El almuerzo mensual de la Asociación de Mujeres Profesionales y Empresarias de Marbella, AMPREM, presidida por Kristina Szekely, ha recibido a una ponente que es todo un ejemplo de superación y lucha en la vida: la judoka y triple campeona paralímpica Carmen Herrera.
Yovanka Manolovic, Carmen Mártir y Kristina Szekely, de la Junta directiva de AMPREM con Carmen Herrera
Las empresarias y profesionales que han asistido al encuentro celebrado en La Sala de Marbella se llevan consigo un gran testimonio y un ejemplo claro de que por muy en contra que parezcan que están las circunstancias, con trabajo y tesón los sueños se cumplen.
Durante el almuerzo se han presentado algunas invitadas que junto a las socias han tenido la oportunidad de conocerse, intercambiar tarjetas y exponer sus próximos proyectos empresariales.
Carmen Herrera es natural de Alhaurín de la Torre, Hija Predilecta de Andalucía y en 2009 recibió la Medalla de Oro de la Real Orden al mérito deportivo. Cuenta en su palmarés con tres oros consecutivos en los Juegos Paralímpicos de Antenas 2004, Beijing 2008 y Londres 2012. Posee también el triplete de Campeona Europea, Mundial y Paralímpica.
]
Desde niña tiene una deficiencia visual severa debido a su albinismo. Aunque al verla moverse con tanta soltura por el restaurante pocos lo puedan imaginar. En estos momentos sólo mantiene un 10% de visión.
A los 21 años se centró en la práctica del judo y actualmente es un referente a nivel mundial.
Carmen ha compartido con todas su testimonio y se ha remontado hasta su niñez, cuando en Alhaurín de la Torre en el colegio los niños se metían con ella y los profesores no sabían cómo tratarla, aunque su familia siempre creyó en sus posibilidades y le inculcó el valor, el cariño y el afán de superación. Todo esto no lo ha narrado desde el victimismo, si no contextualizando cuál era su realidad: «Para mí ha sido natural la vida que he llevado. Las decisiones que tomamos en nuestra vida nos hacen ser las personas que somos”.
Ha explicado que el albinismo es algo que se da en todas las razas y que afecta de manera directa a los ojos provocando que el albino vaya perdiendo la vista: » El cerebro nace con eso y se va adaptando de manera natural a esas condiciones. No es como la persona que siempre ha visto y de pronto se queda ciego. En la ONCE hay personas muy inteligentes. Todo depende de cómo afrontes la discapacidad. Personas que ven pueden ser menos eficientes que una persona invidente”. Además ha explicado que ser ciego no significa ser infeliz: «La felicidad la marca quién soy yo y mi actitud ante las circunstancias”.
«La felicidad la marca quién soy yo y mi actitud ante las circunstancias”
Su vida cambió el día que un profesor de judo hizo una exhibición y ella se enamoró de la disciplina. La triple campeona olímpica ha explicado que le costó entrar más en el mundo de la competición por ser mujer que por su deficiencia visual: «Muchas veces me han repetido que el judo no es un deporte femenino, que es para hombres. Las propias mujeres somos muy duras con nosotras mismas, ellos no se juzgan tanto”. Y ha relatado como en Alhaurín de la Torre los comentarios sobre ella cambiaron cuando los medios de comunicación la visibilizaron tras ganar su primer Oro en Atenas 2004: «Aquellas señoras de mi pueblo que me decían que el judo no era un deporte para mujeres vieron que estaba saliendo en los medios a nivel internacional. Se dieron cuenta de que el deporte empodera, y a partir de ese momento muchas de ellas empezaron a practicar deporte”. Aquella medalla supuso mucho más para Carmen que volver a España con el oro: «En ese momento di un paso muy importante para mí pero que pasó casi desapercibido. Lo más importante en el judo es lo que percibes al tocar al rival. Me di cuenta que podía tener una carrera dentro de la competición convencional. De 2001 a 2004 estuve compitiendo en las dos modalidades”.
«Las propias mujeres somos muy duras con nosotras mismas, ellos no se juzgan tanto ellos»
Carmen Herrera ha explicado como para ella fue crucial que su entrenador le inculcarse el alcanzar la excelencia, el dar lo mejor de sí mismo a cada paso: «Hasta entonces a mí me condicionaba mucho el conseguir la medalla. La vista condiciona pero poco. Cuando aprendí que tenía que alcanzar la excelencia por encima de las medallas empecé con más entrenamiento, más cuidado, mejor alimentación. Ahí llegó Atenas, y aunque era una gran desconocida en el circuito internacional, me entregué al máximo, que es lo que había hecho hasta entonces”.
La ponente ha explicado que esta vida en el mundo de la competición de élite le ha supuesto muchas horas de entrenamiento y sacrificio, de entrega, de renuncias, pero que todo eso se ha compensando al sentirse una persona realizada, plena.
El año pasado dejó la competición, aunque sigue entrenando a otro ritmo. y desde entonces no ha dejado de formase en el ámbito del coaching deportivo. No cierra las puertas a reincorporarse y participar en Tokio 2020: «aunque sólo sea por conocer un país que me atrae tanto. Me gusta mucho la filosofía oriental”.
Fotografía: Javier Nuñez