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Las mujeres solteras son más felices que las que deciden tener pareja

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Las mujeres solteras son más felices que las que deciden tener pareja

Ahora, que ya, tendemos a no conformarnos tanto como antes cada vez es mayor el número de personas que optan por una soledad elegida con un número muy superior de mujeres a las de los hombres en eso de ser autónomas y resolutivas con la propia vida. Quizás por aquellos excesos de antaño en sus roles del cuidado del otro le hayan capacitado exponencialmente para el autocuidado. Y con los factores sociales que la impulsan: el primero, que esta época nos expone a conocer más gente que en otra época (se viaja más, se interacciona más, se conect@ más) y cuesta emparejarse por miedo a “perderse” algo y no tener la oportunidad de conocer a alguien mejor; por otra parte, la proyección personal y laboral de la mujer liberada de esquemas tradicionales que derivan en no buscar a “alguien que les salve”, sino que se quiere encontrar un compañero que acompañe su vida de soltera, que ya de por sí es óptima. En ese sentido, el avance en la igualdad de oportunidades ha tenido un papel relevante porque, básicamente, nos ha ayudado a huir de roles sociales, mitos románticos y relaciones tóxicas: ‘Mejor sola que mal acompañada’.

 

Casarse y tener una familia parecía ser el mayor trofeo de una mujer en la época de nuestras abuelas. Era la representación absoluta del éxito y tal vez, lo único que se perseguía a lo largo de sus vidas. Los tiempos han evolucionado y con ellos la mentalidad femenina. Hoy nos preocupamos más por la dictadura de la autorrealización, razón principal por la que ser la pareja, esposa o madre de alguien, ya no es la opción predilecta y máxime cuando esa relación puede limitar el propio desarrollo.

«Habitamos en una realidad social en la que cada día hay más mujeres solas»

Ciertamente habitamos en una realidad social en la que cada día hay más mujeres solas. Y claramente no es por falta de hombres interesados, sino por la complejidad que supone encontrar una pareja que sume y no reste a la evolución del desarrollo femenino en todo su potencial. Ya que, aunque generalicemos, los esquemas masculinos están aún en un periodo de transición para saber adaptarse al empoderamiento de la mujer de nuestra época (utilizo la palabra empoderamiento en su estricto sentido etimológico y resiliente para así intentar distanciarnos del “manoseo” político e ideológico del término que parece querer despertar de nuevo la guerra entre sexos).

Según un estudio publicado en el diario británico Sunday Times “cuanto más inteligente es una mujer más le cuesta casarse”. La investigación, desarrollada por varias universidades inglesas, afirma que el hecho de que una mujer pueda presumir de gozar de un gran intelecto, limita, a su vez, las posibilidades que ésta tiene de encontrar el amor. Esto principalmente porque las féminas inteligentes son también más exigentes, y no le dan a quien no llene completamente sus expectativas el título de pareja. Los resultados indican que las mujeres tienen un 40% menos de posibilidades de contraer matrimonio si son exitosas, enmarcando especialmente a aquellas con estudios universitarios y de posgrado. En el otro extremo, la ecuación para los hombres resulta a la inversa, ya que cuánto más preparados están y mayor coeficiente intelectual tienen, ganan un 35% de posibilidades de dar el “sí» en el altar.

“Cuanto más inteligente es una mujer más le cuesta casarse”

Otro de los datos interesantes que arrojó el experimento y que podría figurar como una de las razones latentes por las que cada día hay más solteras en la sociedad, es que, según la estadística, el 35% de los matrimonios duran menos de 5 años. Y hay certezas que demuestran que las mujeres se cansan antes del matrimonio como es el hecho de que en un 70% de los casos de divorcio la petición la formaliza la mujer. Prueba de que los hombres son más dependientes y las mujeres se desilusionan más en el matrimonio. Además, son menos propensas a volver a casarse y tanto en la soltería como tras el divorcio o en la viudez, las mujeres parecen adaptarse mejor a vivir solas. Y como hemos apuntado, se han transmitido unas expectativas y roles que han marcado una capacidad diferenciada de hombres y mujeres que ha posibilitado que las mujeres cuenten con un amplio y variado bagaje de capacidades aprendidas para desenvolverse con mayor éxito por sí mismas.

