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Ana Isabel Hernández: “Hemos dejado a la mente que haga y deshaga a su libre albedrío por encima de nuestra propia voluntad”

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Ana Isabel Hernández: “Hemos dejado a la mente que haga y deshaga a su libre albedrío por encima de nuestra propia voluntad”

Ana Isabel Hernández Vázquez es consultora especializada en regulación de estrés en el ámbito personal y corporativo. Máster en Intervenciones profesionales de Mindfulness por la Universidad de Alcalá de Henares. Certificada por MIT Business en Neurociencia para los negocios y certificada por el Instituto Nirakara en Neurociencia Cognitiva. Licenciada en Economía Internacional por la Universidad Complutense de Madrid, se ha reinventado profesionalmente Diseño programas de bienestar donde se entrena a la mente a enfocar su atención. ¿Resultado? Más productividad, todo ello sumado a un consumo de la energía más eficiente.

 

¿Estamos más estresados que nunca?

Desgraciadamente creo que , y cada vez lo estamos antes…pensábamos que el estrés era solo para personas adultas, pero es cierto que cada vez son más jóvenes las personas que sufren de estrés…aunque muchas de ellas no lo sepan, no sean conscientes.

Es muy interesante hablar con equipos educativos de ciclo de infantil, donde te trasladan que el estrés de los padres es muy contagioso para los niños…que los niños ya en claseno disfrutan haciendo la tarea, sino que la quieren entregar rápido…que se observa cómo los niños llegan acelerados a las aulas, y tienen que llevar a cabo una labor adicional, para bajarles los niveles de estrés con lo que han llegado al colegio.

Así que imagínate si estamos cada vez más estresados que nunca…todo influye. La OMS declaró como primera pandemia mundial el famoso término de “burn out” …estar quemado…allá por el 2019…y así es. Teniendo en cuenta que para que se considere una persona saludable, debe tener esa salud en equilibrio a tres niveles, física, emocional y mental y lamentablemente se produce un efecto simultáneo sobre esos tres aspectos, generando la primera chispa de ese estrés a nivel mental…de ahí saltando al terreno emocional, ¡e inevitablemente a nivel físico!

Hay muchos factores que pueden ser desencadenantes del estrés…pueden ser causas externas, o causas internas.

 

¿Los trabajos ahora mismo tienen una mayor carga en la vida personal que antes?

Creo que nos movemos cada vez más en entornos más competitivos, el perfeccionismo es un factor que desencadena mucha dedicación y que no tiene fin…Lo que es perfecto para una persona, a lo mejor es más que suficiente para otra o, al contrario. Lo cierto es que nuestra mente siempre quiere dar el todo por el todo, y muchas veces eso va en contra de nuestro tiempo de vida personal.

Para mí es clave ser conscientes que se debe estar en equilibrio en los 3 ámbitos de cada ser humano…el ámbito personal, el ámbito familiar-social y el ámbito profesional. En mis sesiones con clientes, lo comparo siempre con la metáfora de un taburete que tiene 3 patas…si una pata es demasiado corta o larga…ese taburete ya no es útil, ya no puedes utilizarlo para lo que está diseñado. Debe tener las 3 patas iguales. Lo que sucede, es que dependiendo del momento de tu vida en el que estés, das mayor prioridad a un ámbito que a otro…

Por ejemplo, las personas en la edad de adolescencia y primeros años después de la etapa escolar suelen tener como prioridad, en términos generales, su red social, es decir sus amigos, de ahí que le dedique más tiempo a ese ámbito.

Sin embargo, una vez que la persona evoluciona y se lanza al mercado laboral tras haber finalizado su formación, en ese momento, es como que se prioriza mucho más el trabajo, la aplicación de su formación años atrás en algo útil.

En el momento que la persona decida, en caso de que sea su opción, formar una familia, suele suceder que la priorización se adapta para llegar a todo. Y en el momento que nuestros hijos empiezan a volar del nido, es cuando por lo general se prioriza el terreno personal, cuando se echa la vista atrás y la persona se hace consciente de que ha invertido mucho tiempo en su formación, en su trabajo, en la dedicación a su familia y que es momento de empezar a cuidarse de sí mismo. Es muy interesante ver la evolución y sobre todo poner consciencia en ello.

