El doctor Sergio Mejía es médico cardiólogo, y aunque reside en Málaga, actualmente se encuentra ejerciendo en primera línea en un hospital de Madrid. Cuando la capital sufría el momento álgido de contagios y hospitalizaciones lo llamó un amigo para que se fuera a echar una mano. No se lo pensó dos veces y se fue. Allí lleva unas semanas trabajando en jornadas maratonianas ayudando a los pacientes con coronavirus. Pero no, esta entrevista no va de cómo está viviendo un médico la experiencia en el hospital. Esta entrevista va de lo que tú quieras extraer de ella.
Sergio Mejía es doctor en Medicina y es cardiólogo, hizo la especialización en la Clínica Universitaria de Navarra. Podría repasar una a una las asociaciones de médicos e investigación de las que forma parte, los cursos de especialización que ha realizado a lo largo de su vida, pero no lo voy a hacer. Si tienes curiosidad por saberlo aquí te dejo el enlace para que lo puedas consultar.
Entre la comunidad científica, entre los médicos, empieza a sonar una corriente cada vez mayor que defiende y trabaja las dolencias del ser humano más allá de lo físico, más allá de lo que se puede ver y tocar. Sergio pertenece a ese grupo que entiende a la persona como a un ser que trasciende la materia. Los detractores, que los hay, de esta visión de la medicina y del ser humano de un modo más integro, como un todo, los acusan en muchos casos de tener una visión esotérica. Metemos en ese cajón la mayoría de las veces aquello que no sabemos explicar, aquello que no queremos ver, porque para verlo necesitamos abrir los ojos del alma.
Él es médico, científico y a mi humilde parecer, un ser que sabe ver más allá. Te puedo adelantar que en esta entrevista vamos a tratar lo que está pasando con el Coronavirus desde una dimensión espiritual. Algunos de los aspectos que tratamos por ejemplo, es sobre qué tienen que aprender los que están pasando el confinamiento solos, qué mensaje nos trae esta pandemia a la humanidad, o cómo cuando crees que por encima de cuerpos somos espíritu, la muerte no existe… Es una entrevista larga, que te va a llevar a leer y releer algunas líneas. Que posiblemente te va a mostrar otro punto de vista, que eres libre de integrar o rechazar. Eres libre para disfrutarla o enfadarte y eres libre para elegir dejar este artículo aquí, en este punto. Lo único que te pido en todos los casos, es respeto.
«Tengo mente de científico e intento ver el mundo espiritual no desde la creencia sino desde la experiencia»
Sergio, lo que está pasando está contribuyendo a que despertemos de alguna forma nuestra conciencia, que valoremos los momentos sencillos que antes dábamos por hecho y que ni siquiera reparábamos en el regalo que se nos ofrecía. ¿Nos va a servir todo esto para valorar y agradecer más?
«Veo una oportunidad inmejorable para que cada uno valore su vida»
Es una respuesta que doy basado exclusivamente en mi opinión personal. Dicha opinión se nutre del hecho de que tengo mente de científico y que intento ver el mundo espiritual no desde la creencia sino desde la experiencia. Es conocido el dicho “nadie escarmienta en cabeza ajena” y parece que ha llegado el momento en que todos estamos teniendo la oportunidad de escarmentar en cabeza propia. A día de hoy mucha gente sigue pensando que cuando salgamos del confinamiento volveremos al mismo mundo con los mismos ajetreos, los mismos quebraderos de cabeza. Hay otros que aseguran que vivimos una época anunciada desde hace mucho tiempo y que nada volverá a ser igual porque hemos emprendido un cambio hacia un mundo mejor. Habrá quien aproveche para valorar y agradecer como bien dices y seguro que habrá quien siga sin cambiar. Desde mi perspectiva, veo una oportunidad inmejorable para que cada uno valore su vida, se plantee verdades profundas, deje lo superfluo que pueda haber impregnado vidas durante décadas y se encuentre con que hay algo más profundo que merece la pena ser explorado y desarrollado.
Desde hace unos años se habla de un despertar de conciencias hacia otra realidad más espiritual que hasta entonces pocos tenían presente, ¿es esto un medio para acelerar ese despertar de la humanidad?
