El Foro Mujer y Sociedad Málaga celebró su encuentro de mayo bajo un formato distinto. Si normalmente se desarrolla un almuerzo de trabajo y una conferencia en esta ocasión la jornada se extendió un poco más y comenzó a las 11 de la mañana. El motivo lo merecía. Nuria Chinchilla, un referente mundial en temas de mujer y conciliación era la ponente invitada. La directora académica de programas del IESE enfocados a mujeres es la que impulsó la fundación de este foro en Málaga. Ángela Callejón fue la persona designada para llevarlo a cabo y la que lo puso en marcha.
El hotel Molina Lario acogió a las 80 profesionales, directivas y empresarias que asistieron a una jornada que buscaba ser punto de encuentro y reflexión. Un alto en el camino para desconectar el piloto automático y pararse a pensar sobre el punto en el que se encuentra la mujer española en 2017 en el ámbito profesional.
La dilatada y reconocida trayectoria de Nuria Chinchilla avalan su solvencia para analizar desde todos los frentes esa fotografía que dibuja a la mujer actual en un mundo cambiante y excesivamente acelerado. No seré yo quien recorra punto a punto sus hitos y cargos en organismos importantes. En su blog podéis profundizar en el currículum de una mujer que figura en la lista de los 10 directivos más importantes de España.
Nuria Chinchilla explicó su empeño en que naciese este grupo de mujeres en Andalucía y que su fuerza fuese creciendo por toda la comunidad. Cuando encomendó a Ángela Callejón que lo crease solo le pidió dos cosas con respecto a la elección de los ponentes que participasen en el foro. Primero, que tuviesen algo que decir, y segundo, que supiesen comunicar. En esta ocasión le tocó a ella pasar la prueba y aprobó con sobresaliente en exposición y contenido.
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Yo, familia, empresa y sociedad fueron los «espacios” en los que situó a la mujer de 2017. El punto de equilibrio en el papel que juega en cada uno de ellos es el punto donde se encuentra la felicidad. Se detuvo en los logros conseguidos, pero también de los errores que hemos cometido, y recorrió junto a las invitadas el camino de las mujeres en los últimos años. El título de la ponencia partía desde lo positivo e invitaba al análisis: «El avance de la mujer en el mundo profesional”. Sobre esta premisa comenzó para desentrañar con su discurso una maraña en la que los hilos se cruzan y se anudan.
Nuria Chinchilla explicó como desde su llegada al IESE hace más de 20 años el profesor Juan Antonio Pérez López le pidió que se encargara de estudiar y profundizar en las mujeres en el mundo de la empresa, algo que ella en un principio no encontró atractivo y a lo que se negó. Tras la muerte inesperada del profesor, Chinchilla cayó en el error que estaba cometiendo y decidió hacerse cargo de la labor que le había encomendado.
Si en los comienzos de la inclusión de las mujeres en el mundo laboral, y sobre todo en puestos de responsabilidad, quisimos fortalecer nuestra imagen y reivindicar nuestra profesionalidad adoptando roles masculinos, el tiempo y la experiencia nos han demostrado que ni podemos ni debemos perder la feminidad. Renunciar a lo intrínseco de la mujer es dejar a un lado el talento femenino, ese plus que podemos aportar a la forma de entender los negocios y de mejorar la sociedad.
Chinchilla dibujó un triángulo cuyo centro son la mujer y el hombre. Tres vértices lo componen: familia, empresa y sociedad: «Estamos en continua evolución moviéndonos rápidamente por ellas sin ser conscientes que cada una de nuestras decisiones cambian nuestro entorno e influyen en el mundo».
Lamentó que igual que la mujer actual se ha ido abriendo paso en la empresa reivindicando el lugar que quiere ocupar, aún «la mujer no ha sido integrada como madre en la sociedad”. Resaltó la necesidad de crear sinergías entre hombres y mujeres y de potenciar y beneficiarnos de las diferentes formas que tenemos de liderar.
