España vivía su época de boom económico. Trabajo para todos, viajes para todos, hipotecas para todos…Así era la España de los primeros años de los 2000. Desde el exterior, sobre todo desde los países latinoamericanos, se nos veía como una tierra donde prosperar y tener una mejor calidad de vida. Al menos una estabilidad económica. Llegaron cientos de miles de personas buscando cumplir ese sueño. Dejaban familias, amigos, e incluso hijos en su países de origen en busca de un futuro, pero sobre todo de un presente mejor. Detrás de cada uno de ellos, una historia y una vida.
Siempre con una sonrisa en los labios. Siempre con una palabra agradable y motivadora que decir. Es habitual ver a Jesica Reyes por el club de Reserva del Higueron ya sea entrenando a alguien, en una clase colectiva u organizando algún evento deportivo.
Y aunque lleva 11 años en España, sigue manteniendo un acento argentino con una doble carga de dulzura personal. Quedamos a tomar un café, como no podía ser de otra forma, en la cafetería del club. Está muy acostumbrada a hablar de temas deportivos. Su trabajo le apasiona. Lo acabo de comprobar entrenando con ella. Pero yo quiero conocerla un poco más, no a la entrenadora y deportista, sino a la mujer.
Jesica, llegas desde Río de Plata (Argentina) a España en el año 2005. ¿Qué es lo que te trajo aquí?
Tenía un proyecto en común con mi marido -mi marido en realidad no está vinculado al deporte, él es dentista-, pero es verdad que cuando empezamos a salir él tenía ganas de experimentar y vivir en otro país, y yo también. Siempre fuimos un poco almas inquietas en ese aspecto, teníamos ganas de probar en otro lugar. A eso hay que sumar la mala situación económica y social de Argentina. Ya en 2002, cuando nos conocimos, pensamos en venirnos. Pero me quedé embarazada. Entonces decidimos dejarlo un tiempo. Pero cosas de la vida, mi marido encontró una oferta de trabajo en el periódico para venir a España. Le hicieron la entrevista en Buenos Aires y lo cogieron.
¿La oferta era para Benalmádena?
Sí. Ninguno de los dos conocíamos Málaga. Se lo planteó como una oportunidad para venir a España e ir tanteando el terreno. La idea era irnos a Madrid o Barcelona. Su padre había vivido muchos años en Madrid y había tenido negocios allí. Desde pequeño iba de vacaciones a Madrid o a Barcelona, que era otra gran ciudad. Veníamos de una ciudad grande por lo que queríamos algo parecido pero en España. Primero se vino él y a los cuatro meses llegamos mi hijo y yo. Nos enamoramos de todo esto. Nos adaptamos tan bien que descartamos movernos de aquí.
En aquel momento tu hijo debía ser muy pequeño…
El niño tenía tres años. También lo hicimos pensando en él. Yo trabajaba de entrenadora en un gimnasio y no estaba mal, pero mi marido sí estaba más disconforme con su trabajo. En cualquier caso la situación allí era muy caótica. Él iba a trabajar a Buenos Aires todos los días. Tenía que hacer 50 kilómetros para llegar, y muchos días no llegaba porque los piquetes no se lo permitían. Así que tampoco era la situación ideal para criar a nuestro hijo. Cuando llegué aquí me quedé impactada por el lugar y por la calidad de vida. El primer día que salí a buscar trabajo, además tuve esa suerte, encontré un trabajo. Siempre digo que fui muy afortunada en ese aspecto.
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¿Dónde empezaste?
En Benalmádena, en un gimnasio femenino. Ahí empezamos los dos a desarrollarnos profesionalmente aquí en España. Y aunque me enamoré de esto y estaba muy adaptada, también fue duro. Dejar a tu familia, y tu país, con un niño pequeño, sin tener aquí ningún apoyo afectivo ni económico… al principio cuesta mucho. Te vienes prácticamente sin nada. Es empezar de cero.
¿Cómo os organizabais con el niño? Llevándolo a la guardería, supongo, ¿no?
Sí. Bueno, de hecho, ya te digo, por eso a nivel económico fue un poco difícil porque mi sueldo prácticamente entero era para pagar la guardería de mi niño. Era la única en la que me permitían tenerlo hasta las 8 de la tarde. Yo trabajaba hasta la nueve y media o las diez de la noche y mi marido salía de la clínica a las ocho y lo recogía. Fue duro no solo por lo económico, sino porque yo a mi niño no lo veía. Recuerdo un día que no podía más y me puse a llorar en el trabajo. Llevaba tres días sin verlo. Cuando llegaba a casa ya estaba dormido.