En términos coloquiales aceptados socialmente, cuando vemos un evento de los que llamamos “malos”, como puede ser un acto violento o injusto, lo calificamos como oscuro, gris, negro, bajo. Son palabras que identificamos con lo que nos afecta negativamente. Por el contrario, un evento “bueno” de compasión, de amor, de afecto, se identifica con palabras como luz, blanco, alto, virtud. La evolución de la humanidad como raza ha ido de abajo hacia arriba, de lo oscuro a la luz. Es evidente que, aunque sigue habiendo muchas cosas que mejorar, la tendencia es a detestar cosas tan negativas como la esclavitud, la diferencia injusta entre hombres y mujeres, las diferencias sociales, etc. Hay una teoría que se conoce como la “teoría del centésimo mono”.
Cuando se quiere cambiar un hábito determinado en un grupo de animales salvajes, empiezas uno a uno dándoles, por ejemplo, un alimento nuevo al que no están acostumbrados. Inicialmente cuesta, los primeros se resisten, pero cada día vas alimentando más y más individuos de esa sociedad concreta con un alimento nuevo. Se sabe que cuando llegas a una masa crítica (que en el ejemplo se consigue con 100 monos comiendo una fruta nueva), de repente toda la población, completa, incluso aquellos que no habían sido invitados de manera individual, empiezan a comer esa nueva fruta por propia iniciativa. Las masas tienen un movimiento cuántico y nosotros no somos la excepción. Ha llegado un momento en que se ha conseguido una masa crítica en el número de humanos que son conscientes de su esencia espiritual y no solo material, y eso está teniendo su efecto cuántico en el resto de los componentes de esta población humana de comienzos del siglo XXI.
«Se ha conseguido una masa crítica en el número de humanos que son conscientes de su esencia espiritual y no solo material»
Están produciéndose cambios a nivel energético, ¿podrías decirnos cuáles son los principales o los que están teniendo más fuerza?
«La frecuencia Schumann está en sintonía con las ondas alfa del cerebro humano»
La llamada “Resonancia Schumann” es un conjunto de frecuencias electromagnéticas de la tierra medibles desde su descubrimiento en los años 50 por el Dr Wilfred Otto Schumann (de ahí su nombre). Estas frecuencias se encuentran en el sistema tierra-ionosfera. Según wikipedia “La ionosfera es la parte de la atmósfera terrestre ionizada permanentemente debido a la fotoionización que provoca la radiación solar. Se sitúa entre la mesosfera y la exosfera, y en promedio se extiende aproximadamente entre los 80 km y los 400 km de altitud, aunque los límites inferior y superior varían según autores y se quedan en 80-90 km y 600-800 km respectivamente.” En física a esta resonancia Schumann se le conoce como “onda transversal-magnética” y se ha comprobado que estas ondas resonantes vibran en la misma frecuencia que las ondas cerebrales humanas y de todos los mamíferos. Desde su descubrimiento hasta la década de los 80, el valor de esta frecuencia era 7,8 Hz pero desde 1980 empezó a elevarse progresivamente a más de 12 Hz. Durante los primeros meses de 2017 superó los 30 Hz. Se dice que la frecuencia Schumann está en sintonía con las ondas alfa del cerebro humano y con los estados theta, por lo tanto, puede ser que esta aceleración se sienta a menudo como si el tiempo se hubiera acelerado y los eventos y los cambios en nuestra vida ocurrieran con más rapidez.
Se puede concluir entonces que la consciencia humana puede impactar el campo magnético de la Tierra y crear disturbios en él (y viceversa) particularmente durante momentos de ansiedad alta, tensión y pasión. En este momento, así es el tiempo que vivimos. De acuerdo a la neurociencia, los registros de frecuencia mayores a 36Hz están más relacionados con un sistema nervioso estresado que con un sistema nervioso saludable y relajado. Estos momentos de alto estrés a nivel colectivo también se ven afectados por un ambiente altamente cargado a nivel político, social, económico y personal y muchas personas lo sienten mucho más evidente y más acelerado cada vez. Hubo una convocatoria para una meditación global aprovechando la fecha del 4 de abril del 2020 (en numerología la fecha 04 04 2020 se simplifica en 444). Se ha registrado un incremento impresionante en el momento en que millones de personas estaban meditando con la intención de cambiar este mundo para mejor. Dicen que en ese momento se superaron los 76 Hz lo que pudo haber supuesto un cambio en el campo electromagnético del planeta y por ende una buena sacudida para las energías de baja cualificación.