«La mujer no ha sido integrada como madre en la sociedad”
«Hay diferencias entre el liderazgo femenino y el masculino», así lo aseguró y así lo percibe más de un 80 % de la sociedad. Pero por encima de percepciones la aplastante realidad científica: «Nuestros cerebros son distintos y procesan la información de manera diferente. Esto determina nuestra forma de ver el mundo. Somos iguales en derechos pero no en la forma de ver lo que nos rodea”.
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Uno de los retos a los que se enfrenta el mundo empresarial actualmente es a que los hombres se apunten a nuestra manera de liderar dando soporte y empuje a trabajos más colaborativos, en equipo, en el que las personas son personas y no recursos de un balance económico, aportando una visión más humanizada de la empresa.
Los principales rasgos del cerebro masculino y femenino no se enfrentan sino que se complementan y determinan nuestra forma de actuar.
Rasgos masculinos frente a los femeninos
Hombre: competitivo / Mujer: colaborativa
Hombre: resolutivo / Mujer: comunicativa
Hombre: más agresivo / Mujer: más asertiva
Hombre: es más de sistemas / Mujer: más de empatía
Hombre: independiente / Mujer: inter-dependiente
Estos son sólo algunos de los rasgos que nos marcan y que determinan nuestra forma de pensar y de actuar.
Seguimos impregnados en nuestros pensamientos y formas de actuar de micro-machismos reflejo de las creencias heredadas a lo largo de los siglos. Lo que la sociedad espera de un hombre y de una mujer está filtrado por un sesgo inconsciente. Puso varios ejemplos para demostrar este punto.
En el ámbito doméstico:
Hombre: » Tú lo haces mejor y más rápido”.
Mujer: «Ya lo hago yo que lo hago mejor y tardo menos que en explicártelo”.
En el ámbito empresarial:
Si el hombre se queda en la oficina hasta tarde «es muy trabajador y profesional”.
Si es la mujer la que se queda en la oficina hasta tarde «es una egoísta”.
Así juzgamos, y no solo los hombres, la sociedad en general. Seguimos contaminando los juicios que hacemos.
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Techo de cristal. Techo de cemento.
Durante años hemos oído hablar del techo de cristal. Nuria Chinchilla explicó que las mujeres no sólo tenemos que enfrentarnos a todas las barreras externas que cristalizan un muro que nos frena en el ascenso como son:
- Los procesos de selección de las empresas.
- La elección de las personas que se van a beneficiar de las formaciones.
- La promoción.
- La evaluación.
- La remuneración.
- La conciliación.
Chinchilla también habló de la diferencia salarial. Las mujeres seguimos cobrando un tercio menos del salario de un hombre. Explicó que actualmente en este punto se han producido grandes avances ya que los convenios colectivos y la legislación vigente recogen la igualdad salarial. El escalón se produce cuando más se asciende y el sueldo se determina mediante una negociación con la empresa: «A las mujeres se nos paga menos porque negociamos peor. Negociamos muy bien para los demás, pero nos cuesta negociar para nosotras mismas. A un hombre le ofrecen un puesto y negocia sus condiciones. La mujer con tal de acceder al puesto se conforma con lo que le ofrecen”. Algo que podemos extrapolar al ámbito doméstico.
«A las mujeres se nos paga menos porque negociamos peor»
El techo de cemento, término más cercano en su creación, «es aún más difícil de superar porque está fraguado con todos los límites internos que tenemos y que nosotras mismas nos ponemos». Enfrentarnos a ello es enfrentarse a la enemiga que hay dentro de nosotras y supone un fuerte trabajo interno de reconstrucción y construcción. Si lo hacemos, si lo conseguimos, ese techo va abriendo ventanas por donde pasa la luz y que nos permite atravesarlo.
