La fábrica, como ella la llama, está situada en un polígono de Málaga. Allí quedamos en un atípico, por especialmente caluroso, día de septiembre. A la hora del vermut, o la cañita, que siempre saben mejor si están acompañados de unas aceitunas. Pongamos que son unas Aceitunas Aloreñas de Roldán.
Las fotos las hemos hecho en la tranquilidad y la paz del campo. Sin embargo, nada más entrar me llama la atención el ir y venir de gente, el ajetreo en el recibidor. Me está esperando. Me explica que toda esa zona se va a convertir en una tienda con sus productos para suministrar a todo aquel que quiera ir a comprar, tanto mayoristas como minoristas. Están ultimando la colocación de los estantes. Se va a convertir en la cuarta tienda, tras la del Centro Comercial El Ingenio, la del mercado de Huelin y la de Atarazanas. Detrás de una pequeña puerta se esconde un gran almacén lleno de estanterías con botes y más botes de aceitunas y de encurtidos que esperan salir hacia sus destinos. Subimos unas escaleras metálicas típicas de nave industrial. En las oficinas nos saludan tres hombres. Me presenta a su hermano y su cuñado. Carmen Roldán es la menor de tres hermanos, la hija que llegó por sorpresa y que a los 16 años dejó los estudios porque a ella lo que gustaba era trabajar en la empresa.
Hoy Aceitunas Roldán ha conseguido posicionarse como la empresa referente de la Aceituna Aloreña y pueden enorgullecerse al decir que en Japón, el sake se toma con ellas. Una empresa en la que el relevo generacional ha supuesto que la empresa haya experimentado un crecimiento exponencial, sin perder la esencia de lo tradicional pero adaptándose a los nuevos tiempos. Codo con codo trabaja cada día con su hermano y su cuñado para estar a la última en innovación y ampliar constantemente productos y mercado. Le apasiona tanto su trabajo que los límites de su vida personal y profesional quedan difuminados.
Carmen, eres quizás la cara más visible de Aceitunas Roldán, la que suele asistir a los eventos gastronómicos que se organizan…
Estoy soltera y sin hijos, lo que hace que le dedique tanto tiempo al trabajo. Si llega un sábado o un domingo y hay que ir a cualquier evento que patrocinemos o con el que colaboremos me ofrezco como voluntaria para ir representando a la empresa. Además es algo que me gusta, siempre me gusta ver a la gente en esos actos.
Su hermana dejó la empresa hace unos años y cedió el testigo a su marido. Tras la jubilación de su padre ellos tomaron las riendas de la empresa. Aceitunas Roldán data aproximadamente de 1967. El año que viene cumplirá 50 años.
¿Cómo empieza tu padre con la empresa?
La familia de mi padre tenía un tienda en la calle Carretería de ultramarinos. Ahora hay un bar que se llama «La Tranca” y conserva el mostrador. En la trastienda mi padre partía las aceitunas que luego aliñaba y vendía a los bares. A la gente le gustaba como lo hacía, así que así fue como empezó y mira dónde estamos ahora, en todo el mundo.
¿Cómo fue el relevo generacional?
Mi padre dejó Aceitunas Roldán hace unos 5 años porque se jubiló. Han cambiado mucho las cosas, la tecnología no es la que había antes, ni el envasado, ni la comunicación, esto es muy nuevo para él. Es una persona de las antiguas, tiene setenta y cuatro años, ya no le encajaba. Nosotros somos más jóvenes y llevamos esto acorde a los tiempos que vivimos ahora. Llevo 16 años aquí. Siempre me llamaba mucho la atención atender a la gente, coger el teléfono, coger el pedido… Empecé con lo típico, el trabajo que puedes hacer cuando empiezas con dieciséis años, y seguí aprendiendo y formándome y cogiendo cada vez más responsabilidades. Y ahora mismo, aunque estoy más centrada en el marketing y las redes sociales, hago prácticamente de todo.
