activarse a través de la alimentación. Así que, si estás dispuesta a hacer que el bronceado dure más tiempo, te sugerimos que busques recetas de zumos naturales, por ejemplo, ricos en betacarotenos. (Sí, la zanahoria es crucial en esto…)
4. Aloe Vera: Hidratación, hidratación, hidratación.
Puede que sigas tirando de tu aftersun, y no te decimos que lo abandones. Pero si no lo has probado ya, corre a cualquier farmacia o supermercado y hazte con una crema de aloe vera. Además de ayudarte a evitar a que te peles, aportará una dosis extra de hidratación natural a tu piel, no solo para el bronceado sino para muchos otros rituales de belleza. Y ya sabes que a mayor hidratación, más dura el moreno.
5. Autobronceador: Bueno…. vale…
No creas que es hacer trampa. Lo cierto es que la composición de los autobronceadores ayudan a mantener el tono del bronceado natural. Ahora bien, utilízalo con poca frecuencia (con una vez por semana es suficiente) y recurre a los llamados, autobronceadores progresivos que te ayudarán a adoptar un tono mucho más natural (y creíble).
6. No te escondas del sol.
Aunque puede que ya no puedas ir a la playa con la misma frecuencia, no es necesario que pases a estar 24 horas en la sombra. Intenta pasear por el lado soleado de la acera o da un paseo por parques y zonas con sol. Aunque nunca nos cansaremos de repetirte que debes tomar las precauciones para evitar quemarte, la radiación solar es imprescindible para la salud de todo el organismo, por ejemplo para la síntesis de la vitamina D, entre muchas otras.
¡Ah! Y si nos permites un consejo más, intenta evitar el maquillaje: cuanto más libre esté tu piel, más durará el efecto bronceado en ella.
Como ves, hay varios trucos para alargar el bronceado y si los has leído todos habrás visto que todos comparten un mismo punto en común: cuidar la salud, la hidratación y los nutrientes de tu piel por dentro, te ayudarán a que se vea mucho mejor por fuera.