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Restaurantes y bares de la Costa del Sol; así se enfrentan a este reto

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Restaurantes y bares de la Costa del Sol; así se enfrentan a este reto

Las noticias cambian a diario. Circulan posibles calendarios de cómo se hará la desescalada, la mayoría de ellos sin una base oficial. Porque oficialmente, por el momento, no se ha concretado nada y los anuncios, que llegan con cuentagotas, están sujetos a modificaciones dependiendo del avance de la pandemia. Lo que sí es cierto es que en todas las quinielas, los bares y restaurantes parece que serán los últimos en abrir. Incluso se ha dejado caer que no será hasta finales de año. Una situación que podría convertirse en insostenible de ser finalmente así. 

Seguro que si te pregunto por cosas que quieres hacer cuando todo esto pase, de las primeras cosas que figuran en tu lista será el salir a comer o a cenar, el pasar un día en un chiringuito en la playa. Seguro que aparece en tu mente un encuentro con familiares o amigos en torno a la mesa. Una cerveza, unos espetos, un plato de boquerones o una ensaladilla rusa que no sea cocinada por ti. Seguro que la mayoría no pedimos grandes lujos, sino volver a disfrutar de esos pequeños momentos que hasta hace poco más de un mes dábamos por sentado y casi no valorábamos. Ojalá que no olvidemos el valorar todo más, ojalá, porque somos animales de costumbres, pero también sociales y en España, de barras de bar. 

 

Aunque con esto del confinamiento nos hayamos vuelto todos un poco más cocineros, estamos deseando que nos lo pongan por delante y disfrutar de algo tan nuestro como los bares y restaurantes, como el bullicio de una barra, o como una sobremesa que se enlaza con la cena mientras se disfruta de buena compañía, buena comida y buena conversación. Bares, qué lugares…Como decía la canción. Un sector que mueve miles de millones al año en la Costa del Sol, que igualmente sostiene una parte importante del empleo y del que indirectamente viven multitud de familias como la de los proveedores. 

Parece que la desescalada, la salida paulatina de nuestros hogares, se hará incluso por pueblos, ciudades y comunidades autónomas. Cada uno al ritmo que marquen sus datos de contagiados y con un plan estandarizado en el que ya trabajan las comunidades autónomas, en nuestro caso la Junta de Andalucía. Un plan en el que se ofrezcan medidas concretas para sectores concretos. En el caso de bares y restaurantes se habla de mesas con mamparas, de mesas con espacios entre los comensales, de reducción de aforo… Pero todo son “escenarios posibles”. Lo de los escenarios es muy certero teniendo en cuenta que parece que durante un tiempo las escenas que veremos en las calles seguirán siendo muy similares a las de una película de ciencia ficción. 

El sector de la hostelería, aunque algunos hayan apostado por el servicio a domicilio, se encuentra casi de lleno con su personal en un ERTE. Se estima que en nuestro país 40 mil de esos bares no volverán a levantar la persiana. Les pedimos que por el momento, ya no podemos disfrutar de una comida o una cena en sus locales, nos permitan entrar en sus casas. 

«Se estima que en nuestro país 40 mil de esos bares no volverán a levantar la persiana» 

Hacemos un recorrido por bares y restaurantes de la Costa del Sol, hasta en un chiringuito, porque no podemos olvidar que directamente el sector también se nutre del turismo y eso, por el momento, cuándo podrán volver los turistas, también es un dato que está en el aire. 

Comenzamos y acabamos este reportaje en Málaga, donde visitamos virtualmente a Elena Cobos de El Pimpi y a Miguel Gutiérrez, empresario con siete establecimientos de hostelería. Entre ellos Beluga. Tanto uno como otro son partícipes y artífices de esa ebullición que ha vivido Málaga en los últimos años. De ese auge de buen ambiente y de mejor gastronomía, que brinda a vecinos y foráneos una amplia variedad que invita a disfrutar la ciudad y de sus sabores. 

Seguimos en Fuengirola donde Ricardo Fernández, director de El Higuerón, no nos puede servir una fabada, pero nos cuenta cómo lo están viviendo ellos, que estaban además a punto de comenzar unas obras de remodelación. Seguimos hasta el centro del pueblo, en la tradicional plaza de Los Chinorros, que se ha convertido en un reclamo para toda la Costa del Sol por sus bares y su ambiente. Nos recibe Sergio Somosierra, director de Casa Colón. Él es el que normalmente nos pone en lista y el que nos asigna una mesa, a veces teniendo que esperar hasta una hora. Unos metros más abajo, camino de la playa, entramos en Bodegas Charolais donde el empresario Floren Morillo nos pregunta si preferimos el restaurante tradicional, la zona de tapas o la terraza, donde si eres cliente habitual te permiten elegir entre las dos cartas para comer o cenar.

Camino de Marbella paramos en Lunamar, en Aquí te quiero ver. Dani Cortés, con su chiringuito a pie de playa, nos prepara una mesa y por supuesto, pedimos, como siempre y entre otras cosas, una de arroz negro. Quién pudiera. Dani se ha dejado barba en un look muy acorde a “náufrago del confinamiento” que permanece aislado en casa, como la mayoría. 

Rosa Cranenborg, en Guadalmina, pone mesa y mantel en La Rosa, para que disfrutemos de un maravilloso plato de carne mientras nos hace sentir que estamos entre amigos. Y mientras hago este recorrido virtual, salivo, y me viene a la cabeza la pregunta de todos los días, qué hago hoy de comer y cuándo vamos a volver. Lo que daría yo por salir y sentarme a cualquiera de sus mesas… Todos y cada uno de ellos comparten puntos similares en sus visiones de la situación actual y de cómo debería afrontarse la vuelta, y todos y cada uno de ellos tiene algo que aportar; unos como empresarios y otros que aunque directivos, son empleados. 

Elena Cobos, Rosa Cranenborg, Daniel Cortés, Ricardo Fernández, Floren Morillo, Sergio Somosierra y Miguel Gutiérrez

 

Elena Cobos, El Pimpi

Subo por calle Alcazabilla- en mi imaginación, claro- paradas obligatorias son por ejemplo, El Pimpi o La Sole, dependiendo de la oferta gastronómica que busques. La terraza está abarrotada de turistas que hacen fotos a los platos, con un Victoria bien fresquita, para compartir en sus redes sociales. Eso es lo que me gustaría ver pronto. Elena Cobos estaría en la oficina dirigiendo en la sombra y milimétricamente la empresa, pero en la realidad, cuando hago esta entrevista, Alcazabilla está vacía, El Pimpi cerrado y ella trabaja desde casa. Comenzó con la tablet, pensando que esto iba a pasar más rápido, ahora ya se ha instalado todo el equipo informático sabiendo que esto, por desgracia, va para largo.

El Pimpi, imagen de su Facebook

A nivel personal está bien, como otros muchos reconoce que de alguna forma necesitaba parar, lo que no le gusta es que esa parada haya llegado así. Posiblemente de otra forma, también como la mayoría, no hubiese parado. Nunca encontrábamos el momento para parar a esos ritmos que nos habíamos impuesto. 