Decías que tú padre es de esos hombres antiguos y además hecho a sí mismo. ¿Cómo se tomó que lo dejaseis fuera de la toma de determinadas decisiones?
(Se ríe) Siempre quiere participar, es normal, pero las ideas de hace treinta años, no son las de ahora. Mi padre es una persona, que sabe muchísimo de aceitunas, él ve una aceituna y ya sabe si está blanda, si está zapatera- que deja un mal sabor en la boca- sabe todo sin tocarlas. Así que en ese tema sí le consultamos. Lo que él sabe, nada más que por experiencia y por su edad, nosotros no lo sabemos. Hace tres años que falleció mi madre y ha sido un hombre que se ha dedicado por entero al trabajo, así que viene mucho por aquí, se da una vuelta y se va.
A los hombres de antes les pasa mucho eso, que cuando se jubilan no saben qué hacer con tanto tiempo…
No sabe. Además es una persona que, desde que tenía 14 ó 16 años su vida ha sido el trabajo. Yo me acuerdo cuando vivía con mis padres que había veces que al ser todo más artesanal se pasaba los fines de semana aquí trabajando.
Vaya, que ni lo veías…
Nada. No ha sido un padre que un fin de semana me ha llevado al cine con mi madre. No ha sido ese tipo de padre. Pero ha tenido otras cosas, claro. Siempre ha sido una persona muy centrada en el trabajo, no ha tenido ninguna afición, ni ir a pescar, ni el dominó en el bar con los amigos, ni con los vecinos, nada. Así que desde que se jubiló no sabe qué hacer. Y ya sin mi madre, pues menos.
¿Tu madre en aquella época le ayudaba a tu padre o estaba en casa?
No, mi madre era ama de casa, que también es un trabajo… Primero crío a mis hermanos y luego a mí, que llegué por sorpresa después de 15 años.
¿Y cómo ha sido trabajar con tu padre?
Hemos aprendido muchas cosas de él, tanto mis dos hermanos, como mi cuñado y yo. Pero sobre todo destaco que de él hemos aprendido la responsabilidad. Nos ha inculcado el ser muy responsables y muy formales. Y eso también se lo hemos transmitido a los trabajadores. Si a las 10 de la mañana hay que entregar el pedido, a las 10 se entrega el pedido. Y eso los clientes lo ven y lo valoran.
¿Cuántos empleados hay actualmente?
Empleos directos unos 25 entre las oficinas, la fábrica, los repartidores y las tiendas. Indirectos no sé calcular. Compramos las aceituna en cooperativas o en otras fábricas de encurtidos, porque aparte de la aceituna aloreña tenemos encurtidos; pepinillos, banderitas, altramuces, frutos secos…Aunque nuestra especialidad es la aloreña, lo otro es un complemento con lo que le damos un mejor servicio al cliente, más completo. También tenemos aceite que nos lo hacen en Ardales.
Carmen, ¿en qué momento pasa la empresa de ser una pequeña empresa a ser una empresa con visión internacional?
Cuando mi padre se retiró empezamos a asistir a ferias internacionales, por ejemplo a Japón. Asistieron mi hermano, mi hermana y mi cuñado, los tres. Y allí hicieron un buen contacto y desde entonces vendemos las aceitunas y el aceite allí. Y además muy bien. Tienen mucha aceptación.
Supongo que a tener mayor presencia internacional y a expandir el mercado también os habrá ayudado Sabor a Málaga.
Sabor a Málaga es una marca promocional que ha creado la Diputación y la verdad es que nos pone en contacto con bastante gente, nos ayuda muchísimo a tener presencia en las ferias. Creo que en 3 años he ido a 8 ferias de alimentación con ellos. La Diputación monta un stand enorme y cada uno de los expositores dispone de unos metros, y ahí tenemos la posibilidad de mostrar nuestro producto. Esto nos permite contactar con posibles clientes, hablar con ellos , que prueben una degustación de nuestros productos, y después continúas el contacto a la vuelta.