 

En cambio, los hombres parecen encontrar más tiempo libre para sus aficiones cuando viven con otra persona. Quizás los roles tradicionales han hecho que el matrimonio en esta época de transición de cambios sea más cómodo para el hombre que para la mujer… Desgraciadamente, dichos roles pasados nos han llevado a casi perpetuar esta dependencia, aunque parece posible pensar que en un futuro las tornas se igualarán y los hombres aprenderán en masa una serie de habilidades que en el pasado tradicionalmente no hacían; y sobre todo puedan evolucionar para buscar su sitio en una sociedad actual en la que a nivel afectivo-sexual el “macho” anda muy perdido.

«Las mujeres se cansan antes del matrimonio como es el hecho de que en un 70% de los casos de divorcio la petición la formaliza la mujer»

Y mientras ellos se reencuentran en su desarrollo evolutivo, tú lo que quieres es ser feliz, y estando sola y a tus anchas es como mejor estás; y sobre todo después de comprobar que la convivencia marital no fue la panacea. Nadie parece entenderlo, pero por suerte para millones de mujeres en todo el mundo, la ciencia parece respaldar esa afirmación, y es que cada vez se confirma más que las mujeres solteras son más felices que las que deciden tener pareja. Pero no solo se ha confirmado que las mujeres solteras son el grupo social más feliz entre la población, sino que suelen vivir más años, tienen redes sociales más amplias, se cuidan más y mantienen una vida más sana en consecuencia. Para las mujeres, estar casada y tener hijos ya no significa éxito social, como podía suceder hace varias décadas. Sin embargo, y como dato curioso, los hombres se benefician de estar casados y tener descendencia, ya que “les calma y los recoge”. Mientras que a las mujeres les libera estar solas y con una economía resuelta les permite dedicarse más tiempo y caprichos a sí mismas, lo cual también implica que cuiden su alimentación y salud mucho más que si tuviesen que encargarse de más miembros de la familia.

«Las mujeres solteras son más felices que las que deciden tener pareja»

Cuando se ve a una mujer soltera de 40, sin hijos, se dice que ‘es una pena’ y se le consuela diciendo que ‘quizá conozca a su hombre ideal algún día’. Pero, ¿y si conoce a un hombre que dista mucho de ser ideal y su situación cambia? A lo mejor conoce a un hombre que le hace la vida infeliz y en consecuencia se muere antes.

Si el siglo XX fue el siglo de la igualdad, el siglo XXI es el de la mujer. Además de que parece haberse convertido en la era de la soltería. El matrimonio dejó de ser la meta y la condición fundamental para ser alguien en la vida. Ahora las mujeres tienen sus empleos, sus profesiones y grandes posibilidades de progresar en sus carreras. Así, la mayoría tiene miedo de quedar encerradas en una relación tradicional y que limite su potencial desarrollo. Y es que mientras que hace no mucho, las personas, especialmente mujeres solteras eran señaladas como «miserables» o «raras», hoy, parece ser más un respiro necesario, un grito de empoderamiento y liberación.

 

Y aunque algunas personas aún se estremecen ante la palabra «soltería», para otras es una elección de vida. ¿Por qué cada vez más mujeres toman esta decisión? Entre otras, podemos esbozar algunas razones:

.-Enfoque en la carrera profesional. Hoy en día las mujeres tienen más posibilidades que sus abuelas de tener una carrera y ejercerla. Ya no se trata de casarse y dedicarse al hogar mientras el hombre trabaja. Las mujeres de hoy pueden estar al frente de una empresa y desarrollarse sin tener que esperar a ningún hombre. Y sí, aunque es posible tener pareja y tener un puesto importante, a veces, tener un compañero simplemente no encaja en la ecuación de la carrera profesional.

.-Deseo de autoconocimiento y desarrollo emocional. Además de alimentar el currículum académico y laboral, la sed de conocimiento y desarrollo personal no deja mucho tiempo para concentrarse en “atender” a una pareja. Son conscientes de que la educación es un privilegio y cada vez más mujeres tienen más intereses por aprendizajes nuevos para su entorno social, laboral y personal (de hecho, es ya casi una tendencia natural que de cada 3 divorcios surja una coach profesional). Claro, siempre se puede encontrar un balance, pero quizá en esos planes de aprendizajes nuevos una pareja sería un obstáculo para ello (o no).