Elena es casera, tiene terraza y asegura que se adapta bien a las situaciones nuevas, así que por ese lado se siente muy afortunada: “Personalmente el descanso forzoso me ha cargado las pilas, me siento más fuerte, con más vitalidad, aunque a veces, sobre todo los fines de semana, los miedos e inseguridades se apoderan de mí… ¡Adoro los lunes!”.

Elena quiere que cada día cuente mientras descuenta los días para que todo esto se acabe: “Llevo una rutina estricta, me sigo levantando muy temprano, desayuno, me pongo a trabajar, cuando toca limpio, cocino, – ¡yo cocinando!, quién me ha visto y quién me ve-, hago un pan espectacular receta de mi Tía María Luisa, me dedico a las plantas, he organizado el trastero, el lavadero y los armarios. Entreno con lo videos que nos manda mi Sensei Sergio y con mi Juan, que tengo la gran suerte de tener entrenador personal en casa, aparte de ayudarme en todas las tareas es bastante apañado, mi chico. Ahora me ha dado por coser, estoy personalizando unas mascarillas para cuando salga a la calle vaya yo monísima, pero solo he hecho una, ya que no tengo máquina de coser y es tedioso el confeccionarlas mano”.

Elena Cobos en su casa

Y aunque este tiempo le está permitiendo descubrir aspectos de ella misma desconocidos hasta ahora, está sumamente preocupada y ocupada por sus 165 empleados que están en un ERTE. Eso es lo que le quita el sueño. 

«Que mis muchachos puedan pasar penurias me quita el sueño»

“Sinceramente este es el tema que más que preocupa. ¿Mis chicos sin cobrar desde que les liquidé la nómina de la primera quincena de marzo? Es una locura, si el futuro incierto me preocupa, que mis muchachos puedan pasar penurias me quita el sueño. Estoy en contacto con todos ellos, porque formo parte en todos los grupos de WhatsApp de El Pimpi, los tenemos por camareros, por cocinas, mantenimiento, vigilancia, administración… Cada mañana nos damos los buenos días, les doy ánimos, les digo que aquí no se rinde nadie y que no se preocupen que esto pasará”.

Pero además de prestarle apoyo anímico desde la empresa se han ofrecido para ayudarles a sobrellevar este bache económico: “Mis compañeros suelen ir bastante al día, por eso, he puesto a su disposición la paga extra de verano para todo el que la necesite, el problema es que muchos la tienen prorrateada y otros ya la han cobrado, en El Pimpi somos una gran familia que siempre nos hemos ayudado y ahora tenemos que dar la talla más que nunca. Por lo tanto, también he puesto a su disposición la paga extra de diciembre o darles directamente un anticipo, o un préstamo, porque había que salvar este escollo. Se me ponen los pelos de punta de pensar que no van a cobrar hasta el 10 de mayo y eso si no es en junio, con el colapso tan grandioso que hay montado en el SEPE”.

«Se me ponen los pelos de punta de pensar que no van a cobrar hasta el 10 de mayo»

«Si no saben que se callen»

Cómo todos, Elena hace sus propias quinielas y previsiones sobre cuándo y cómo podrán volver. Plantea diferentes escenarios en diferentes fechas y va planificando estrategias a poner en marcha en un caso o en otro. El anuncio de este fin de semana del Gobierno en el que se habla de la posibilidad de que haya que esperar a final de año o al año que viene para volver a abrir los negocios de hostelería, ha supuesto una nube negra sobre el optimismo natural de Elena: “ Sinceramente desde el viernes estoy un poco más pesimista, de pensar que no abrimos en 2020, hay que tener mucho cuidado con lo que se dice, si no saben que se callen, porque cualquier noticia al respecto es desoladora. En fin, toca esperar, con lo impaciente que soy. Probablemente en una semana todo lo que te estoy contando esté caduco”.

«Posiblemente el aforo se reduzca hasta un 30% o un 50%»

En una semana o en días, porque vamos a golpe de improvisación. Aunque continuamente se hable desde el Gobierno de mesas de expertos para una cosa y la otra, los empresarios sienten que no se les está teniendo en cuenta a la hora de tomar decisiones importantes. No perdamos de vista que son los empresarios y autónomos, por muy pequeños que sean, los que generan empleo y la distribución de la riqueza en nuestro país. Entre las posibles medidas se estiman que los locales no podrán abrir al total de su capacidad. Posiblemente el aforo se reduzca hasta un 30% o un 50%, eso tampoco se sabe con exactitud. Si es así difícilmente se pueda mantener a todo el personal, que como en el caso de El Pimpi, llega a 165 empleados sin estar en temporada alta: “ Ante la imposibilidad de prorrogar el ERTE existente, estoy estudiando un nuevo ERTE para cuando finalice el estado de alarma. Para ello necesitamos justificar muchos datos, análisis de mercado, causas operativas, económicas y productivas. Todo esto lo deberemos tener preparado porque solo tendremos un mes y si se revierten todos mis chicos, con la mitad de las ventas en la mejor de las opciones, se hunde el barco y sería el cierre definitivo, hay que adelantarse a las necesidades, la capacidad y la situación, no queda otra”. 

«Con la mitad de las ventas en la mejor de las opciones, se hunde el barco y sería el cierre definitivo»

Si pudiese sentarse a la mesa con esos expertos políticos tiene claro cuáles serían sus dudas y reinvindicaciones para el sector de la hostelería:  “De la misma manera que nosotros estamos haciendo nuestras previsiones también les pedirían que hicieran su trabajo y fueran un poco más claros, coherentes y sobre todo sinceros.

1.- Que se flexibilizarán los ERTES para poder incorporar a los trabajadores de forma acompasada al crecimiento.

2.- Que nos dejen finalizar contratos y no dejarnos con la garantía de mantener la misma plantilla por los 6 meses dichosos.

3.- ¿Qué nuevas medidas sanitarias obligatorias y recomendables debemos tomar ante la reapertura?

4.- Los propietarios y gerentes necesitamos saber qué es obligatorio y qué es recomendable. Para prepararnos e ir implementando los cambios necesarios antes de la reapertura.

5.- Los clientes tienen que estar protegidos y además hay que transmitirles seguridad y transparencia. 

Esto último es fundamental para que el público vuelva a llenar nuestros establecimientos hosteleros lo antes posible. Primero el público local, luego el nacional y posteriormente el internacional.

Como dice la Federación de Empresarios de Hostelería de Andalucía, SALVAR los BARES es SALVAR ANDALUCIA.

«Al Gobierno le pediría más sentido común»

Con respecto al gobierno de forma interna, le pediría más sentido común, las cosas no se están haciendo bien. No comprendo cómo estamos todos con reducciones de sueldos y ellos cobrando aún las dietas y aún no se han rebajado un céntimo el sueldo, no sé a qué están jugando, pero el tema es vergonzoso. Tenemos que ser mucho más exigentes con todos nuestros políticos”. Esto que Elena resalta es más o menos lo que después me van diciendo todos. Por tanto, es un clamor general de todo un sector.