Hasta ahora para atravesar el techo de cemento hemos ido en contra de nuestra condición femenina masculinizando desde nuestra manera de vestir, hasta nuestra forma de relacionarnos con los demás en el ámbito laboral. Hemos jugado a ser hombres dejando a un lado lo que nos hace grandes por ser mujeres. Pero las prioridades en la evolución vital de la mujer van cambiando y ese juego se transforma en que la autoestima va menguando al compararnos y adoptar los roles masculinos.
En nuestra lista de cosas pendientes está el aprender a delegar. El dejar de ser tan exigentes con nosotras mismas y cargarlo todo en la mochila. Por otra parte, aseguró que seguimos siendo rígidas con la forma de hacer networking, cuando los hombres siguen haciendo los grandes negocios en el bar o en el campo de golf.
Conciliación
Esa gran palabra, un poco trillada, pero que engloba tanto y a la mayoría de ellos, los hombres, les dice tan poco: «Más que conciliar que supone confrontación, hay que integrar”. La profesora del IESE aseguró que según estudios recientes la realidad de querer conciliar sólo lo quiere el 60 por ciento de las mujeres, un 20 por ciento lo que le gustaría es quedarse en casa y otro 20 por ciento lo que quiere es solo desarrollarse en el aspecto profesional.
«Hay competencias tuyas que no conoces porque no te quieres valorar, sin embargo los demás te dicen que las tienes»
Chinchilla incidió en la importancia de que las leyes recojan y articulen las herramientas necesarias para que aquellas mujeres que opten por dedicar un tiempo de sus vidas a criar y cuidar a sus hijos puedan hacerlo, como ya se hace en otros países. Actualmente ser madre de más de un hijo y ser profesional es complicado, por lo que tras el nacimiento del primer hijo la mayoría de las mujeres renuncia a tener más. Esto está llevando a un envejecimiento de la población y ya es un problema para los estados que no están tomando medidas efectivas para remediarlo. Esto, entre acciones, se consigue con la racionalización de los horarios y la flexibilización de los mismos en un entorno digitalizado que además cuenta con los medios para fomentarlo. Es parte de la fórmula para atraer y fidelizar el talento femenino sin que la mujer tenga que renunciar a la maternidad.
Pero para ello debemos empezar por ser conscientes de nuestras competencias y nuestro autoconocimiento: » Hay competencias tuyas que no conoces porque no te quieres valorar, sin embargo los demás te dicen que las tienes. Tenemos que escuchar feedback de nosotras mismas que nos dan los demás, es lo que nos ayuda a conocernos mejor”.
Talento y motivación
Si queremos desarrollar el talento evidentemente influyen nuestra capacidad y motivación pero también las oportunidades, pieza clave que nos tienen que brindar o que tenemos que buscar.
«El problema del hombre no está en la bomba atómica sino en el corazón”. Einstein
«El corazón y la cabeza nacen desintegrados. Eres feliz cuando se integran”, sobre esta afirmación y la motivación que nos mueve a hacer cada cosa en nuestra vida y a tomar decisiones se detuvo para analizarlo.
El entorno extrínseco es aquello material que nos motiva para actuar. Estas motivaciones pueden ser tener un coche mejor, una casa mejor, comprar ropa de marca, y todo aquello materia y externo cuya consecución nos mueve. Advirtió del peligro que conlleva que estos pesen demasiado en la balanza.
Los motivos intrínsecos con aquellos que nos motivan porque lo que vamos a conseguir es aprender, superarnos o divertirnos.
Sin embargo, los motivos que nos mueven y que tienen verdadera repercusión en nuestro entorno y en el mundo son los trascendentes, que son aquellos que hacemos pensando en otras personas: «Sólo si me importan los demás voy a poder liderar a otros, pero tengo que empezar por liderarme a mí misma. Sólo nos desarrollamos en nuestra relación con los demás”.
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¿Qué es el éxito?