Si tu sueldo se iba en la guardería podrías haber elegido quedarte con él…
Claro. Pero el tiempo pasa. Yo quería insertarme de alguna forma en el mundo laboral. Sabía que si lo dejaba más tiempo sería más difícil. Pensé que empezando a trabajar podría conseguir algo con mejores condiciones después. Y así fue. Cuando me contrataron en el Higuerón todo mejoró, el contrato, la flexibilidad en los horarios… Siempre he sido una persona muy activa. Prácticamente hice toda la carrera en Buenos Aires trabajando. Mi madre se quedó sola con dos niñas pequeñas. Yo sé que para lograr las cosas hay que estar en movimiento. Como todas las elecciones en la vida llevan una renuncia y en este caso un sacrificio, pero no me arrepiento.
¿ Por qué se quedó tu madre sola con vosotras?
Muchas veces la gente me pregunta por qué siempre tengo esta buena energía o estoy siempre tan contenta. Creo que la historia de mi madre, nuestra historia, tiene que ver mucho con eso. Mis padres se separaron y él desapareció cuando éramos muy pequeñas. Salir adelante nos ha costado mucho. Él se desentendió totalmente, sí, nos abandonó, y claro, mi madre trabajaba todo el día para poder llevar adelante la casa. Desde muy niña me he tenido que buscar la vida. Mi madre por su situación, por su educación, tampoco veía prioritario que estudiásemos. Mis abuelos llegaron a Argentina escapando de la guerra. Mi abuelo era ruso y mi abuela polaca, eran gente muy trabajadora y muy humilde. Para mi madre lo importante era que trabajásemos. Pero tuve la suerte de ir a un colegio donde mis compañeras tenían otra vida. Cuando iba a sus casas y veía a sus familias sabía que yo quería eso. Todas tenían claro que iban a estudiar y para mí se convirtió en un reto. De hecho el día que me matriculé en la Universidad sentí como si me hubiese tocado la lotería.
¿Tu madre cómo ve ahora todo lo que has conseguido; la vida que llevas?
Para mi madre soy su heroína. Mi hermana también tiene una vida muy asentada en Argentina. Para mí poder demostrar que aunque vengo de donde vengo he conseguido todo esto es muy bonito. Como te digo, vengo de luchar mucho, de no tener medios nada más que para sobrevivir y estar aquí viviendo esta vida y con este reconocimiento profesional me enorgullece. Y a ella también. Mi marido y yo nos reímos mucho con los comentarios que me pone en Facebook.
¿Ella no se ha planteado venirse?
No. Tuvo un cáncer de mama y desde entonces tiene muchas patologías asociadas. De hecho no viene desde 2007. En diciembre por fin va a volver.
¿Qué echas de menos de tu país?
Mira, cuando llevas tantos años en España, ya te sientes más de aquí que de allí. Al principio echas de menos casi todo. Y eso que nosotros nos sentimos muy a gusto y muy arropados desde que llegamos. Yo creo que todo exiliado, inmigrante, como quieras llamarlo, echa de menos a la familia y a los amigos, la parte más emocional. Luego cuando uno lleva tantos años fuera y vuelve a su país hay cosas a las que te cuesta adaptarte. Cuando vamos de vacaciones, hasta que pasan unos días resulta hasta raro. Al final somos como camaleones.
Jesica, con las cosas que has vivido, supongo que llegas a un país que, cómo yo digo, tenemos problemas del primer mundo y encima nos quejamos por tonterías, ¿Cómo has gestionado eso?
Esa reflexión también la hemos hecho mi marido y yo alguna vez. Cuando empezó aquí el tema de la crisis y la gente se quejaba…Yo venía de vivir una crisis durísima en Argentina. Pero que es entendible que al final es problema de cada uno, cuando uno no ha vivido otras cosas… A mí me enseñó a relativizar. Te preocupas porque te juegas el futuro de tu hijo, pero se relativiza. En la vida he aprendido a relativizar mucho, por eso a la gente le sorprende que siempre estoy de buen humor o que busco el lado positivo de las cosas. Porque quizá la vida me ha dado tantos golpes que aprendes a diferenciar entre lo que realmente es importante y lo que no lo es.
¿A qué te refieres con golpes?¿ Lo dices por la situación económica de tu familia?
Hay una cosa que aquí no sabe mucha gente. Mi primera pareja, el que yo creí que era el amor de mi vida, falleció de manera inesperada de un aneurisma cerebral. Tenía veintidós años. Fue un palo. Sus padres y sus hermanos, a día de hoy, me llaman hermanita, porque ellos eran muy pequeños y fue para todos, para su familia, y para la mía, un golpe muy duro. Entre eso y todo lo que venía arrastrando con la separación de mis padres… Pero en la vida tienes dos opciones. No hay grises; o blanco o negro, tú decides. O te haces más fuerte o te vienes abajo. Y bueno, yo, no sé porqué –y sin darme cuenta– he decidido seguir para adelante. Aunque he de reconocer que volver a estar en pareja me costó bastante.