 

Elena ni se plantea ahora mismo entrar en una guerra de precios cuando esto acabe. No porque supondría bajar la calidad de la comida y la calidad del servicio y no está dispuesta a renunciar ni a una cosa, ni a la otra: “¿Duros a tres pesetas? No existe, no me gusta engañar a la clientela, lo que sí estamos dándole una vuelta a todas las cartas, ingeniería de menús, escandallos y demás”. 

Y aunque es cierto que El Pimpi tiene mucha clientela que viene de fuera, turistas que quieren conocer un lugar tan típico, Elena Cobos confía en que cuando esto pase, aunque el turismo tarde en volver, tendrá el apoyo de los malagueños. “Gracias a Dios El Pimpi es Málaga en estado puro, tengo mucha fe en la clientela malagueña como siempre la hemos tenido y en la nacional, hemos recibido tantos mensajes de tantos malagueños apoyándonos, que tengo la certeza de que cuando abramos las puertas, tendremos el apoyo de nuestra Málaga y sus malagueños, no me cabe la menor duda”.

«El Pimpi es Málaga en estado puro»

«Esto es un aprendizaje de humildad y solidaridad»

Aunque se hable de esta crisis del Coronavirus en términos bélicos, ni en las guerras cierran todos los bares. Si empezamos la visita a Elena contándonos cómo está viviendo estos días, nos despedimos de ella con la valoración de lo que le está suponiendo todo esto como aprendizaje. “ Me ha enseñado a valorar y a agradecer a la vida lo bien que me ha tratado hasta ahora. Agradezco que lo míos tengan salud, le damos más importancia a las cosas que realmente la tienen y la salud hoy en día es lo primero, el resto llegará”. Elena valora ahora mismo desde una conversación con su madre por teléfono, a la sonrisa de su hija, el apoyo de su pareja, el de sus compañeros: “ Esto es un aprendizaje de humildad y solidaridad, te das cuenta que puedes vivir con lo mínimo, sin perder de vista lo que tenemos a nuestro alrededor, nuestros vecinos, amigos, familias, compañeros, que estemos con una mano tendida a todo el que lo necesite… Juntos saldremos de esta, individualmente no. Tengo la esperanza de que cuando volvamos a la normalidad, hayamos aprendido, para volver más humanos, que falta nos hacía”. 

«Juntos saldremos de esta, individualmente no»

 

Floren Morillo, Bodegas Charolais

Y con esa reflexión nos despedimos de Elena Cobos y nos vamos directamente hasta el centro de Fuengirola. Podíamos parar en mis sitios por el camino, pero hemos querido recoger una muestra de empresas del sector que pueden ser representativas del conjunto. Allí, en la calle Larga, que va desde la plaza de los Chinorros hasta el mar, se encuentra Bodegas Charolais, donde nos recibe su propietario, Floren Morillo.

Bodegas Charolais, foto de su página web

Como en el caso de Elena, él también se ha impuesto una rutina diaria; deporte, lectura, cocina… Así las horas pasan más rápido y tiene la mente más distraída. Más parco en palabras que Elena, asegura que sigue en contacto con sus empleados y pendiente de las noticias que va lanzando el Gobierno: “ En estos momento impera la incertidumbre por lo que estamos a la espera de las decisiones que va a dictar el gobierno. Una de las principales cuestiones a tener en cuenta es la apertura parcial o total dependiendo de lo que la alarma sanitaria dicte y por tanto, la vuelta paulatina de los trabajadores según las medidas de ocupación de comensales, ya que tenemos que tener en cuenta un receso del turismo ocasionado por el Covid-19.

Creo que el gobierno está sobrepasado por la situación y de momento hay una gran incertidumbre teniendo en cuenta que la hostelería es el principal motor para la recuperación económica”.

«Creemos que esas medidas no son razonables»

Sobre la medida de tener que mantener a toda la plantilla hasta 6 meses después de que acabe el ERTE, también se muestra en desacuerdo. Después de esta crisis, y con un porcentaje de aforo de bares y restaurante que se prevé bastante reducido, supondrá mantener unos gastos fijos que lejos de ayudar a la recuperación del sector, pueden contribuir a llevarlos a la ruina y tener que cerrar dejando a todos en la calle: “Sinceramente creemos que esas medidas no son razonables por lo que estamos a la espera de que se tomen nuevas medidas, si como parece ser la apertura de los negocios va a ser restringiendo el aforo”.

Floren Morillo en su casa

Tampoco se plantea entrar en una batalla de precios, Charolais es el Charolais, y no piensa poner en juego ni el servicio ni la calidad de la materia prima. Estos días, esta parada obligatoria, lo que le está enseñando es a “valorar esas pequeñas cosas que ya creía olvidadas por falta de tiempo”. 

«Valorar esas pequeñas cosas que ya creía olvidadas por falta de tiempo”

Y lo dejamos ahí, en casa, sirviendo lo que acaba de cocinar, y descontando las horas para poder llamarle y pedirle, en vez de que me conteste una entrevista, que me reserve una mesa en la terraza porque hemos quedado con amigos para cenar. Y como siempre reservo a última hora, un poco tendré que esperar, así que mientras habrá que hacer tiempo tomando un Martini en la barra de fuera de «El Colón» que como siempre, está de bote en bote y con lista de espera para coger mesa. Nos saluda su propietario, David Ordoñez, pero el que nos atiende es su director Sergio Somosierra. Si nunca has estado lo reconocerás porque va vestido de manera diferente a sus compañeros, con esos uniformes tan peculiares y llamativos que van cambiando según la temporada. Sergio ha sustituido la elegancia con la que nos recibe en su trabajo por otro uniforme estos días, el chándal. 

 

Sergio Somosierra, director de Casa Colón

En Casa Colón trabajan 32 personas y él, Sergio, es uno de ellos. Si hasta ahora ha sabido manejar el estado de ánimo durante el confinamiento y no venirse abajo, estos últimos días, con cada nuevo anuncio de extensión del estado de alarma, se le hace más pesado y más complicado mantenerlo arriba.

Al igual que todos sus compañeros, Sergio se encuentra en un ERTE y como todos los que están en su misma situación no tienen claro cuándo van a cobrar: “ La empresa nos pagó los primeros 15 días trabajados, de momento, por suerte, no hemos tenido que recurrir a la empresa para que nos de un préstamo o un adelanto, aunque esta siempre ha mostrado su interés en prestar su ayuda si fuese necesario”.

Casa Colón foto de su Facebook

Aunque la cabeza no para, no quiere adelantarse a los acontecimientos ni en las medidas que habrá que tomar. Las noticias son confusas y no hay nada claro, así que como en todo en esta crisis, toca esperar y echarle paciencia: “Creo que sería precipitado pensar en algún plan, lo único que nos preocupa ahora es que esto vuelva a normalidad lo antes posible, una vez llegado el momento será hora de tomar medidas en función de lo que el Gobierno nos permita”. Lo que tiene claro es que si pudiese sentarse con ellos, con los que mandan y toman las decisiones que nos afectan a todos, sobre la mesa pondría como medida prioritaria: “Propondría una reducción importante de impuestos mientras durase la recuperación. Creo que sería fundamental”. Fundamental, asegura, para poder mantener al máximo de la plantilla y permitir que el negocio se recupere mientras se mantengan los aforos reducidos de los que se habla.