Ahora mismo vuestras aceitunas se comercializan en una importante cadena de distribución nacional a través de sus supermercados. Supongo que eso también ha sido importante para el crecimiento de la empresa.
Claro, para nosotros ha sido muy importante entrar en los supermercados de una cadena que está en toda España, tener la marca Roldán en un lineal, y además con la aceituna de aquí, la aloreña de Málaga. Esto ha contribuido a que hayamos creado más empleo en plantilla en la fábrica.
Cuando salgo fuera, a Madrid o a Barcelona, pienso que no va a gustar una aceituna tan amarga, tan dura y con el ajo fresco. Y sí que les gusta, y además muy verdes, casi recién recogidas del árbol que es cuando más amargas están.
Antes te preguntaba cómo era trabajar con tu padre pero, ¿ cómo es trabajar con tu hermano y tu cuñado?
Cada uno tiene sus funciones delimitadas. Todas las mañanas nos reunimos y cada uno habla de lo que lleva. Y aunque todos opinamos cada cual se dedica a los suyo. Mi hermano está más pendiente de la fábrica, de la compra de la materia prima, de la maquinaria, es el que más entiende sobre eso y sobre aceitunas. Puedo opinar también, pero realmente el que entiende más es él. Mi cuñado lleva el tema de contabilidad y también hace gestiones de ventas. Para mí es como otro hermano, hasta me ha cambiado los pañales, está con mi hermana desde que yo nací. Yo me dedico más a lo que es el tema de marketing y las redes sociales porque es lo que más me gusta, pero también vendo. Hago un poco de todo. La verdad es que los tres formamos un equipo buenísimo.
Has comentado que en la feria de Japón estuvo tu hermana. ¿Dejó la empresa?
Ella también opina y forma parte de la empresa, pero lo dejó como actividad laboral. Cuando vio que yo controlaba un poco de todo ella decidió quedarse en casa. Tiene problemas de espalda. Así que aunque no trabaje aquí, en las reuniones de familia opina, y es normal, la empresa también es suya.
¿Os pesa ese «no desconectar» en familia?
No me pesa, pero ni a mí ni a ellos, porque como el trabajo que tenemos nos gusta, si un domingo hacemos una barbacoa, o nos vamos a un restaurante, lo de hablar de trabajo nos sale solo. Empezamos a hablar de que sí el lunes tenemos tal, o que si viene no sé quién, o que tenemos que planear las aceitunas a ver dónde las podemos traer, qué aliño… A mí personalmente me gusta, ya sea en una reunión un domingo con mi familia, o con mis amigos. Muchas veces creo que van a pensar que estoy vacilando porque a lo mejor les cuento los eventos gastronómicos en los que he estado. Pero es que lo disfruto mucho. De eso también tiene la culpa Sabor a Málaga, nos llevan a eventos tan interesantes y con unos cocineros tan fantásticos que me estoy volviendo muy gourmet.
Carmen, ¿un sector tan tradicional como las aceitunas da pie a innovar?
Puede parecer que no, pero te aseguro que sí. Siempre estás pensando en los formatos; qué formato podemos poner que sea más curioso que un bote y una tapa de plástico, o los aliños…Hay mucho en lo que se puede innovar. Mi trabajo, al llevar las redes sociales, es muy creativo.
¿Estamos en la época en la que un producto tradicional con el envoltorio adecuado se vuelve delicatessen?
Sí, claro que sí. Lo que pasa es que la aceituna no se valora. Tú vas a un restaurante y muchas veces te ponen una aceituna, como me ha pasado a mí, que porque tiene mucho aliño, que sino no se podría comer. Le pasa como al pan. A lo mejor te ponen un bollo de pan y mucha veces está hecho chicle. Pero la aceituna sí es un producto gourmet. Ahora hay cocineros que las están integrando en sus platos de alta cocina.
¿Con qué maridamos las aceitunas; con cerveza o vino?
