Cuando me llamaron de Kempinski Hotel Bahía para que nos uniésemos a organizar un encuentro con motivo del Día Internacional de la Mujer, pensé que se me brindaba la posibilidad de tratar un tema que lleva años dando vueltas en mi cabeza y es el peso que ha supuesto, para muchas de nosotras, tener que cargar sobre los hombros con la idea de que podíamos ser Súperwoman.
Y es que parece que tenemos que poder con todo. Tenemos que ser las mejores en todo. Tenemos que aspirar a lo máximo… Pero, ¿a costa de qué? Aspirar a ser la Súperwoman es agotador. En mi etapa anterior con una revista en papel, ya escribí una de las editoriales con ese título “Desmontando a la Súperwoman” donde exponía que el camino hacia una sociedad más equitativa no es algo solo de las mujeres, es algo de toda la sociedad en la que hombres y mujeres debemos darnos la mano y caminar juntos.
Aspirar a ser la Súperwoman es agotador
Por fortuna, en nuestro país, y gracias al trabajo de las que llegaron antes que nosotras, actualmente las mujeres tenemos las mismas oportunidades de formación que los hombres, existen leyes que nos igualan en derechos, y aunque hay zonas y círculos en las que aún siguen existiendo comportamientos machistas, en la mayoría de los casos las empresas y las instituciones reconocen y aplauden lo que el talento femenino tiene que aportar. Aún así nos queda camino por recorrer.
Esto no puede ni debe convertirse en un campo de batalla, sino en una gran alianza
Las mujeres que comenzaron con el ascenso femenino en el mundo laboral tuvieron que adoptar un rol masculino para desempeñar determinados cargos directivos y de responsabilidad, mostrarse frías e incluso restarle importancia a la faceta de la maternidad, aunque por dentro estuviesen sumamente preocupadas si habían dejado a un hijo enfermo en casa ese día. Ahora ya no queremos renunciar a nuestra feminidad y a todas las habilidades y valores que podemos sumar a la empresa por nuestra forma de ser, por ser mujeres. Somos muchas las que creemos que esto debe ser una gran alianza y no convertirse en un campo de batalla. Somos muchas las que no queremos que nos regalen nada por el hecho de ser mujeres, las que queremos llegar a donde nos hemos propuesto desde la formación continua y la capacitación de habilidades y no desde el victimismo. Creemos en la meritocracia. Las que nos produce el mismo rechazo el hembrismo que el machismo. Quizá somos menos ruidosas, pero estamos ahí y queremos que se nos escuche aunque parezca que nuestro discurso no es el políticamente correcto.
“Desmontando a la Súperwoman, la realidad detrás del mito” es el título del encuentro que han organizado Kempinski Hotel Bahía y la revista Yo Soy Mujer con motivo del Día Internacional de la Mujer. Tendrá lugar el próximo jueves 12 de marzo en horario de 14,00 a 17,00 horas en Baltazar Bar & Grill.
Desmontando a la Súperwoman, la realidad detrás del mito
Día: 12 de marzo
Hora: de 14 a 17 horas
Lugar: Baltazar Bar&Grill del Kempinski Hotel Bahía- Estepona
Desde hace casi 4 años que dirijo esta publicación Yo Soy Mujer. En todo este tiempo he tenido la suerte de escuchar el testimonio de muchas mujeres que desempeñan su trabajo diario en distintas esferas y ámbitos de la sociedad y que han sido generosas a la hora de compartir con nuestra audiencia su experiencia de vida. Esto me lleva a plantear el escenario en el que pongamos el foco en las personas. Ni todos los hombres son iguales ni todas las mujeres queremos lo mismo. De todas las entrevistas que he hecho, quiero compartir algunas conclusiones.
He tenido la oportunidad de hablar con muchas mujeres que, pudiendo elegir libremente, han renunciado en su ascenso profesional por querer- también libremente- dedicar más tiempo a sus hijos. En otros casos esa renuncia ha estado marcada por la falta de apoyo de su pareja, o ex pareja para conseguirlo. Pero aún así han priorizado lo que consideraban más importante para ellas.
He tenido la oportunidad de hablar con mujeres que no han querido pagar el precio de renunciar y disfrutar de su faceta como madres cuando sus hijos eran pequeños y han emprendido negocios con 40 y 50 años sin sentirse frustradas por ello, porque la vida son etapas.
He conocido a mujeres que aún siendo madres, por seguir creciendo profesionalmente han renunciado a horas de sueño por sacarse un máster o mejorar un idioma e incluso a muchas que libremente han renunciado a la maternidad porque se han decantado por su carrera profesional.
He conocido a mujeres que, a pesar de los obstáculos, tenían claro dónde querían llegar profesionalmente y los han saltado para continuar su camino.
Cada persona es un mundo pero todos tenemos en común que toda decisión conlleva priorizar un propósito. He conocido a muchas mujeres y muchos hombres cansados de la velocidad con la que nos ha tocado vivir y las exigencias que en muchos casos nos auto-imponemos.
Me decía Ángela Callejón en su entrevista que «es la etapa de la historia en la que más bienestar material y social tenemos y más infelices somos». Generalizando, considero esta afirmación una gran verdad. Solo tienes que mirar a tu alrededor y comprobar cómo la mayoría se pasa la vida buscando sentido a todo esto. No paran de salir gurús y maestros espirituales en los que buscamos respuestas que si somos honestos con nosotros mismos, están en nuestro interior.