En ese momento nos interrumpen. Se acerca una chica a saludar a Jesica. Por la conversación queda claro que hace años que no se ven. La chica que la saluda vive actualmente en Inglaterra y está aquí de vacaciones. Quedan en verse en otro momento. Cuando se va me dice que es la dueña de aquel gimnasio femenino de Benalmádena en el que encontró su primer trabajo en España. La vida es ciertamente curiosa con algunas casualidades. Seguimos…
No sé en Argentina, pero aquí hace pocos años que está de moda lo de tener un entrenador personal. Supongo que esa moda te ha beneficiado como profesional.
En Argentina empecé como casi todos los profesores de educación física que trabajan en un gimnasio dando millones de clases. Pero por aquel entonces también daba clases personalizadas. Pero evidentemente, al igual que todo ha ido avanzando muchísimo, en el ámbito deportivo también. Lo del entrenador personal, como tú dices, desde hace unos años está de moda. Pero también porque realmente es necesario. Siempre digo que todo el mundo debería poder tener un entrenador personal más allá de las modas. El trabajo de un entrenador personal es vital, yo creo que no solo para conseguir los objetivos de forma mucho más rápida, más a corto plazo, sino también para prevenir lesiones y para que realmente la gente mejore su calidad de vida.
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¿Es distinto trabajar con un deportista de élite, de los que tú entrenas, a trabajar con una persona que no se dedica profesionalmente al mundo del deporte?
Si bien cada deporte tiene su especificidad, hay cosas de base que las tienes que trabajar con todo el mundo. Hoy en día, desde el oficinista, el empresario, el ama de casa, o el deportista de élite, casi todos tienen problemas posturales, molestias o dolores en la espalda.
En ese aspecto, yo por lo menos con mis clientes, la dosis, por así decirlo, es la misma. Yo trabajo con gente profesional con los que además de hacer un trabajo específico para su deporte, hacemos también un trabajo preventivo y correctivo. La postura es la base, tener una musculatura interna que esté fuerte y que se active correctamente y que eso también te permita tener una postura adecuada. Pongo la misma entrega y la misma profesionalidad con todos los clientes, sean profesionales o no.
Muchas personas practican deporte también para combatir el estrés, supongo que hasta llegarán contándote sus problemas¿Se han convertido esos clientes en amigos?
Sí, claro. Yo tengo clientes aquí a los que entreno desde hace más de ocho años y, al final también empatizas o te das cuenta de que tienes muchas cosas en común, y entonces también tienes una relación extra entrenamiento con algunos. Obviamente que no con todos, pero con algunos sí.
Si que es verdad que tengo clientes que hay días que lo que quieren es desahogarse. Tengo que concentrarme y decirles que si quieren al terminar nos tomamos un café. Porque es verdad que en eso soy muy exigente, me gusta que realmente la gente le saque partido al entrenamiento y logre los objetivos. Para algunas personas sus dos horitas de entrenamiento son las únicas que tienen a la semana para liberar un poquito el estrés y la tensión.
A nivel pareja el estar lejos de vuestra casa, ¿os ha fortalecido o ha habido momentos en los que hubierais tirado la toalla y, sin embargo, por las circunstancias no habéis podido?
Nos ha fortalecido muchísimo. Es verdad que ha habido momentos que queríamos tirar la toalla, incluso estuvimos diez meses separados hace un par de años. Y sin embargo creo que eso no fue tirar la toalla, sino que quizás esa separación fue lo que más ha reforzado la pareja.
O sea el tomar aire, aprender a valorar al otro desde la separación…
Aunque en ese momento a veces no lo entiendes muy bien luego te das cuenta que tomaste la decisión más acertada. Superar una crisis cuando estás lejos de tu país, lejos de todo, es diferente, no sé si más difícil o no, pero es difícil... Es diferente a cuando estás en tu país, que tienes a tu familia. Pero aunque eso te pueda frenar también soy una persona muy decidida, y si yo estoy convencida de que algo va a ser para mejor lo hago, aunque en ese momento pueda doler y costar mucho.
¿Tú crees que en las relaciones de pareja muchas veces es mejor parar, y respirar antes que seguir por inercia?
No sé si es mejor para las relaciones de pareja en general, puedo hablar por lo que supuso mi experiencia. Llevo con mi marido dieciséis años – cualquiera que haya estado casado me entenderá- y tienes crisis que no sabes si es «una pequeña crisis y ya pasará” o es algo más importante. Pero cuando sigue pasando el tiempo y ves que esa crisis persiste, que tienes dudas sobre si estás enamorada o no, si es una crisis más o no, que no avanzas…Y en mi caso encima no tienes a tu familia cerca para apoyarte… Pero llegó un momento en el que fui consciente de que estábamos tocando fondo. Entonces pensé que si no volvíamos a estar juntos era porque no teníamos que estar juntos. Y quizás porque nos esperaba un futuro mejor a los dos por separado. Pero si volvíamos a estar juntos es que realmente necesitábamos esa bocanada de aire fresco, parar, reflexionar, aprender cada uno por su lado en ese tiempo y ver si aquello realmente era amor. Así me lo planteé. Y si volvimos a estar juntos es porque realmente había amor. A los dos nos ha servido para avanzar y para llegar a más acuerdos. Después de esa separación nuestra relación es otra. Es mucho mejor. Además mi hijo ya tiene catorce años, es como volver a ser novios.