Depende de lo que te guste más, porque va bien con todo. Aparte de la aceituna tenemos también el paté de aceituna y la mermelada, que también lo podríamos maridar muy bien con un tinto o con un blanco fresquito. Es más, ahora me he apuntado a una escuela de catador de vino para aprender más sobre vino.
¿También queréis probar en el mundo del vino?
No, eso ya es algo personal. Me gusta tanto la gastronomía y voy a tantos sitios que me gustaría entender más de vino.
Empezaste diciendo que dedicabas tantas horas a tu trabajo porque no tienes ni pareja ni hijos. Si tuvieras pareja, ¿tú crees que entendería la dedicación o darías un paso atrás con las horas que dedicas?
No. (Dice con rotundidad) La persona que llegue a mi vida debe ser una persona que le guste el tema al que me dedico. Alguien que si un sábado tengo que estar todo el día en un evento, que me acompañe. Me gustaría que fuese una persona que también se dedicase a esto, aunque no fuese a la aceituna, me vendría muy bien. (Se ríe) Muchas veces voy sola a los eventos, no me importa porque siempre conozco a la gente, pero estaría mejor si esa persona me acompañase.
Dejaste los estudios por empezar a trabajar en la empresa, ahora que ya sabes lo que es, ¿te ves toda la vida en la empresa?
Yo creo que sí. Queremos que crezca, que siga creciendo, y yo quiero estar aquí. A mí me gusta esto. Si las cosas vinieran mal y no hay más narices… Pero a mí me gustaría jubilarme aquí y que siguieran mis sobrinas con la empresa, la hija de mi hermano y la de mi hermana.
Todas las fotografías de esta entrevista se han hecho en los olivares.
¿Te gusta el campo o eres más urbanita?
Me gusta mucho más la ciudad, no soy muy de campo. Eso ya se lo dejo a mi hermano.
¿Crees que a vuestros planes de expansión les va a afectar por ejemplo lo del Brexit? ¿Os preocupa?
Pues mira, ahora mismo lo que nos preocupa es la situación que hay en España, que está todo bloqueado. Pero yo creo que lo más gordo ya ha pasado. Nosotros lo vemos en las ventas. No es que vendamos mucho más, pero se ve que la cosa se va animando. Los productos nuestros se venden mucho a restaurantes. Se nota que hay más ventas porque el restaurante gasta más y, si el restaurante gasta más, es porque la gente tiene un poco más de alegría en el bolsillo. Y fuera, estamos en Londres por ejemplo, en Alemania, en Canadá, en esos países. Aunque el que más consume los productos de Aceitunas Roldán es Japón.
¿Japón?
Sí, sí. Japón tiene una gastronomía diferente. Tiene unos productos muy buenos, pero por ejemplo la Aceituna Aloreña que les servimos a ellos es muy suave de sabor. Los japoneses al principio no sabían ni lo que tenían que hacer con el hueso. Y como son tan educados, tan sumamente educados, pues les da vergüenza sacarse el hueso de la boca y tirarlo a algún sitio. Actualmente tenemos una linea de producción sólo destinada a Japón. Y no sólo mandamos aceitunas y aceite, también patés y mermeladas. Es un producto también gourmet y buenísimo.
Comienza en estos días la campaña de recolección de la aceituna Aloreña, la primera con Denominación de Origen Protegida en España. Gracias a la pasión que familias como los Roldán ponen a su empresa, en muchas mesas, en rincones que muchos ni llegaremos a conocer, comerán con sabor a Málaga.
Fotografía: Lorenzo Carnero
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Transcripción de audio a texto realizada por Atexto.com.
Aceitunas Roldan es una empresa familiar,la cual me siento como en mi casa, cada vez que llego a comprar..tienen mucha variedad y precios muy económicos en comparación a otras marcas,es para mi todo un orgullo compartir esta publicación con ustedes y saber que siempre que esté una buena marca y una buena familia con el mejor trato hacia el cliente,encontraré el mejor sabor a lo nuestro…muchas gracias