¿Cuántas veces nos han dicho a las mujeres “Tú puedes con eso y con más”? Y claro que puedes, pero repito, ¿a costa de qué? Al menos yo ya no quiero ser súperwoman. Me he cansado de llevar el peso de la capa y he descubierto que no pasa nada por decir que “no”, por elegir y por modificar la ruta que tenía diseñada sin remordimientos, sin culpabilizarme y sin tomármelo como una derrota o renuncia sino como una adaptación exitosa de la experiencia y el aprendizaje que transforma la vida en una aventura maravillosa.
Volviendo al almuerzo-tertulia del jueves 12 de marzo, he querido que estuviesen personas cualificadas para hablar del tema sin tener en cuenta su género. No he buscado un equilibrio en la mesa entre hombres y mujeres. Porque no es algo de mujeres, es algo de toda la sociedad.
La Tertulia
Seré la moderadora de una tertulia en la que los participantes analizarán desde distintos puntos de vista la incorporación de la mujer al mundo laboral, su capacitación y cómo el acceso a puestos de responsabilidad y directivos ha llevado a reajustes en la sociedad con respecto a modelos anteriores en el que aún hoy todos seguimos intentando buscar un equilibrio. Van a participar:
Ana Mata, Secretaria General de Familias de la Junta de Andalucía, de la que me gustaría saber qué medidas se van a tomar desde la administración autonómica para volver a darle valor al pilar de nuestra sociedad: la familia.
Juande Serrano, Psicólogo Transpersonal, con el que en numerosas conversaciones sobre el tema aparece una realidad que está en cierto modo silenciada, y es la frustración que lleva a muchas mujeres a las consultas, la insatisfacción personal a pesar de la independencia económica y la libertad de elegir. Él también nos aportará seguro una visión psicológica de las distintas motivaciones y prioridades de hombres y mujeres.
Carlos Díez de la Lastra, Director de Les Roches, está en continuo contacto con la comunidad educativa y conoce a la perfección a una generación que ha crecido en igualdad pero que tiene otra escala de valores y prioridades vitales.
Remedios Miralles, Directora Corporativa de Personas y Valores de Grupo Peñarroya. En sus años al frente de la dirección de personas ha implementado multitud de medidas encaminadas a la conciliación en sectores tan complejos como el turismo y el inmobiliario.
Francisco Miralles, Director Médico de Asisa sigue ejerciendo como médico internista donde comprueba como nuestra forma de vivir, el estrés y la ansiedad, se están manifestando en enfermedades que afectan a nuestro cuerpo.
Os adelanto algunos de los aspectos sobre los que trataremos. Las mujeres solemos ser las que contamos con mejores expedientes académicos en las universidades y, sin embargo, solo ocupamos un pequeño porcentaje de representación en los puestos de responsabilidad. Si hasta hace poco, solo se hablaba del techo de cristal como el principal obstáculo para conseguirlo, ahora también se habla del techo de cemento o suelo pegajoso que es aquel que se auto-imponen las mujeres que deciden no promocionar por el alto coste personal y familiar que va a suponer el nuevo puesto. Esta situación está motivada, normalmente, por el sistema establecido que conlleva una sobrecarga adicional que entra en conflicto directo, en la mayoría de los casos, con las prioridades de las mujeres, sobre todo, cuando nos convertimos en madres. Aunque se ha avanzado mucho, es aún tangible que a las mujeres nos resistimos a delegar y a los hombres les cuesta asumir determinadas responsabilidades familiares. Sigue influyendo la educación recibida, las creencias y la biología entre otros factores.
Las consultas de los psicólogos están llenas de personas frustradas y ansiosas por no llegar a todo lo que les impone la sociedad o a las expectativas que se han marcado y que además no les hacen sentir feliz; las empresas aplican medidas de conciliación que no terminan por contentar a todos; la juventud ha cambiado sus sistemas de prioridades y valores y anteponen su tiempo de ocio por encima de las metas laborales, y desde las administraciones, legislan sin saber muy bien cómo conciliar a todas las partes en juego. Pero además de todo esto, y más allá de ser hombre o mujer, hay una realidad que se impone y es que el modelo que hemos creado no termina de funcionar. A estas alturas ya queda demostrado que las fórmulas maestras y mágicas no existen y que hay que seguir trabajando entre todas las partes implicadas por una sociedad más equitativa y equilibrada.
Los participantes en la tertulia intentarán arrojar con su testimonio un poco de luz sobre este tema desde distintos puntos de vista. Los asistentes podrán participar ofreciendo sus opiniones al respecto para, entre todos, reflexionar sobre la situación y llegar a conclusiones alcanzables.
La cita incluye una tertulia sobre el tema, un almuerzo y un café networking.
El almuerzo
El almuerzo se celebrará en Baltazar Bar&Grill y el menú tiene un precio de 45 euros por persona que se podrá adquirir AQUÍ
El menú estará formado por:
Entrantes: Croquetas cremosas, Pinchos de tortilla de patata y Gazpacho individual.
Plato Principal: Pollo al tandoor, cremoso de patatas y ragout de setas.
El postre y el café será formato Buffet para fomentar el networking entre las personas participantes.
Para intolerancias y alergias contactar con Justine Haughey justine.haughey@kempinski.com
Video resumen