Todo lo que estamos viviendo en estos momentos parece una pesadilla, pero poco a poco volvemos a la normalidad, tomando todas las precauciones necesarias para evitar un nuevo brote de contagio del Covid-19.
Eventos que estaban planeados con bastante tiempo de antelación fueron pospuestos sin tener espacio para alternativas, entre éstos, muchas bodas que a día de hoy ya tienen nueva fecha de celebración. Así que lo más importante de todo es mirar hacia adelante y repasar cada uno de los detalles para que nada empañe el día más especial de la vida de cualquier mujer.
Para retomar la aventura de la organización del gran día, aparte de prestar atención a todos los detalles, queremos iniciar esta lista de recomendaciones y consejos con uno de los símbolos más románticos de tal ocasión como son las alianzas.
La pregunta es: ¿alianzas de boda de oro amarillo, blanco o rosa? No importa cuál haya sido tu elección y la de tu pareja, ya que todas son hermosas, pero cada tipo o color, tiene un significado especial.
Oro amarillo
Éste es el color más tradicional. Nunca se habrán equivocado al elegirlo para sus alianzas. Seguramente sean una pareja muy segura. Varios años de noviazgo les aporta la certeza y la confianza para dar el siguiente paso, por lo que no es extraño tal elección.
Oro blanco
Glamour y elegancia son los dos adjetivos que describen a la pareja que elige el oro blanco para sus alianzas. Son reservados con su relación, pero eso no les impide celebrar por todo lo alto su amor en compañía de muchos familiares y amigos. Su evento dará mucho de qué hablar.
Oro rosa
Son una pareja atrevida, juvenil y original, ven su unión como un gran reto que están dispuestos a superar, alcanzando la felicidad plena. Su celebración probablemente sea muy colorida y sofisticada. Les depara un futuro muy hermoso.
Detalles que no se deben pasar por alto
Repasar la lista de invitados: tener una reunión con el planificador de bodas (wedding planner) es imperativo en este aspecto. Se debe repensar la cantidad de invitados que asistirán a la boda y adecuar los espacios para cumplir con las normativas mínimas de relacionamiento social.
Es probable que esta lista disminuya un poco, pero seguramente, los invitados más importantes para la pareja, estarán allí para festejar.
La fecha de la boda y las reservas: todos los negocios y empresas que trabajan con público han hecho un gran esfuerzo por mantener el contacto con sus clientes. Los centros de eventos no son la excepción y mucho más si se ha hecho un pago por reserva.
Retomar la comunicación con la agencia es vital para poder tomar otras decisiones en torno a la celebración.
Iglesias y ayuntamientos: es de suponer que si ya tienes una nueva fecha para tu boda, el contacto con las iglesias y el ayuntamiento (boda civil o eclesiástica) habrá sido retomado. De todas maneras, se debe tener una comunicación permanente con estas instituciones, en caso de que algo pueda cambiar a última hora.
El vestido: quizás durante todo este tiempo el estrés te haya invadido. Si tomaste las previsiones y mantuviste un ritmo de actividad física, no tendrás que preocuparte por haber adquirido unos kilos de más, pero si no es así, pruébate el vestido de novia y asegúrate de que aún te queda como un “guante”.
Contacta a la agencia de fotografía y vídeo: una boda sin registro fotográfico o de vídeo es un pecado capital, por eso este detalle no puede ser olvidado bajo ninguna circunstancia. Llama a tu fotógrafo o a la productora que tienes contratada para saber si están activos. Repasa el tipo de imágenes que quieres y adecúa los planes a los nuevos tiempos que vivimos.
La vida continúa y la celebración del amor es la prueba de que nos depara un destino de dicha y felicidad. Recuerda que a pesar de toda la experiencia vivida, los preparativos de una boda deben ser divertidos, agradables y cargados de mucha ilusión, y sobre todo, de esperanza.