.-Autosuficiencia económica. La solvencia económica libera de la esclavitud a la pareja y empodera para poder invertirla en la felicidad personal. Además, de que el dinero puede atraer problemas y arruinar una relación. Las deudas o las diferencias de sueldo pueden convertirse en una bomba entre dos personas, especialmente hombre y mujer (estereotipos de género que dicen que el hombre debe ganar más, etc.).

.-Experimentar libremente con el sexo. Si estás en una relación, el sexo es parte de la misma, pero al final, estás con esa persona y ya. Eso no está mal, pero muchas mujeres hoy en día no quieren atarse a ello por lo que prefieren no tener un compromiso con alguien y aprovechar lo que el mundo tiene por ofrecer. Es un deseo de tener libertad para explorar la sexualidad y renunciar a eso por alguien no es una opción para algunas que cada vez son más numerosas.

.-No es prioridad la maternidad. Es un hecho que cada vez más mujeres jóvenes optan por no tener hijos.  Las razones son muchas, pero el llamado «reloj biológico» ya no es algo que les preocupe y les acelere en la elección de pareja.

.-Diferencias en el nivel madurativo. Quizá sea el gran drama de nuestra generación la diferencia de nivel madurativo en las áreas de los miembros de la pareja. Y decimos drama porque cada vez se observa más como en parejas de largo recorrido donde existe cierto amor la mujer ha evolucionado exponencialmente y el hombre se ha quedado anclado en un nivel mucho más inferior que hace aflorar la incompatibilidad para el diálogo, la comunicación íntima y el acompañamiento a otros niveles vitales de la existencia. Esto hace que muchas mujeres se sientan solas estando en pareja y atrapadas en una relación pobre y vacía de contenido que limita su desarrollo dentro de la misma.

.-Dificultad para encontrar la complicidad. La palabra de amor de este siglo es complicidad. Estamos cambiando el amor de necesidad, por amor de deseo; me gusta y deseo su compañía, pero no la necesito, lo que es muy distinto. Las relaciones afectivo-sexuales están pasando por profundas transformaciones y revolucionando el concepto del amor y de la pareja. Y al parecer los hombres estamos llegando tarde e incluso hay algunos que ni se han enterado de la revolución. Cada vez hay más dificultad para encontrar una pareja compatible con los tiempos modernos, en la cuál exista, individualidad, respeto, empatía, acompañamiento, potenciación, alegría y placer de estar juntos, y no más una relación de dependencia o posesividad. Una relación cómplice que acompañe a sumar y multiplicar. Porque si resta o divide mejor será estar sola.

«Una relación cómplice que acompañe a sumar y multiplicar. Porque si resta o divide mejor será estar sola»

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«Es mucho mejor que te necesiten porque te quieran y no te quieran porque te necesiten»

Ya va siendo hora de que nos digamos las cosas, de no confundir los gusanos con las mariposas. No se trata de pensar que somos autosuficientes en todos los aspectos porque, aunque en realidad solo nos necesitamos a nosotros mismos para respirar, el aspecto afectivo-sexual es verdaderamente importante para mantenernos cuerdos. Lo que sí podemos decir es que no necesitamos a nadie, pero sí que preferimos ciertas compañías que sintonicen con nuestro interior, aunque haya personas que no lo entiendan. Este asunto de la interdependencia lo podemos resumir en una simple frase: es mucho mejor que te necesiten porque te quieran y no te quieran porque te necesiten.

 

“Hay personas que tienen pareja, pero se sienten tan solas y vacías como si no las tuvieran. Hay otras que por no esperar deciden caminar al lado de alguien equivocado y en su egoísmo, no permite que ese alguien se aleje aun sabiendo que no le hace feliz. Hay personas que sostienen matrimonios o noviazgos ya destruidos, por el simple hecho de pensar que estar solos es difícil e inaceptable. Hay personas que deciden ocupar un segundo lugar tratando de llegar al primero, pero ese viaje es duro, incómodo y nos llena de dolor y abandono. Pero hay otras personas que están solas y viven y brillan y se entregan a la vida de la mejor manera. Personas que no se apagan, al contrario, cada día se encienden más y más. Personas que aprenden a disfrutar de la soledad porque las ayuda a acercarse a sí mismas, a crecer y a fortalecer su interior. Esas personas son las que un día sin saber el momento exacto ni el por qué se encuentran al lado del que las ama con verdadero amor y se enamoran de una forma maravillosa.” (Santa Teresa de Calcuta)

 

img_4144 Juande Serrano

Psicoterapeuta Transpersonal en Experto en Parejas y duelo

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