En los últimos tiempos se pone mucho en tela de juicio lo que hasta hace poco la colectividad entendía como éxito. Nuria Chinchilla recordó que no se puede valorar en términos absolutos porque el éxito externo e interno no siempre están en armonía.
«Si yo no tengo tiempo para mí lo demás se va a romper”
En este sentido recordó que en muchas ocasiones nuestra vida aparentemente proyecta una imagen de éxito y que sin embargo no lo sentimos en nuestro interior. Otras nos sentimos en paz con nosotras mismas y sin embargo no se refleja exteriormente con la imagen que tenemos de éxito. Sobre esto aseguró que es algo que se termina manifestando. Para alcanzarlo es importante descubrir el «para qué” estamos aquí: « Hay dos grandes días en la vida de una persona, el día que nace y el día que encuentra para qué, su misión personal; sus competencias, valores y compromisos”.
Recordó a las asistentes la necesidad imperiosa de buscar espacios para una misma: ”El trabajo es un gas que se expande y se mete en tu vida por todos los huecos. Cuando te paras a pensar para decidir ganas en libertad”. Aconsejó que al igual que en la agenda apuntamos citas laborales o de nuestros hijos lo hagamos también con cosas que nos hacen sentirnos mejor con nosotras mismas: «Si yo no tengo tiempo para mí lo demás se va a romper”.
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Conclusiones
Sobre la forma más acertada de dirigir a personas e involucrarlos en la empresa apuntó a la dirección por responsabilidad y misiones, más allá de por objetivos o por el mero cumplimiento de ordenes dictadas sin más: «Faltan mujeres femeninas en las empresas”.
«Faltan mujeres femeninas en las empresas”
Sobre el ámbito doméstico recordó la necesidad de la corresponsabilidad, sobre todo en el caso en el que los dos trabajan a tiempo completo fuera del hogar. Pero también bromeó con que seamos conscientes de que ellos ni piensan, ni actúan, ni ven las cosas igual que nosotras: «Somos muy distintos pero muy complementarios”. » En la familia se desarrollan las competencias necesarias para la empresa. Si estamos siempre fuera no podemos ayudar a nuestros hijos a desarrollar sus competencias”.
En general recomendó que aplicásemos «tres F” para poner criterio a este tiempo acelerado y cambiante que nos ha tocado vivir.
F de feminidad. Hemos tomado decisiones con los ojos tapados y hemos querido ser como hombres. No podemos dejar a un lado lo que nos hace ser mujeres y todo lo positivo que ello conlleva.
F de familia. Hay que trabajar con la visión de la familia de las personas.
F de flexibilidad. Todo lo que es rígido está muerto En la vida tenemos etapas y algunas requieren de más flexibilidad.
«El destino baraja las cartas pero nosotros somos las que lo jugamos” W. Shakespeare
Nuria Chinchilla ha publicado una decena de libros que nos sirven a las mujeres como guía para encontrar o reconducir nuestro camino. Durante su alocución hizo referencia a algunos de ellos.
Tras su conferencia se celebró una mesa redonda en la que intervinieron:
Elena Gallardo, jueza del juzgado de primera instancia e instrucción número 4 de Estepona.
Celia Rodríguez, Médico y Presidenta de la asociación de familias numerosas de Almería.
Mª Victoria Ortega, Médico de Anatomía Patológica y profesora de la Universidad de Málaga.
Rosa Bocanegra, Abogada y mediadora.
Brita Hektoen, directora de la Cátedra Mujer y Empresa del Instituto Internacional San Telmo.
Ellas explicaron en primera persona, conducidas por Nuria Chinchilla, los retos a los que se habían enfrentado como madres y profesionales y su visión sobre la situación actual de la mujer.
Tras las jornadas se celebró un almuerzo de networking en el que la participantes tuvieron la oportunidad de conversar sobre todo lo aprendido durante la mañana.
Fotografía: Lorenzo Carnero
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