No soy amiga de los días mundiales, especialmente cuando la causa que los justifica queda reducida a eso, a un solo día al año en el que los medios de comunicación abordan el tema con gran despliegue, para luego dejarlo en el olvido. Sin embargo, en esta ocasión, desde Urbanity, he querido unirme a hacer algo especial este 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental.
Para ello, he contado con dos grandes profesionales de la psicología, con amplia experiencia en el tratamiento de pacientes que, en muchos casos, viven su padecimiento en silencio. Ocultan sus problemas incluso cuando todo su mundo se derrumba, porque mostrar sus males puede interpretarse como un signo de debilidad o vulnerabilidad.
Quiero pensar que esto está cambiando y que, sin caer en el victimismo, empezamos a permitirnos reconocer que estamos pasando por un mal momento o que, ante los problemas de la mente, buscamos ayuda especializada.
Los servicios sanitarios públicos son insuficientes en recursos y herramientas para gestionar los males invisibles que afectan a los miembros de una sociedad desarrollada que «avanza» al ritmo de su propia ansiedad.
Sabía que al tratar la salud mental en un tiempo limitado corríamos el riesgo de dejar fuera puntos importantes, y así ha sido. Sin embargo, también tocamos muchos aspectos relevantes que quizá puedan aportar una chispa de luz.
Los psicólogos Juande Serrano y Rosa González Lana abordan en esta tertulia temas como la ansiedad, la soledad, el aislamiento, el aumento de la tasa de suicidios, la influencia de las redes sociales, la frustración, las crecientes terapias alternativas, el origen emocional de las enfermedades, la relación entre el aparato digestivo y la mente, y la sobremedicación, entre otros asuntos que comprenden este tema tan amplio y complejo.
La multitud de estímulos a los que estamos expuestos, la exigencia de la inmediatez y la falta de concentración de una población que se ha acostumbrado a vídeos de un minuto, contrasta con esta charla, en la que desgranamos el tema durante casi una hora. Quiero pensar que hay personas que se regalarán ese tiempo para la reflexión, aunque sea mientras están en la cinta del gimnasio o se desplazan de un lugar a otro en coche, tren o autobús.
Y ahora, aclaro: este no es un tema que vaya a dejar en el olvido ni a mirar solo una vez al año. Creo firmemente en la necesidad de implantar educación emocional desde edades tempranas y en el poder del individuo como generador de cambios y mejoras en la sociedad. Como dijo Mahatma Gandhi: «Sé el cambio que quieres ver en el mundo».
Agradecimientos:
A Juande Serrano y Rosa González Lana por sus aportaciones.
A Higueron Hotel Malaga, Curio Collection by Hilton por cedernos un espacio tan bonito para este encuentro.
