Patricio Fuentes es el director del centro El Buen Samaritano, un centro para el que se está llevando una iniciativa solidaria llamada “Mayores Sanos”, puesta en marcha por el grupo de empresarios y directivos del marketing y la comunicación que se hacen llamar “Los 21”. Su objetivo es recaudar fondos que ayudaran a sufragar la adquisición de material de protección sanitario frente al COVID-19
Este es un centro para personas mayores con dependencia que está gestionado por Cáritas Diocesana de Málaga y concertado con el Instituto Andaluz de Servicios Sociales y Plan Gerontológico. Actualmente se alojan allí una 100 mayores, que como sabemos forman parte del grupo de riesgo de este virus. Ellos son los más azotados por esta enfermedad y por tanto, los que necesitan más protección.
La campaña «Mayores Sanos» quiere recaudar hasta 10.000 euros y para fomentar las donaciones se ha puesto en marcha un sorteo de productos que han donado diferentes empresas. Hoy Patricio nos habla, no solo de esta iniciativa, sino de cómo se vive esta situación desde el centro y en qué medida les afecta a sus residentes. Nos acercamos a la labor que hacen con las particularidades que tiene desarrollarla en tiempos de Coronavirus.
Patricio, ¿por qué se decidió llevar a cabo esta iniciativa?
La iniciativa la llevan a cabo una serie de personas cercanas a la residencia, incluso familiares de algunos de los trabajadores de El Buen Samaritano. Es particular, no surge desde Cáritas, lo cual hace que tenga mucho más mérito que estas personas quieran ayudar.
Nos llamaron preguntándonos qué nos hacía falta. Los primeros casos de los detectamos aquí el 11 de marzo, entonces decidí no esperar a las mascarillas que iba a mandar el SAS (Servicio Andaluz de la Salud), que llegaron 3 semanas después, sino que compré todo lo que pude por mi cuenta. Compré mascarillas, batas y líquido desinfectante en grandes cantidades para no quedarme desabastecido, porque en ese momento era lo que se sabía que podía prevenir el contagio.
Además, tuvimos que aislar una zona para las personas que habían dado positivo y reforzar la residencia contratando más personal. Así que cuando me llamaron para preguntarme qué nos hacía falta les dije que ayuda económica para pagar todos los materiales que se han comprado y para ayudarnos a pagar el gasto extra que hemos tenido de personal para poder atender mejor a los residentes.
La iniciativa está teniendo un grandísimo eco en las redes sociales. Los ingresos que se hacen van directamente a la cuenta de la residencia, con lo cual estoy comprobando que muchas personas están aportando su granito de arena.
«Los ingresos que se hacen van directamente a la cuenta de la residencia»
¿Cómo están llevando los mayores esta situación tan difícil?
lo llevan con resignación, con miedo, muchas veces se sienten vulnerables
Los mayores están en su mayoría recluidos en sus habitaciones desde hace ya un tiempo, al igual que otros mayores están en sus casas, pues ellos están en sus habitaciones. Dan paseos controlados, para que no estén a menos de dos metros de distancia y bueno, lo llevan con resignación, con miedo, muchas veces se sienten vulnerables, puesto que ven por la televisión lo que está pasando, y que afecta a las personas mayores y que está afectando a muchas residencias…
Sin embargo, aparte de eso, agradecen muchísimo el trato, la cercanía del personal, los paseos que están dando, y por otra parte, están animados porque están viendo que están bien, que la gran mayoría está bien. Aunque es cierto que ha habido personas que, por desgracia, muy pronto contrajeron la enfermedad e incluso algunas han fallecido.
¿A qué se ha debido la necesidad de contratar más personal?
Se ha tenido que contratar más personal para apoyar a las personas que hemos tenido que aislar porque tenían coronavirus o eran sospechosas de tenerlo. Eso por un lado, y por otro hemos tenido que contratar más personal porque hay que atender a las personas ya no solo en el comedor y las zonas comunes que tenemos, sino en las habitaciones. A esto hay que sumar que hemos tenido muchas bajas de nuestros trabajadores. Algunos tenían síntomas, unos han dado positivo y otros negativo, pero durante todo ese tiempo hemos tenido que contratar mucho personal de refuerzo y sustitución.
¿Cómo es el día a día en el centro desde que comenzó todo esto del coronavirus? ¿Es muy diferente a como transcurría la actividad diaria antes?
Claro, es muy diferente. Antes se hacían muchas actividades, entraban muchos familiares… Ahora está absolutamente prohibido que puedan venir familiares, a no ser que sea algo imprescindible. Esto es algo que se nota mucho. Y por otro lado, muchas actividades que antes se hacían en grupo, como las terapias, ahora no se pueden hacer de esa forma y se hacen individualmente.
A las personas con demencia no las podemos dejar en la habitación todo el día, porque tendrían mucho riesgo de caída o de cualquier otro problema. Con ellas se trabaja de una forma distinta, se les mantiene en un salón juntos pero intentando siempre vigilar y controlar que estén lo más separados posible.
¿Qué es lo más difícil de trabajar con personas dependientes en una situación como esta?
Lo más difícil es controlar algo que es invisible, controlar la presencia de un virus que no sabes por dónde anda.
Lo más complicado fue sobre todo al principio, cuando empiezas a ver que hay personas con fiebre, que tienen síntomas, que no hay pruebas y que incluso alguno de ellos se pone muy grave, o directamente fallece. Lo más difícil es controlar algo que es invisible, controlar la presencia de un virus que no sabes por dónde anda. Por muchas medidas de seguridad que pusimos desde el primer día, por muchas medidas de aislamiento, había personas que manifestaban síntomas. Lo más difícil era intentar por todos los medios que nadie se pusiera con fiebre, que nadie se pusiera malo, porque éramos conscientes de que podría costarles la vida, como así ha sido en algún caso.
Por desgracia estamos viviendo una situación muy triste y compleja, sin embargo de todas las malas experiencias podemos sacar algo positivo. ¿Hay algo que le gustaría destacar en este sentido?
Sobre todo la gran confianza que las familias han depositado en nosotros. El gran trabajo, que yo calificaría de heroico, de algunas personas porque están arriesgando su propia salud, porque han estado trabajando con personas que son o que han sido positivas. Han tenido que atenderlos, bañarlos… Todas esas auxiliares, limpiadoras, lavanderas, personas que han tenido que estar en un contacto estrechísimo con personas que sabíamos que habían dado positivo. En ningún momento les ha faltado el ánimo ni la decisión para decir “yo les cuido”. Para mí eso ha sido lo más heroico y lo más llamativo. Por otro lado, el apoyo de las familias y el agradecimiento mostrado, los residentes salen a las 8 de la tarde a aplaudir a los pasillos a los trabajadores que están trabajando.
Donaciones
Los interesados en realizar un donativo a través de la campaña ‘Mayores Sanos Málaga’ y participar en el sorteo, podrán hacerlo a la cuenta bancaria de Cáritas (ES11 0075 1081 8306 0001 1066), indicando el nombre de la iniciativa. Posteriormente, deberán enviar el justificante a esta dirección de email. Tras verificar que es efectiva la donación, recibirán un número para optar al sorteo que se celebrará el día 21 de abril en directo, en la propia residencia de ancianos El Buen Samaritano.
Si simplemente quiere contribuir de forma anónima y sabiendo que el mejor premio es echarles una mano, solo tiene que hacer el ingreso en ese número de cuenta.