«Propondría una reducción importante de impuestos mientras durase la recuperación»

Aunque Casa Colón cuenta con mucho cliente local, también es punto obligado para turistas y visitantes. Sergio no está muy optimista con que la recuperación sea rápida cuando puedan abrir las puertas: “Ojalá me equivocase, pero creo que costará un tiempo importante la recuperación. Puede que llegue a ser casi como abrir un negocio nuevo y labrarte de nuevo una clientela”. Pues sí Sergio, ojalá te equivoques.

Sergio, director de Casa Colón

En su reflexión personal sobre lo que le está enseñando este momento incluye algo en lo que esperamos que no se equivoque:  “Me ha enseñado a valorar mucho más todo lo que tengo a mi alrededor y que forma parte de mi vida. Y me gustaría que la sensibilidad y amabilidad que estamos demostrando ahora los unos con los otros continúe cuando acabe todo esto”. Ojalá no se nos olvide y que pronto nuestro nombre pueda estar en una lista de espera para coger mesa en el epicentro del ambiente y la gastronomía en Fuengirola, la plaza de Los Chinorros.

 

Daniel Cortés, Aquí te quiero ver

En la lista para coger una mesa también te tienes que apuntar, nada más que empieza el buen tiempo, si te quieres sentar a comer en la terraza del “Aquí te quiero Ver” en la urbanización Lunamar de Marbella. Siempre bullicioso y con una relación calidad-precio de 10, entre las dunas se encuentra el chiringuito que abrieron sus padres y que Dani y sus hermanos han llevado a un siguiente nivel. No hay madrileño o vasco que pase las vacaciones en Marbella y que no lo tenga como parada obligatoria. Los locales, los que vivimos en la zona, tenemos la suerte de disfrutarlo todo el año.

Aquí te quiero ver, foto de su Facebook

Ellos, como el resto de chiringuitos y hamaqueros, suman a sus dudas qué va a pasar con la playa. Casi cada año les hacen quitar metros a las parcelas, se reducen los espacios entre sombrilla y sombrilla, y se les da preferencia a los que llegan con las carpas, se ponen en primera línea, impidiendo que el resto de la playa pueda ver si quiera la orilla. Y todo eso pagando un importante canon al año por el negocio, generando empleo, dando un servicio a todos y teniendo que invertir continuamente para renovar los materiales como colchonetas, hamacas y sombrillas que la sal y el levante se encargan de estropear. Este año todavía no sabemos si habrá baños en el mar ni días arena y playa.

Este año todavía no sabemos si habrá baños en el mar ni días arena y playa

Daniel Cortés estaba ya preparando la Semana Santa, la contratación de personal de refuerzo, cuando se decretó el Estado de Alarma. Está acostumbrado a doblar turnos en el chiringuito y normalmente no para de acá para allá, de una mesa a otra tomando comandas, pendiente en cocina y barra de que todo salga en los tiempos estipulados, y encontrando siempre un momento para charlar un ratito con los clientes. A lo mejor no recuerda el nombre de todos los que habitualmente se dan cita en su chiringuito, pero los conoce de vista y sabe lo que suelen pedir normalmente. Siempre hay una sugerencia o una recomendación fuera de carta, en la que hay que hacerle caso y probar. Porque no falla que eso que te ha recomendado va a estar espectacular.

Daniel Cortés en su casa

Estos días se ha dejado look de “náufrago”, bromea. Intenta estar tranquilo, relajado, haciendo deporte e inventando cócteles que comparte en las redes sociales. Si hay algo que tiene claro Dani, es que aunque ahora no pueda servir mesas ni abrir las puertas de restaurante, es momento de comunicar y seguir en contacto con los clientes. “Para nosotros es muy importante estar en contacto con nuestros clientes. Cocktail at home es una iniciativa para que nuestros clientes y personas que nos siguen puedan hacer sus cócteles preferidos y puedan interactuar con nosotros, no sólo queremos ser un restaurante. Intentamos hacerle a las personas su confinamiento más liviano”. 

 

Dedicar tiempo a eso se lo quita a darle vueltas y vueltas a la cabeza y a bailar constantemente con la incertidumbre. El futuro es incierto, por lo que intenta centrase cada día en su familia y en ir tomando fuerzas para lo que esté por venir.  Ellos, como todos, han tenido que presentar un ERTE a los 25 trabajadores que tenían de alta cuando se decretó el estado de alarma: “Estamos obligados a realizar un ERTE, ya que nuestra pequeña empresa familiar no puede soportar tres meses de sueldos más impuestos y otros gastos fijos sin poder facturar. Mi hermano Sergio ha tenido varias conversaciones con todos ellos. Les hemos ofrecido anticipos salariales en la medida de nuestros recursos para que puedan hacer frente a la situación hasta que les empiecen a pagar”.

«No se va a poder mantener a todo el personal si la demanda es mucho menor»

A Dani le encantaría que en vez de tomar decisiones sin ton ni son desde los despachos, se les tuviese en cuenta a ellos que son profesionales, conocen los negocios y tienen experiencia sobre el terreno, a la hora de tomar las decisiones que les van a afectar. “Si me preguntasen a mí diría que lo primero que hay que hacer es facilitar formación en higiene adaptada a la nueva situación y en prevención del personal por parte de la Mutua. Además al tener que reubicar y reducir mesas, acotar el aforo, deberán ofrecer ayudas para el tema de los despidos. No se va a poder mantener a todo el personal si la demanda es mucho menor. Por ejemplo, nosotros disponemos de 55 mesas, al reducir nuestro aforo, imagínate, a 28 mesas es inviable tener 25 personas trabajando. Tener que mantener a todo el personal no nos permitiría recuperarnos. Esperemos que esta situación no se de.

Antes de despedir buscaremos otras medidas como incentivar a clientes con eventos y promociones. Si esto no es suficiente estaremos obligados a despedir, aunque intentaremos que sea al mínimo de personas posibles. Nuestros compañeros son el valor de nuestra casa. Sin ellos sería imposible realizar nuestra actividad con la pasión que lo hacemos. Personalmente creo que a la hora de diseñar las medidas de los restaurantes se nos tiene que tener en cuenta”.

Aquí te quiero ver, imagen de su Facebook

Los chiringuitos son algo tan nuestro, que aportan tanto valor, que resulta complicado imaginarnos sin ellos. Aunque aún está en el aire si cuando llegue el calor, el buen tiempo, podremos ir a la playa y cómo lo vamos a hacer. Cuando le comento la posibilidad que se está barajando de crear cubículos, asegura que es una verdadera locura, no sólo por el efecto invernadero y el efecto lupa que pueden generar, sino porque no se puede perder de vista que “en la costa malagueña, a la mínima entra el levante, y se lo lleva todo por delante”.

Él propone otras opciones: “Respecto a las hamacas deberíamos tener varias opciones, primera dejarnos poner más espacio entre sombrillas, la segunda es reducir el aforo a la mitad manteniendo los metros actuales, en este caso con la reducción del canon proporcional al aforo de las hamacas que se nos permiten. En Marbella tenemos unos de los impuestos de playa más caros de España.