¿ Se puede vivir la etapa de novios otra vez después de tantos años?
Sí. Por ejemplo, tenemos «nuestros jueves” que vamos a cenar solos. De hecho estamos disfrutando más de este noviazgo que la primera vez. Yo me quedé embarazada muy pronto. Así que ahora estamos disfrutando mucho de nuestra vida en pareja.
¿Tu hijo es deportista?
La pregunta de muchos, ¿tu hijo será muy deportista?… Pues mira, fíjate que mi hijo ha salido más con mi otra pasión. Es más bohemio, le gusta mucho la música, toca el piano, hace deporte porque en mi casa hay como una norma, y es que todos tenemos que hacer algo de deporte. Pero en el caso de mi hijo que le gusta mucho más la música, me parecería muy cruel no apoyarlo y no intentar potenciar esa faceta creativa que tiene. Él viene dos veces por semana, aquí entrena en una clase que tenemos para teenager con entrenamiento funcional. Pero a él lo que realmente le gusta es la música y más concretamente el piano.
Jesica eres una mujer muy atractiva y además muy simpática, ¿ha dado eso pie a algún mal entendido o a qué alguien se haya propasado en tu trabajo?
No, la verdad es que nunca nadie ha intentado propasarse. Y no porque yo me crea mona, sino porque es verdad que por mi forma de ser, también al tener el trabajo que tengo, que te exige estar siempre con una sonrisa, puede dar en un momento dado lugar a equívocos. Pero lo tengo claro desde muy joven.
Sí me ha pasado que como mujer alguno te invita a tomar algo, o una vez que uno me preguntó si yo era muy fiel a mi marido… Cosas así, pero yo es que soy igual con todo el mundo, siempre intento tener una sonrisa. Y claro, hay hombres que tiran la caña por si acaso pescan algo. Pero les corto rápido, y otras veces ni siquiera tienes que decir mucho, enseguida se dan cuenta de que puedes ser muy simpática o muy amable, pero que de ahí no pasas.
Bueno, en tu profesión llega una edad a la que ya tampoco te ves dando una clase o de entrenadora, ¿qué planteamiento profesional de futuro tienes, o prefieres no pensar en ese momento?
Claro que lo pienso. De hecho ya hace un año que no doy tantas clases colectivas, me he quedado con dos o tres, un poquito para no perder ese vínculo que tengo aquí con mis alumnos de hace mucho tiempo, pero me estoy dedicando mas a lo que es el entrenamiento personal. Estoy trabajando con golfistas también profesionales, he hecho algunas colaboraciones con la Federación Andaluza y desde hace ya cuatro años llevo en Reserva del Higuerón el tema de las formaciones y cursos para profesores, todo lo que son los reciclajes tanto para licenciados de educación física, fisioterapeutas y demás. Por otra parte, estoy muy implicada en la organización de los eventos deportivos que se hacen. También estoy colaborando con una revista de golf, y un canal de golf. Ya estoy tejiendo redes por otro lado, aunque todo vinculado al deporte. Mis dos pasiones son el deporte y la música. Siempre intento proyectar todo en mi vida a eso.
El deporte es superación, igual que la vida de Jesica. Un ejemplo de que aunque las circunstancias puedan no parecer propicias las metas se pueden alcanzar y además, con una sonrisa.
Fotografía: Lorenzo Carnero
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Transcripción de audio a texto realizada por Atexto.com.
Nunca tengo tiempo para lectura, y me ha alegrado hacerlo …me ha gustado muchísimo la nota, habéis abordado todos o casi todos los aspectos de la vida de una mujer. Jesi, me ha parecido auténtica y transparente. Conozco a la distancia algo de su vida familiar a través de circunstancias laborales del pasado, y me ha encantado la entrevista de principio a fin !!!
Mujeres luchadoras, emprendedoras y reales. Estoy en ese CLUB también, y el exilio es duro.
Un beso y hasta otra oportunidad
Me alegro que te haya gustado Laura!
Es simplemente una parte de mi historia real como la de muchas mujeres que como tú dices estamos en ese Club, algunas con más o menos privilegios pero todas unidas por un mismo hilo conductor que nos ha hecho superar obstáculos y ser más fuertes o resilientes…
Un abrazo!!!