Estamos a punto de entrar en junio, y si en otras circunstancias lo normal sería estar ya morenos, ni el confinamiento ni el mal tiempo que ha hecho han contribuido a ello. Hay muchos motivos por los que nos gusta tomar el sol, y aunque nos han dicho hasta la saciedad lo perjudicial que es si lo tomamos en exceso, a todos nos sienta bien vernos la piel bronceada. Sin embargo, el sol no solo tiene beneficios a nivel estético, sino que además ayuda a otras muchas funciones vitales de nuestro cuerpo, tanto a nivel físico como mental.
El sol es el principal transmisor de Vitamina D, indispensable para muchas funciones del organismo, pero siempre con precaución ya que una larga exposición puede hacer que sus efectos en lugar de positivos se conviertan en negativos, siendo el causante de grandes problemas de salud como el cáncer de piel o el desprendimiento de retina.
«10 minutos diarios durante el verano serían suficientes»
Por eso, debemos tomarlo con protección solar y evitando las horas centrales del dia. Lo más recomendable sería hacerlo durante la mañana antes del mediodía, o bien después de las 16:00 horas, y no exceder el tiempo que nos exponemos a él. Los expertos aseguran que unos 10 minutos diarios durante el verano serían suficientes para adquirir la Vitamina D necesaria, sin embargo, en los meses fríos deberíamos exponernos durante más tiempo ya que la incidencia del sol es menor y el porcentaje del cuerpo expuesto también.
Teniendo en cuenta estas medidas, podremos disfrutar de estos 5 beneficios del sol en nuestro cuerpo:
Fortalece Huesos y Dientes
Como ya hemos dicho, el sol es el principal transmisor de Vitamina D, la cual según National Institutes of Health, favorece la absorción de calcio y fosforo en el intestino y evita su pérdida en el riñón. El calcio es necesario para una correcta salud de nuestros huesos y dientes, siendo necesario para el crecimiento y la remodelación ósea. Por eso la Vitamina D es esencial como prevención de enfermedades como la osteoporosis.
Mejora el aspecto de la piel
La vitamina D también ayuda a que nuestra piel luzca más sana y llena de vida. Ayuda a la función neuromuscular e inmune y permite la reducción de la inflamación y participa de la modulación del crecimiento celular.
«El sol tiene propiedades antiinflamatorias y antibioticas»
Aunque se suele decir que el sol ayuda con el acné y la psoriasis, si hablamos de acné, existen opiniones divididas. En teoría el sol podría ayudar a mejorarlo gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antibióticas, sin embargo, también hay quien asegura que el acné podría empeorar. Si tienes acné y tomas el sol, lo mejor es que además de usar una protección adecuada para tu tipo de piel, después te laves la cara muy bien.
En cuanto a la psoriasis, se sabe que la luz UV actúa sobre la piel haciendo que baje la inflamación y la descamación de la piel, gracias a un efecto inmunomodulador. Pero si padeces alguna de estas dos afecciones, sin duda consulta a un dermatólogo antes de decidir cómo exponerte al sol.
Fortalece el sistema inmunológico
Según un artículo de la Comisión Europea, el sol aumenta el número de glóbulos blancos que hay en nuestro organismo. Estos son unos de los protagonistas de nuestro sistema inmunológico y al aumentar con la exposición solar podríamos decir que este se fortalece gracias a él.
Ayuda a conciliar el sueño
Environmental Health Perspectives publicó un artículo que explicaba que los humanos, al ser seres diurnos, fabricamos melatonina durante las horas de oscuridad y explicó que esta hormona marca muchos ritmos circadianos. Estos ritmos son como el reloj biológico diario de nuestro cuerpo y marca los cambios que se producen en nuestro interior según la hora del día que sea. Además, participa en la lucha contra infecciones y enfermedades.
¿Y qué tiene esto que ver con el sol? Pues que se ha descubierto que las personas que se exponen al sol durante la mañana, producen melatonina antes, ayudando así a que concilien el sueño más fácilmente.
Mejora nuestro estado de ánimo
Indudablemente el clima en general afecta a nuestro estado de ánimo, y no solo porque condiciona nuestra vida social sino porque afecta directamente a cómo nos encontramos internamente.
«El trastorno afectivo estacional afecta al 10% de la población»
En el caso del sol existe una correlación entre los niveles de Vitamina D y el trastorno afectivo estacional. ¿En qué consiste este trastorno? Pues son bajones anímicos que afectan al 10% de la población y que se producen en los meses en los que baja la luz solar, es decir, durante el otoño y el invierno. Se ha demostrado que los síntomas de este trastorno aparecen ocho semanas después de que se produzca el pico más alto de radiación UV, y este es el tiempo que tarda el cuerpo en procesar la vitamina D.
Además, se sabe que esta vitamina interviene también en la síntesis de la neurotransmisión de serotonina y dopamina, que cuando se encuentran en bajos niveles se relacionan con la depresión.