Hasta el momento el Ayuntamiento de Marbella no se ha puesto en contacto con nosotros, espero tener alguna reunión con ellos para poder coordinarnos.

Una de las medidas que tendría que adoptar el Ayuntamiento sería aumentar la presencia de la policía de playa, para mantener el orden y tranquilidad de las personas que nos visitan”. Por otra parte, Daniel Cortés tampoco piensa en una bajada de precios a la vuelta que suponga renunciar a la calidad a la que están acostumbrados sus clientes.

«En Marbella tenemos unos de los impuestos de playa más caros de España»

«Me gusta mi profesión pero no quiero renunciar a mi familia»

Con ellos sigue manteniendo el contacto, por teléfono y por redes sociales, y aunque teme las consecuencias que va a tener esta crisis, confía en la capacidad de los españoles para trabajar y levantar el país. Está dispuesto a cuando ese momento llegue, el de la reincorporación, a luchar con todas sus fuerzas para sacar el negocio adelante y seguir siendo la fuente de ingresos de muchas familias, pero también tiene claro que aunque quiere seguir avanzando profesionalmente, no quiere perder de esta etapa el dedicarse también a su familia: “Esto va a marcar un antes y un después. Estos años atrás he vivido en el trabajo, por el trabajo y para el trabajo. Me gusta mi profesión pero no quiero renunciar a mi familia”.

“Aquí te quiero ver”, y allí me quiero ver yo también cuando todo esto pase. Es de esos sitios a los que me teletransporto con la imaginación y recuperando recuerdos cuando quiero imaginarme volviendo a una normalidad, que posiblemente no sea por un tiempo, como la que hemos conocido hasta ahora.

Aquí te quiero ver, foto de su Facebook

 

Rosa Cranenborg, La Rosa

Rosa Cranenborg es junto a su marido, propietaria del Restaurante La Rosa, en Guadalmina. Si muchos madrileños se saltaron el confinamiento para trasladarse a sus segundas residencias a esa zona de Marbella, poco efecto tendrá sobre la caja de La Rosa, porque el restaurante permanece cerrado a cal y canto desde el Estado de Alarma.

Rosa Cranenborg en casa

Rosa está viviendo este momento con resignación y aceptación, no le queda otra, pero tiene la misma sensación que tenemos muchos de estar siendo los protagonistas de una película de ciencia ficción. Confía que este periodo nos sirva para ser más humanos, pero reconoce que está siendo complicado. Además a la tragedia económica del momento y la incertidumbre, suma una perdida personal, el fallecimiento de su padre en Buenos Aires y por supuesto, no se ha podido despedir de él: “ Tenía planeado viajar a finales de febrero a Buenos Aires intuyendo la despedida, y no pudo ser debido al estado de alarma y las restricciones en origen y en destino. No poder vivir ese momento de perdida en la compañía  de mi madre y de mi hermana fue y es muy doloroso; con el agravante de que no se vislumbra una fecha próxima para poder darnos ese abrazo tan necesario”.

«No se vislumbra una fecha próxima para poder darnos ese abrazo tan necesario”

Tampoco ha podido recibir el abrazo de sus hijos, que aunque viven a cinco minutos, por cumplir las medidas impuestas no pueden ir a verla. Como la mayoría mantiene el contacto por teléfono, mensajes y videollamadas, aunque no es lo mismo. Igual que no lo es el mantener la relación con los trabajadores, 4 personas empleadas que se encuentran en un ERTE y que no tienen ni idea de cuándo el Gobierno les va a ingresar el dinero: “ A fecha de hoy nuestros empleados aún no han cobrado la fracción del 14 de marzo en adelante. Los chicos están viviendo momentos de estrechez, como la gran mayoría de la gente, ademas de la incertidumbre por el futuro de sus puestos de trabajo. Tenemos un chat grupal y estamos en contacto, comentando las novedades e interesándonos por nuestra salud. También aprovechamos para compartir platos que hacemos en casa y para ponerle un poco de humor a lo que nos está pasando”.

Restaurante La Rosa, fotografía de su Facebook

Antes de que se decretase el estado de alarma ya habían tomado medidas en el restaurante, de las que haya que tomar después, se encargarán cuando llegue el momento: “ Antes del cierre forzoso habíamos contratado un servicio de aparatos generadores de Ozono para instalar en el salón y los aseos, para reducir la carga de gérmenes y virus que están presentes en el ambiente, el aire generado de esta manera será mas puro. Para los camareros y personal de cocina teníamos ya instalados desde siempre el dispensador de gel hidroalcohólico y lo íbamos a incluir en los aseos para el público”.

«Habíamos contratado un servicio de aparatos generadores de Ozono»

Esta entrevista coincide con el anuncio de que posiblemente bares y restaurantes serán los últimos en abrir y será a finales de año. A Rosa le indigna que se esté jugando con ellos de esta forma: “A los empresarios aún no se nos ha tenido en cuenta para nada, creo que están tomando decisiones sobre la marcha con el método de prueba, ensayo y error.

Hay que ser responsable de lo que se dice públicamente, y la señora Ministra de Trabajo declaró que no se prevé la reapertura de restaurantes y bares antes de fin de año… Imagina el desasosiego que produjo en todos los que dependemos de ese sector. 

En cuanto a medidas, sería primordial que como mínimo, que cada camarero, cocinero y cada persona que tenga contacto directo con el público, tenga un certificado de salud, que se realicen los test.

Que el papel de las empresas de riesgos laborales cumplan un rol más protagonista y no tan administrativo, ahora mismo cobran un arancel anual por venir a chequear las normas de seguridad en el trabajo.

Las mutuas igual, cobran su cuota y hay que rogarles para que envíen un misero botiquín y/o que reemplacen los elementos que lo componen. Las mascarillas en cocina por ejemplo, deberían ser provistas por la administración pública, y no ser un coste extra para el empresario… Bastantes costes fijos tenemos ya entre seguros sociales, empresas de Protección de datos, asesorías, empresas de riesgos de trabajo, y muchos gastos más”.

«Queremos seguir trabajando conservando a todos los empleados»

Rosa se indigna porque ve peligrar su única fuente de ingresos, la de sus trabajadores y un negocio que le ha costado mucho esfuerzo y años levantar: “Queremos seguir trabajando conservando a todos los empleados y somos conscientes de que nos va a tocar reinventarnos. Muchos van a quedar por el camino. En la zona de Marbella somos muchos hosteleros, y no hay demanda para tanta oferta, si no la había antes, imagínate ahora con el turismo extranjero sin llegar. Nuestra clientela por zona geográfica y tipo de cocina está compuesta por un 80% de turistas de otros países”.

Rosa en una foto de diciembre de 2019- Facebook de La Rosa

Rosa Cranenborg no es muy optimista en cuanto a la recuperación del sector: “ No, lamentablemente esta crisis nos demandara mucho sacrificio y esfuerzo, el coste financiero es y será inmenso porque los créditos ICO que otorguen habrá que pagarlos a 3 o 4 años. Como ejemplo, 40.000 € que te asignen hoy, dentro de un año significará una cuota de 1300€ mensuales , súmale 3000 € de seguros sociales y cuota de autónomos, el IRPF trimestral de casi 2000€, IVA, el alquiler, electricidad, teléfono, agua, empresa de seguridad, etc. etc.