No es ni bueno ni malo, simplemente suele ser el ciclo de prioridades de las personas. También es cierto, que esta priorización está viéndose modificada con las diferentes generaciones que están llegando al mercado laboral. Antes, para la generación de las personas que habían nacido en los 70-80, su prioridad era tener una familia estable, un trabajo estable y una casa donde vivir…Esa foto con relación a las nuevas generaciones, en términos generales, no tiene nada que ver. Insisto, no es ni mejor ni peor, simplemente diferente. ¡Los tiempos cambian!

 

¿Por qué nos estresamos cuando volvemos al trabajo si venimos de descansar y de relajarnos?

¡Muy buena pregunta! Nuestra mente suele por defecto parar poco en el momento presente. Le gusta más recurrir al pasado o proyectar el futuro. ¿Qué significa esto? Que,aunque nuestra sensación haya sido de descansar y de relajarnos, y tengamos pruebas fehacientes de que así ha sido, nuestra mente a nivel consciente y sobre todo inconsciente, no cesa de estar viajando entre el pasado y el futuro. Recuerdo el testimonio de un cliente, cuando inició sesiones, que uno de los motivos que me dio para empezar a trabajar conmigo, es que él no tenía mucha posibilidad de tomarse largos períodos de vacaciones, como mucho una semana, y me decía que durante esa semana que solía tomarse de descanso, solo era capaz de desconectar 1 día….Los primeros días su mente no hacía más que pensar en lo que había dejado pendiente y los últimos días, su mente se anticipaba ante lo que se podría encontrar a su vuelta. ¡Así que solo conseguía descansar 1 único día de 7! Eso mismo sucede en proporción con la mente en general, no puede dejar de pensar lo que ha dejado abierto, o el famoso término FOMO (miedo a perderse algo) o personas que no le gusta delegar y que piden que les tengan informado o en contacto.

O bien, porque los días de vacaciones han querido aglutinar tanta actividad durante esos días, con aficiones o actividades que no pueden llevar a cabo durante el resto del año, que acaban con un cansancio físico, ¡que necesitan unas vacaciones para reponerse de las vacaciones!

También suele ocurrir en el ámbito familiar que como apenas estamos acostumbrados casi a pasar tiempo en familia, surgen roces de convivencia que habitualmente cuando estamos en nuestra ciudad de residencia, no suceden. De ahí que los niveles de demanda de separaciónsuelan tener una tendencia ascendente tras períodos de vacaciones como las Navidades o el verano.

 

¿Nos estresamos más porque nos queremos poco? ¿Por qué tenemos miedo?

Realmente nos estresamos porque le hemos dado a nuestra mente unos privilegios que no le competen. Hemos dejado a la mente que haga y deshaga a su libre albedrío por encima de nuestra propia voluntad. Esto es lo que habitualmente se llama el piloto automático…la mente es una máquina de costumbres, le gustan las rutinas, y si su rutina es estar pensando todo el día en el trabajo, porque le gusta hacer cosas…nosotros no estamos enseñados a tomar consciencia de poner el límite a la mente. El tener miedo o el querernos poco a la mente no es un tema que le suela interesar. A ella le gusta seguir haciendo cosas, entre ellas pensar o imaginarse escenarios poco probables que nos hacen tener una serie de preocupaciones extra que la mayoría de las veces no son reales.

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Por nuestra mente pasan una media diaria de entre 12.000 y 60.000 pensamientos al día…es decir, que al día solemos tener una media de 41 pensamientos espontáneos, que surgen de manera involuntaria por nuestra parte al minuto…de los cuales, el 90% son de sesgo negativo, basados en experiencias pasadas o en proyecciones inciertas sobre el futuro…y de los cuales más del 80% nunca llegan a suceder. Esos pensamientos son la base de nuestro dialogo interior, de lo que nos contamos a nosotros mismos, y por lo general, ese dialogo, suele ir con una carga emocional bastante alta, donde por su puesto hay miedos, y mucha mucha voz crítica. Siempre le digo a mis clientes…que si alguien nos hablara o se dirigiera a nosotros con la misma falta de tacto y contundencia con la que nos hablamos a nosotros mismos, esa persona no estaría en nuestro círculo cercano…pero, sin embargo, que le permitimos a nuestra mente, hablarnos con muy poco tacto y cariño.

