En pleno siglo XXI, hay muchos aspectos en materia de igualdad que han cambiado drásticamente, sin embargo, en cuestiones laborales, sigue habiendo situaciones que deberían mejorar.
Y es que aunque creamos que la situación de la mujer ha mejorado mucho, los datos no reflejan lo mismo. Hace unos tres años el Eurobarómetro publicó un dato muy preocupante para el año en el que estábamos: un 44% de los europeos seguía creyendo que la responsabilidad de la mujer está en el hogar y un 43% decía que el papel del hombre era llevar dinero a casa.
Con respecto a España, el Informe de Igualdad de Género del pasado año nos sitúa en el noveno mejor país, con 70 puntos y un crecimiento en materia de igualdad de un 1,8%. Sin embargo, la tasa de paro femenina es de un 16% frente al 12% de la masculina, y además, la brecha salarial sigue estando en un 22%.
Por este motivo, Aiwin, el servicio en la nube de videojuegos corporativos, ha detectado 6 aspectos de la situación sociolaboral de la mujer que muestran que aún queda mucho trabajo por hacer en este ámbito.
- Hay muchas menos mujeres trabajadoras
Según la EPA, en España tenemos muchas menos mujeres trabajadoras que hombres: 9 millones de mujeres ocupadas frente a los 11 millones que suponen los hombres. Por consiguiente, la tasa de paro de las mujeres es más elevada, con un 16% que la de los hombres, que está en un 12%.
- Las mujeres sufren más parcialidad.
Esto quiere decir que existe un porcentaje más alto de mujeres con una jornada laboral parcial (24% de jornadas parciales femeninas frente al 7% masculinas).
- Inestabilidad Laboral.
Además de las jornadas parciales, las mujeres también son víctimas de la inestabilidad laboral. Y es que hoy en día la mayoría de los contratos indefinidos son para ellos. Se estima que hay un 13% más de hombres con contrato indefinido que mujeres.
- Brecha salarial
Todos estos motivos anteriores, los diferentes tipos de contrato y otros factores, implican que exista una diferencia bastante grande entre el salario medio de hombres y mujeres. Los datos del INE muestran que un hombre cobra casi 6.000€ más al año que una mujer, es decir, que la brecha del salario medio bruto entre hombres y mujeres es de casi el 22%.
- Existe una segregación laboral horizontal
La poca visibilización de mujeres en las áreas científicas (STEM) hace que las jóvenes no se interesen por carreras que son cada vez más demandadas y por ello hace que no exista representación femenina en ellas. Solo un 7% de las niñas se ven como científicas en un futuro. Esto hace que aunque el mercado laboral quiera evolucionar, no pueda hacerlo.
- Segregación laboral vertical
No solo existen diferencias entre los distintos sectores laborales, sino que también hay una profunda diferencia de género entre los puestos de responsabilidad que ocupan cada uno. Esto es conocido como “Techo de cristal” y hace alusión a las barreras “invisibles” con las que tienen que luchar las mujeres para llegar a un cargo de responsabilidad solo por el hecho de ser mujeres. Esta situación está muy acusada en España ya que de las empresas del IBEX 35, solo un 8,5% están representadas por mujeres, según la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Debido a esta situación, hay muchas empresas que promueven el cambio. Una de ellas es Cepsa, que ha apostado por SHE, una plataforma desarrollada por Aiwin que detecta los sesgos y pretende fomentar la inclusión de las mujeres en el ámbito empresarial. Según afirma Margarita Marcos, sponsor en Cepsa, muchos de estos sesgos son inconscientes y suponen prejuicios que afectan a las decisiones finales. Por eso, se pretende formar a través de herramientas como SHE, para tomar consciencia de ellos, “superar estas barreras y continuar avanzando hasta la pariedad”.
“Pese a los esfuerzos que hemos hecho en nuestro país para reducir la brecha entre hombres y mujeres, estos datos confirman que aún queda mucho trabajo por delante”, dice Sergio Jimenez, CEO de Aiwin, quien destaca también que estos juicios inconscientes nos hacen ver diferencias entre hombres y mujeres donde no las hay y que debemos aprender a detectarlos para dominarlos y construir una sociedad más justa e igualitaria.