En este entorno de alta vibración es normal que cada vez tenga menos sitio lo que tiene vibraciones inferiores y que las personas y los mamíferos nos veamos empujados a “elevar nuestra vibración” para podernos adaptar a esas frecuencias mayores. De lo contrario aparecen un montón de síntomas derivados de la incompatibilidad de frecuencias.
Hay diferentes formas de afrontar esta situación por parte de los ciudadanos. Unos se quejan, están desesperados y con ataques de ansiedad mientras que otros están aceptando la situación, siguiendo las normas, y aprovechando para replantearse qué están haciendo con su vida y cómo quieren que sea cuando esto pase. ¿Significa eso que se está en distintos momentos de evolución de la conciencia?
«Cada uno está en el momento que está. Ni mejor ni peor»
Imaginemos el patio de recreo de un colegio que tiene la primaria y la secundaria en el mismo recinto. En medio del descanso, con el patio lleno y sin previo aviso, suena un trueno y se echa a llover. Algunos que llevan chaqueta con paso tranquilo se dirigen al pasillo cubierto. Las chicas que tenían el pelo arreglado corren como si hubieran visto un fantasma. Alguno tropieza y cae. Unos críos de primero de primaria rompen a llorar. Otros del mismo curso empiezan a saltar por los charcos y a disfrutar de estar totalmente mojados. Cada uno está en el momento que está. Ni mejor ni peor. Ni superior ni inferior. Mayores algunos sí en términos de edad pero no por ser cualitativamente mayor o mejor que otro. Todos los alumnos del colegio han sido sometidos a un estrés inesperado y cada uno ha sacado a relucir su forma de ser, sus herramientas y sus carencias. Para un número será un disgusto y para otro número será un momento divertido.
El “colegio” planeta tierra sigue un proceso, dentro de un sistema planetario que está en constante evolución, generando también su interacción energética con nuestro entorno del cual no somos para nada independientes. En este aquí y ahora se están dando unos cambios intensos que sacan de cada persona su forma de ser, sus programas aprendidos desde la infancia y trasmitidos por sus ancestros familiares, sus herramientas, sus carencias. En definitiva, el ser humano solo puede experimentar dos tipos de sentimientos y emociones: las del bloque del amor y las del bloque del miedo. Y como no somos rígidos, la danza de emociones/sentimientos pueden ir de un extremo a otro y tenerte un día optimista y al día siguiente estar preocupado y temeroso.
«En este aquí y ahora se están dando unos cambios intensos que sacan de cada persona su forma de ser»
Qué duda cabe, y es como pasa en los colegios, que los de último año de secundaria tienen un comportamiento más maduro que los chavalillos de primaria. También como colectivo, los profesores más mayores sabrán identificar cuándo están ante un colectivo más o menos maduro; más o menos unido; más inclinado hacia el miedo o hacia el amor. Esto se verá con la celeridad con la que el patio queda vacío en medio de la tormenta. Unos irán solos a toda velocidad, otros niños serán llevados en brazos por un mayor y al final, con más o menos agua en el cuerpo, todos juntos se pondrán a cubierto y esperarán a que pase la tormenta.
«Prima el libre albedrío»
En el plano que vivimos y habitamos prima el libre albedrío. Nadie es forzado a nada. No es una obligación despertar. Pero la naturaleza y las leyes del universo siguen su curso. El océano no está pendiente de si las gotitas que lo forman están o no estresadas. El océano fluye con el conjunto de la naturaleza, las fases lunares, las estaciones y todo aquello que lo afecte. Las gotitas que no se adaptan, se quedan fuera del océano. Igual está pasando ahora. Se vivirá en frecuencias altas, de luz, de amor, de bondad, de amor. Todo aquello que no vibre o que no tolere dicho ambiente, simplemente se irá a otro sitio donde esas vibraciones más bajas sean compatibles.
«Atraes aquello que vibra en la misma frecuencia que tú»
Leí hace poco que con quien te esté tocando vivir el confinamiento, son tus maestros. ¿Qué mensaje hay para todas esas personas que lo están pasando solas en casa?