Todo dependerá del poder de negociación con proveedores y propietarios de los locales por una parte, y por otra, que el publico salga a consumir, cosa de la que no estoy muy segura que suceda a corto plazo”.

«Lo veo como un toque de atención»

Aún así, quiere encontrarle un sentido a todo esto, un aprendizaje: “ Que todo puede cambiar en un segundo, que la vida como la conocemos puede desaparecer en un instante… Lo veo como un toque de atención, como una oportunidad que se nos da a los seres humanos de tomar conciencia de su desaprensión, de su falta de respeto hacia el entorno, de su ser individualista; lo vivo como un toque de atención que nos da el Universo, el planeta, Dios o como queráis llamarle .

Mi deseo es que se vuelvan a valorar momentos simples que por las prisas del mundo moderno hemos dejado de lado, que las cosas “simples” no se posterguen para luego; que se atesore lo que estos días hemos perdido como un bien invaluable, muchos estamos aislados del contacto con nuestros hijos, padres, amigos, esta situación excepcional nos mostró que lo que no hagamos hoy quizá mañana no podamos hacerlo .

Siempre valoré el simple gesto de escuchar el canto de un pájaro o ver una puesta de sol, salir a caminar, y ahora más aún, en definitiva, el sentirme libre, la libertad vista como un privilegio y no tanta tontería que se señala como tal”.  

Dejamos a Rosa en Marbella, intentando alejar la preocupación mientras aprovecha para dedicar más tiempo a dos de sus pasiones; la lectura y la cocina. Como dice, no puede pasear libremente, pero los libros la trasladan a otros lugares e historias en las que todavía podíamos tocarnos, abrazarnos y se hablaba de escenarios como los lugares donde sucedían todas esas aventuras que se relatan en sus páginas, entre ellos bares y restaurantes.

 

Ricardo Fernández, director de Restaurante El Higuerón

Vamos a volver a Málaga capital en un momento, pero antes, de vuelta, paramos en el Restaurante El Higuerón. Nos encantaría pedir un platín de fabada o de fabes con almejas, una tapa de tortilla, unos boquerones en vinagre o un plato de jamón. Pero por el momento habrá que esperar y confiar en que nuestra economía nos lo va a permitir cuando vuelvan a abrir sus puertas. Cuando eso suceda allí estará Ricardo Fernández, su director. No es el propietario, pero siente El Higuerón como algo suyo. Si al principio de todo esto le entrevisté para que me contase cómo llevaba lo del teletrabajo, ahora, cuando esto se extiende en el tiempo, más de lo que nos hubiese gustado, vuelvo a contactar con él.

Ricardo Fernández

“Creo que lo llevo mejor de lo esperado, cuando comenzó todo esto, nadie preveía que se extendería en el tiempo el confinamiento. Desde el primer día hablé con mi equipo de no relajarnos y prepararnos para la reapertura, aprovechar esta parada para revisar nuestros procesos e intentar volver reforzados y mejor, pues nos enfrentamos a muchas preguntas sin respuesta aun. La incertidumbre política, la falta de medidas concretas generales y especificas para nuestro sector a veces me baja el ánimo, pero no dejo que me supere”, asegura Ricardo.

«Las informaciones en los medios a veces son confusas»

También el equipo de El Higuerón se encuentra en un ERTE, aunque hay otros gastos fijos que no son de personal a los que hay que seguir haciendo frente. Ricardo lamenta que el Gobierno aún no haya pagado la parte de los salarios de marzo que le corresponden y que las informaciones que llegan siguen siendo confusas. Por eso, él personalmente se encarga de seguir manteniendo contacto con todo el equipo, preocupándose de cómo están de salud y explicándoles los pasos que se han dado: “Las informaciones en los medios a veces son confusas, las ayudas y procedimientos del gobierno han sido casi en el último minuto y me consta por nuestro asesor que las plataformas de envío de información a la seguridad social y otros entes se ha colapsado en ocasiones.

Estamos aprovechando este tiempo para hacer formaciones online al equipo, aunque trabajamos con formación continua, es mas difícil realizarla estando abiertos. Luis Miguel, jefe de sala, comenzó esta iniciativa y están disfrutando mucho, cursos de coctelería, origen de mezcal, vinos, gestión de conflictos, etc. Óscar, el jefe de cocina, también ha realizado algunos cursos y ambos también tienen un contacto casi diario con todo el equipo”.

La cabeza de Ricardo no para de pensar en mejoras que se pueden implementar cuando todo esto termine, y aunque está estudiando medidas para la vuelta, poco trabajo se puede adelantar mientras todo siga siendo pura incertidumbre. Todos coinciden en la continua improvisación con la que se está actuando, pero además se acuerda de un sector del que apenas se habla y que no ha podido presentar ERTES, el de los proveedores de estos establecimientos: “Recomendaría claridad en las medidas, no precipitarse en las decisiones, pero sobre todo certeza y un plan definido.

Como medidas sugeriría entre otras el poder extender el ERTE mas allá del plazo de finalización del estado de emergencia, y que se pudiera retomar a la plantilla gradualmente en base a la afluencia real de clientes. De esta manera no se ahoga a la empresa con más gastos que ingresos.

Imagen de su Facebook

«El Gobierno también tiene que tomar medidas para protegerles»

Por otro lado, hay un sector relacionado al nuestro del que apenas se está hablando o considerando y es tan importante como el nuestro, me refiero a nuestra cadena de proveedores y colaboradores que aportan valor al conjunto. Ellos no están incluidos en los grupos de fuerza mayor, y para la mayoría su clientela es el sector de la hostelería que literalmente ha dejado de comprar. No han podido acogerse al ERTE e intuyo que muchos de deben tener la tesorería muy mermada, pues la mayoría de sus clientes (restaurantes, bares y hoteles) pagan a 30, 60, 90 días y en algunos casos concretos incluso más tarde. Creo que en esto el Gobierno también tiene que tomar medidas para protegerles, y nosotros los hosteleros ser responsables atendiendo nuestros compromisos de pago antes de los vencimientos. Puede parecer una sugerencia altruistas, pero necesitamos de esa cadena de valor que nos surte de un excelente pescado, carnes u otros productos que aportan calidad a la experiencia que queremos dar a nuestros clientes.

También haría una exención de algunos impuestos este año, bonificar los seguros sociales en contratación.

Me consta que actualmente no se nos está teniendo en cuenta, nos hemos incorporado a algunas plataformas creadas para intentar dar voz y buscar medidas y soluciones, entre otras la Hermandad Gastro con Fernando Huidrogo al frente que están haciendo una gran labor de información y preparando medidas e intentando presentarlas al Gobierno”.

Respecto a sí podrán mantener a todo el personal cuando el sector vuelva a abrir las puertas, tiene serias dudas: “ Según el BOE en realidad sí pueden ser extinguidos los contratos, tanto los temporales como los indefinidos, lo que ocurriría es que las exenciones de seguros sociales que hayamos tenido durante el ERTE junto con las prestaciones que el Sepe haya dado a los trabajadores nos las cobrarían a nosotros, es decir penalizarían no mantener el empleo 6 meses.

