Hoy me ha venido a la cabeza aquello de «mamá quiero ser artista”. Yo se lo dije a mis padres hace ya muchos años. No los suficientes para haberlo olvidado. En aquel momento me dijeron aquello de «estudia una carrera de verdad y luego haz lo que quieras”. A estas alturas no tengo muy claro si comunicación audiovisual la consideraban una carrera de verdad, pero era lo más parecido a lo que me gustaba. Entiendo que no me tomaran muy en serio. Siempre fui muy peliculera. Lo reconozco. Aunque si tuviese que venderlo ahora en un currículum lo traduciría en un «siempre he sido muy creativa”.
Hoy me ha venido a la cabeza aquello de «mamá quiero ser artista”. El motivo no es otro que mi hija de 11 años me ha dicho que quiere ser youtuber. Supongo que mi cara ha debido ser muy parecida a la que me pusieron mis padres en aquel momento.
Youtuber. Llegará un día que se reconozca como profesión, si no se reconoce ya. Durante horas se sienta con la tablet y los cascos a verlos. A investigarlos. Los sigue. No tengo tanto tiempo como para controlarlos a todos, pero a veces me los enseña y me permito observar esa pequeña pantalla que encierra todo un mundo nuevo. Familias enteras que exponen sus vidas con hijos incluidos y miles de seguidores, chicas que se autoproclaman divas de la moda, chicos que versionan letras de canciones con la mayor de las libertadas. Lo que digo. Miles de ventanas abiertas y sin necesidad de prismáticos para observar. Un mundo a tan sólo un clic. Supongo que si a mí me hubiese tocado vivir esta época también hubiese querido ser youtuber.
Es curioso bucear en las redes sociales. En curioso observarlas con una mirada crítica. Y crítica es lo que hacíamos la mayoría hace no tantos años al ver a los famosos vender exclusivas en portada. Mira la Ordoñez, lo vende todo. Jesulín necesitará dinero. Otra exclusiva. Qué triste, todo el día vendiendo su vida.
¿Y qué hacemos la mayoría ahora? Exponemos en Facebook, Twitter o Instagram nuestra vida. O al menos la que queremos mostrar. Concedemos entrevistas sin que nos las pidan. Damos santo y seña de nuestros movimientos, de nuestros embarazos, de nuestras fiestas y cenas con amigos, de nuestro día de campo o del último modelito que nos hemos comprado. Y si no hay quien nos haga la foto no hay problema, siempre valdrá un selfie ante cualquier espejo, aunque se vea el wáter detrás. Vidas expuestas con filtros y sin ellos. Ojos que cada uno con su propio filtro verá una cosa u otra, pero ojos vouyer. Y todo gratis, igual que las opiniones de los que nos observan al otro lado de la pantalla.
Hasta los famosos se han subido al carro. Mientras antes ponían la mano ante el objetivo de un cámara y gritaban aquel «no me vas a grabar más, no me vas a grabar más” ahora publican sus propias exclusivas. Pero esta vez no hay que tapar las caras de sus hijos, ni hay que difuminarlas. Ya no va contra su privacidad.
Vidas en directo en Periscope, en Twitter, en Facebook, Youtube e Instagram. Y entre tantos las Carminas Ordoñez de ahora, las Preysler y las Abascal. Todo vale para convertirse en influencer. Primero montas una vida tras la pantalla, luego pones la mano para cobrar.
No juzgo. Lo prometo. Soy la primera que participo de este nuevo juego. -¿Será otro experimento social? Me acuerdo de Gran Hermano. No sé por qué será- Sólo imagino la locura que debe producirse en las grandes agencias de publicidad con tanto medio. Y en las facultades de sociología no lo quiero ni pensar. Está cambiando el mundo. Está cambiando demasiado rápido la sociedad.
¿Cariño quieres ser youtuber? ¿Y de qué quieres hablar?…Ya lo vemos luego, que me voy a escribir un post.
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FOZ
Indudablemente por activa o por pasiva las personas, consciente o inconscientemente, somos artistas de la vida en éste gran teatro del mundo que ya en su día nos descubría el gran dramaturgo Calderón de la Barca en su creación «La vida es sueño» y nuestros sueños, sueños son, pues sólo de cada cual depende hacerlos realidad siendo protagonistas de la propia vida, es decir siendo artistas, porque la vida es, puede ser y será nuestra gran y exclusivamente personal obra de arte
Gracias por tus palabras Fernando. Ahora me toca ser la protagonista y la guionista de mi vida. Seguimos en contacto.
FOZ
“Indudablemente por activa o por pasiva las personas, consciente o inconscientemente, somos artistas de la vida en éste gran teatro del mundo que ya en su día nos descubría el gran dramaturgo Calderón de la Barca en su creación «La vida es sueño» y nuestros sueños, sueños son, pues sólo de cada cual depende hacerlos realidad siendo protagonistas de la propia vida, es decir siendo artistas, porque la vida es, puede ser y será nuestra gran y exclusivamente personal obra de arte”
Desde que te conozco siempre has sido una artista, un beso guapa y mucha suerte! Me ha encantado lo que he leído.
Muchísimas gracias Belita!!