 

 

Hablando de miedo. Las presiones en el entorno laboral siguen estando a la orden del día, ¿verdad? ¿Cómo ayuda a la gente a defenderse de ello?

Depende mucho de la situación, el contexto de cada caso. Las presiones en el entorno laboral son altas, muchas veces por diferentes factores, miedo a perder el trabajo en plena crisis, miedo a perder el trabajo dependiendo de la edad que tengas. Sobre todo el ser humano tiene miedo a no tener cubiertas las necesidades básicas, y por lo general, el trabajo es el factor que suele cubrir parte de las necesidades fisiológicas, que son vitales para la supervivencia, como la alimentación, o un sitio donde poder vivir, donde poder descansar. El trabajo también suele cubrir el siguiente nivel de necesidad para un ser humano que se relaciona directamente con la seguridad…es indiscutible que tener un trabajo, te da una estabilidad económica. Los siguientes tres niveles de necesidades humanas, están más relacionados con bienes intangibles…como la necesidad social o de pertenencia, la necesidad de estima (sentirse valoradas) o la necesidad de autorrealización, que es el deseo de alcanzar un crecimiento personal. Como verás, el trabajo es un factor transversal en la mayoría de ellas, por no decir todas las necesidades. El miedo a perder ese trabajo puede generar una presión adicional a ese estrés mental que comentábamos en la cuestión anterior. Este hecho, hace saltar las alertas en la mente, es decir, se activa la amígdala, y en ese caso, las funciones cognitivas y ejecutivas de nuestro cerebro se bloquean. Se da la situación de un secuestro amigdalino, es decir, la amígdala se apodera de nuestra mente, y solo tiene 3 posibles respuestas que, en coordinación con el sistema nervioso autónomo, esas respuestas puede ser la huida (dejar el trabajo), la lucha (enfrentarse y ser reactivo ante cualquier situación o decisión) o congelación (ser incapaz de expresar tu opinión o criterio o quedarte paralizado y sin palabras en una reunión o entrevista). Es la parte más primitiva de nuestro cerebro, y suele ser una reacción automática, es decir una reacción involuntaria por nuestra parte.

 

¿Tiene un retiro sobre estrés? ¿En qué consiste?

¡Efectivamente!, el domingo 17 de septiembre, en Cercedilla, dirigiré mi quinto retiro, en este caso será de una jornada…mi propuesta es que, si alguna persona ha intentado llevar a cabo algún tipo de acercamiento, se dé una nueva oportunidad para que vea de primera mano todos los beneficios que puede incorporar a su vida cotidiana, tras haber venido a una jornada como la que tendremos. ¿Qué tipo de beneficios? Te permitirá experimentar un mayor sentido de calma, claridad mental y presencia en tu vida cotidiana. Será en un espacio tranquilo y libre de distracciones donde desconectarás del estrés diario y aprenderás técnicas efectivas para reducir el estrés y la ansiedad. El enfoque de la atención plena que llevemos a cabo ese día te ayudará a comprender tus patrones de pensamiento y emociones. Esto puede llevar a una toma de decisiones más consciente y a una mejor gestión de tus reacciones emocionales.

Mejorará tu concentración: La práctica constante de la atención plena en un retiro hace mejorar tu capacidad de concentración y enfoque, lo que puede ser beneficioso tanto en tu vida personal como profesional.

Podrás aprender a afrontar los desafíos de la vida con más calma y resiliencia. Esto te permitirá lidiar mejor con situaciones difíciles y adaptarte más eficazmente a los cambios.

En resumen, la jornada que llevaré a cabo el domingo 17 de septiembre en Madrid, será una experiencia que aportará una mayor paz mental, reducción del estrés, autoconciencia.  Aunque es cierto, que siempre me gusta recordar que los resultados pueden variar de persona a persona, y la consistencia en la práctica de la atención plena después de esa jornada también es clave para mantener estos beneficios a largo plazo.

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