Siempre se habla de que el empresario o la empresa quiere quitarse trabajadores y destruir empleo, nuestro negocio está basado en intentar dar la mejor experiencia al cliente y creo que ningún propietario o gerente en su sano juicio va a despedir a nadie que sea necesario para dar lo mejor al cliente. Ahora sí durante 6 meses tenemos un 30% o 50% de visitantes y consumo con respecto a los niveles previos, no hay empresa que en sus cuentas soporte mantener a todo el equipo, y el dilema será que sale mas caro si la multa o mantener todas esas nominas, dejo al negocio morir o buscamos que sobreviva para mantener la actividad y al menos 30 o 40 personas en actividad”.

 

Al igual que sus compañeros, confía y espera que el Gobierno rectifique en algunas de las medidas que ha adoptado. Están pensando desde el principio en cómo hacer para servir comida a domicilio, aunque por su situación geográfica presenta cierta complejidad poner el servicio en marcha: “Nuestra localización es compleja para las plataformas de envío como Uber Eats o Just Eat, apenas tienen riders en la zona. Si solventamos este asunto de la ecuación no descartamos que se puedan disfrutar nuestras fabadas, albondigas de rabo de toro, y muchos de nuestros platos en los domicilios”.

«A día de hoy tenemos que medir muy bien los pasos»

El Restaurante El Higuerón estaba a punto de comenzar obras de reforma entre las que se incluía crear un nuevo espacio, ahora la incertidumbre está retrasando la decisión sobre si deben continuar los planes que tenían previstos. El proyecto está hecho y las constructoras siguen trabajando, las dudas que les frenan son otras: “Si diseñamos un bar basado en nuestra experiencia y normas pre-coronavirus, tenemos 100% claro que hacer. Pero el riesgo de que tengamos que modificar algo ya realizado y sin estrenar, aparte del tiempo de reforma extra y el impacto económico, nos hace que lo pensemos mucho actualmente. A día de hoy tenemos que medir muy bien los pasos para que esa buena gestión que hemos realizado todos estos años no se vea mermada por decisiones que lastren el futuro del restaurante”.

La misma pregunta que a todos y la misma respuesta de casi todos ellos; ¿habrá guerra de precios? Definitivamente no: “Nosotros nos basaremos en dar una mejor experiencia al cliente, poner en valor diferenciales como facilidad de aparcamiento, cocina non stop, una atención y experiencia excelente y la calidad de nuestros platos”.

Esa calidad que le ha valido llevar 30 años al pie de…carretera, siendo un reclamo para personas que lo visitan desde todas partes. Siendo parada obligatoria también para los que están de paso. Ellos son de los que han apostado por seguir comunicando a través de las redes sociales y Óscar Amores, su chef, desde casa, está compartiendo recetas sencillas que todos podemos hacer. “El Higuerón es mucho más que un restaurante, muchos de nuestros clientes tienen historias entrañables y desde el principio hemos querido mantener eso, además de mandar un mensaje muy contundente de que continuamos y regresaremos reforzados de esto y con mas ilusión.

Estas semanas hemos venido haciendo videos de sugerencias de cocinar en casa a través de nuestro jefe de cocina Oscar Amores y han tenido una reacción positiva. En las próximas semanas habrá alguna que otra novedad…»

«Regresaremos reforzados de esto y con mas ilusión»

Ricardo quiere estar positivo, pero no quiere ser ingenuo. Desea de corazón que todo pase cuanto antes y el sector se recupere rápido, pero es consciente de que esto puede no ser así. Por el momento, aún pensando en el futuro, no quiere dejar de pensar y compartir con nosotros lo que le está enseñando el presente: “ Tendría una lista interminable… Intentaré destacar las mas importantes:

Por mucho que trabajemos con planificación e intentemos tener anticipación y control de todo, hay escenarios para los que ninguno estamos preparados tanto en lo profesional como en lo personal.

Que la fábula de la cigarra y la hormiga tiene mucho sentido, y me alegro que tanto a nivel personal como profesional hemos tenido siempre una actitud de hormiga. Me hubiera encantado conocer a Esopo para pedirle algún que otro consejo.

Que mis hijas nos están dando una lección de saber estar, calma y entereza increíble. En más de un mes no han tenido ni una queja, al contrario mucha colaboración en casa, positivismo, etc.”, en esto último coincidimos la mayoría. Para los niños esto está siendo una forma de disfrutar de los padres. Quién sabe si cuando bares y restaurantes abran, tras esta etapa en familia, desaparezcan las tablets y los móviles de los niños en la mesa, y seamos todos capaces de disfrutar de la experiencia sin pantallas de por medio.

 

Miguel Gutiérrez, empresario de hostelería

Y ahora sí, hacemos nuestra última parada de este recorrido. Volvemos a donde empezamos, a Málaga capital. Allí nos espera Miguel Gutiérrez, empresario de hostelería con más de 7 restaurantes y tabernas en el centro. Seguro que te suenan Beluga o Kraken. Miguel ha tenido que parar la apertura de la última incorporación al grupo, un nuevo restaurante en Muelle Uno.

Este empresario, que tiene en nómina a 110 personas, vive estos momentos con preocupación, pero también recuperando pequeños placeres olvidados y que no cuestan dinero: “ Primero resultaba extraño estar tanto tiempo en casa, estaba muy activo, mucho trabajo, muchas llamadas, mucho ejercicio… Poco a poco ha ido bajando el ritmo, me encuentro muy tranquilo, expectante a la evolución de la situación, pero con una relación interna del tiempo muy agradable. Los días pasan con cierta monotonía pero en esa quietud he redescubierto pequeños placeres, como recibir los rayos del sol desde mi terraza….”.

Miguel Gutiérrez

Tiene en nómina a 110 personas

«Reabriremos todos los negocios»

Miguel es consciente de que la mayoría de sus empleados viven económicamente al día y sigue manteniendo contacto con todos aquellos con los que trabaja más estrechamente: “Tienen nuestro apoyo, y nuestro compromiso de que reabriremos todos los negocios”. Lo que no sabe es cómo ni cuándo. Las informaciones y desinformaciones se suceden y nadie sabe realmente a qué atenerse. Teme que la falta de previsión sobre esta crisis se torne en medidas desmesuradas que van a pagar empresarios y empleados de hostelería y turismo: “ Hasta que no haya medidas concretas por parte de las administraciones todo son especulaciones y las especulaciones, son un ejercicio teórico que no se debe traducir en medidas. Tengo la sensación de que el gobierno se está moviendo en un terreno que desconoce, y creo que la tardanza que ha habido en reaccionar para tomar medidas, se va a convertir ahora en sobrereacción, es decir, mucho me temo que a sectores como el nuestro nos van a imponer medidas restrictivas en demasía. No lo vieron venir, y no van a querer que nadie les vuelva a llamar irresponsables, eso pudiéramos pagarlo los sectores del ocio, turismo y hostelería”.

«Creo que la tardanza que ha habido en reaccionar para tomar medidas, se va a convertir ahora en sobrereacción»

Confía, como sus compañeros, que algunas medidas de las que se han tomado se vean modificadas y que haya otras nuevas para apoyar al sector: “El Turismo supone el 12% del PIB de España, y es el Gobierno de España quien está tomando las medidas. Estoy convencido de que si las medidas se tomaran en Andalucía o en Málaga, se nos tendría más en cuenta, ya que el peso del sector es muy superior, de hecho es el sector preponderante.

«Esto es como dar la llave de la supervivencia de un negocio a un tercero»

Se ha tomado un medida muy fuerte, para evitar el colapso del sistema, facilitando la liquidez de las empresas con créditos ICOs avalados por el Estado. Esta medida nos permite pegar una patada hacia delante, y ya veremos qué es lo que pasa en el futuro. De otra forma estábamos abocados a la quiebra, en el 95% de los casos. Echamos en falta alguna medida en relación con la obligación del pago del alquiler; ¿es justo que estando obligados a estar cerrados por ley durante meses se mantenga la obligación de pagar el 100% de la rentas de alquiler de los locales?. El gobierno ha dejado está decisión en manos de cada propietario. Hay muchos casos donde nuestros caseros nos han apoyado, con una suspensión de los alquileres, en otros casos se ha reducido la renta al 50%, pero hay quienes se agarran a la ley, que nos obliga a mantener nuestros compromisos de pago, sin ningún ingreso. Esto es como dar la llave de la supervivencia de un negocio a un tercero. Aquí se nota que quien haya tomado las decisiones, no ha estado pensando mucho en nosotros. Esperemos que este gobierno reaccione y equilibre los intereses y los daños del arrendatario y arrendador. No es justo que asumamos nosotros todo el golpe”.

Imágenes del Facebook de Beluga

«La vuelta puede ser como una película de ciencia ficción»

Para Miguel Gutiérrez el escenario que se nos presenta durante un tiempo a partir de que puedan abrir no será para nada lo que hemos entendido hasta ahora como normalidad: “La vuelta puede ser como una película de ciencia ficción; clientes con plena libertad si certifican que tienen anticuerpos, camareros con mascarillas y guantes de látex, mesas suficientemente separadas, público al aire libre. Creo que durante un tiempo esta tiene que ser la línea de actuación, locales con las puertas abiertas y terrazas, ese es el gran atractivo que tiene Málaga”. Y se adhiere con sus peticiones a las que actualmente hace el sector en la capital: “Es paradójico, en el centro de Málaga se ha librado una batalla por la terrazas, queriendo limitar su espacio y su horario de disfrute. Es uno de los grandes activos de Andalucía, y puede ser uno de los elementos salvadores de la hostelería. Los Ayuntamientos deberían ampliar de forma temporal las autorizaciones en la vía pública para salvar al sector, y a los miles de empleos que genera de forma directa e indirecta.

Si alguien propone una medida de mayor impacto económico y social con un menor coste económico, ¡le invito a una comida en Beluga!. Cuando esto termine todo el mundo va a pedir dinero a “papá» estado”.

 

Miguel sabe que va a ser difícil volver a abrir con toda la plantilla en activo desde el principio, y al igual que aplaude la decisión del gobierno de los ERTE, espera que la adapten ahora a la situación que se imponga: “ El Decreto aprobado ha sido fruto de una situación que ha evolucionado, tanto gobierno como ciudadanos nos enfrentamos a una situación nueva y desconocida. La cosas cambian mucho en muy poco tiempo. Lógicamente esa medida, que es valiente y muy costosa para el gobierno, tiene como único objetivo preservar el empleo. Cuando se tomó esta decisión no se pensaba ni se sabía en cómo iba a ser la reapertura. Al cambiar las circunstancias de la apertura, se cambiará la medida, de otra forma se destruirá todo el empleo y el tejido empresarial, y todo lo invertido en ICOs, ERTES, etc, sería dinero tirado a la basura, no un apoyo al empleo”.

«Nuestros clientes están respondiendo muy bien»

En Beluga, desde el principio, han seguido ofreciendo comida a domicilio. Así los clientes de siempre y otros nuevos, pueden seguir degustando sus platos sin moverse de casa: “Desde el primer día tomamos la decisión, pensamos en que durante un tiempo, hasta que se vuelva a la normalidad va a ser un apoyo para nosotros. Nuestros clientes están respondiendo muy bien, entienden que no es lo mismo servir un plato de la cocina a la mesa, que tomarlo después de un paseo de 20 minutos en moto. Pero nos apoyan. También algún día hay que descansar, aunque no haya mucho que hacer en casa, y que te traigan la comida ya hecha, es un pequeño lujo que viene bien darse”.

Precisamente, además de mucho papeleo, burocracia, e ir solventando la situación administrativa a la que se está enfrentando, y aunque queda poco margen para la creatividad, están abriendo la linea de comida a domicilio. Algo que le ilusiona y en lo que está poniendo muchas ganas.

Al contrario del resto de sus compañeros que participan en este reportaje, Miguel sí cree que van a tener que reajustar los precios si quieren atraer a la clientela: “El cliente que más propensión tiene al gasto es el turista y no va a existir en un tiempo, y el cliente local, estará mermado económicamente y será muy cauteloso con el gasto.

Creo que en la hostelería no hay batallas de precios, no son “comodities”, ya que lo que ofrece un sitio y otro no es comparable. Lo que cada uno tendrá que ajustar, y mucho, es su relación calidad – precio”. Aunque Miguel sabe por el contacto que mantiene con sus clientes, que estamos todos deseando salir a las calles y volver a los bares, aunque sea con la mascarilla puesta. Distinto es que el bolsillo acompañe para entonces, pero cada uno gastará en la medida de sus posibilidades. El lujoso de una cerveza y unas aceitunas en la barra de un bar, no nos la va a quitar nadie.

Miguel se recrea estos días en buscar momentos para reflexionar sobre cómo vivía antes y cómo quiere vivir: “A nivel personal me ha servido para vivenciar de forma prolongada en el tiempo, algo que ya sabía, que vivo con muchas cosas en la cabeza y con mucha carga de trabajo, carga que me autoimpongo, y que a lo mejor, tanta actividad no tiene sentido. Hay un punto de disfrute, de profundo disfrute, en la quietud que es inalcanzable con la hiperactividad.

Y también me acuerdo especialmente estos días del poema de Kipling If, y una de sus lecciones: “El trabajo de muchos años se puede perder por completo de la noche a la mañana, pero más importante que la pérdida, es volver a empezar con fuerza y sin lamentaciones”.

Pues no podíamos poner mejor final a este artículo que esas palabras de Kipling If a las que hace referencia Miguel Gutiérrez. Ojalá todos ellos puedan abrir antes de lo que está previsto, ojalá se encuentre el tratamiento o la vacuna que nos devuelva a la vida fuera con cierta tranquilidad, entonces habremos perdido mucho, y espero que hayamos ganado también otra forma de vivir. Que lleguemos con salud, que del resto ya nos encargaremos entre todos.

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