«Cada persona que se cruza contigo presenta una enseñanza»
El mundo que ves es simplemente el reflejo de lo que tú eres. Atraes aquello que vibra en la misma frecuencia que tú. Todo lo que la vida te presenta en cada instante es una oportunidad para aprender, para evolucionar, para encontrar la salida de este laberinto que es la dualidad de lo que se conoce como tercera dimensión. Siempre ha sido así. Antes o durante el confinamiento, cada persona que se cruza contigo presenta una enseñanza. Enseña algo y te da la oportunidad de aprender eso que enseña. Por otro lado, es mucho lo que tiene que aprender una persona que se ha quedado sola durante una cuarentena. Es la oportunidad ideal para tener todo el espacio, todo el tiempo y toda la disponibilidad para encontrarse con su alma, con su esencia más elevada y empezar a escuchar los mensajes de “las alturas” que le reconducirán a una vida plena. Puede ser también un simple premio porque muchas personas disfrutamos del tiempo en solitario, sin ruidos, sin interrupciones, con todo “el tiempo del mundo” para disfrutar.
«Todo lo que la vida te presenta en cada instante es una oportunidad para aprender, para evolucionar»
Esta pandemia está afectando con especial crudeza a los mayores, a esos que en la mayor parte de la historia se les trataba como sabios y que en la sociedad pre-coronavirus casi se les ignoraba. ¿Se nos está dando un toque de atención en este sentido?
«En un universo que es Amor, la muerte no existe»
La ciencia más elevada no es la ciencia de lo material sino la ciencia de lo espiritual. Históricamente los asuntos no materiales han sido asignados a la religión, a la creencia o se les rotula popularmente como de asuntos esotéricos. La prueba inconfundible e irrefutable ha sido hasta ahora la muerte. El cuerpo humano con los cinco sentidos “normales” solo puede percibir otros cuerpos. Aquel que tiene capacidades “paranormales” puede ver otras cosas, aunque no es lo que sucede con la mayoría de la humanidad a día de hoy. Eso es lo que se viene. Con el desarrollo de nuestras fibras de ADN dormidas, gracias a la elevación de la frecuencia vibratoria de la superficie del planeta mencionada en una pregunta anterior, seremos capaces de comprobar, sin necesidad de morir, que somos de una naturaleza fundamentalmente espiritual, viviendo una experiencia encarnados en cuerpos materiales. En un universo que es Amor, la muerte no existe. Dejas un cuerpo, pero tú no mueres. Ahora sabemos que las vidas que vivimos en estos cuerpos son planeadas con antelación, en compañía de otros seres que nos acompañan (guías, el ángel de la guarda, etc) y entre otras cosas, en el plano espiritual, durante las sesiones de planificación de nuestra vida, unas de las cosas que decidimos son las fechas posibles y las formas de “muerte”.
«La ciencia más elevada no es la ciencia de lo material sino la ciencia de lo espiritual»
Tú vas desarrollando tu vida con unos estados de vibración determinados según tus aprendizajes y logros. Como en un mapa de metro, si vas por una línea terminarás en la estación tal junto a otros viajeros. Si vas por otra línea, terminarás en la estación cual junto a otros viajeros diferentes. Si tu vida te condujo a una residencia de ancianos de Madrid en la que un alto porcentaje de residentes falleció por la pandemia, puedes estar convencido (de hecho, lo están ya “en sus propias carnes”) de que fue una de las líneas posibles en tu vida. Y como tal, el virus que te liberó de esa vida limitada en un cuerpo de anciano en una residencia, lejos de tu familia, en lugar de un castigo fue una bendición. Para poder entender esto sin sufrir, es necesaria la percepción de la vida espiritual, eterna e infinita. Para todo aquel que no ve mas allá de un cuerpo, la muerte es siempre fuente de miedo y sufrimiento en este plano, hasta que vive la suya propia y entonces descubre la realidad que sus sentidos físicos le ocultaban.
«Para poder entender esto sin sufrir, es necesaria la percepción de la vida espiritual, eterna e infinita»
Evidentemente puede ser también un toque de atención a la sociedad que por un afán de hacer dinero o por una real necesidad de supervivencia, hizo a un lado a sus mayores. En el mundo que viene, la compasión y la fraternidad serán algunos de los ingredientes que nos devuelvan la libertad, la abundancia de recursos que es nuestro derecho de nacimiento, y la armonía social que tanto anhelamos en nuestro interior.
Vivimos en la era de las apariencias y la imagen, y esto nos está dejando a todos sin mechas, con canas, sin acceso a centros de belleza y los gimnasios, ¿supone una vuelta a lo natural, a la esencia, en todos los sentidos?
«Supone una lección de desapego de lo material incluido tu cuerpo»
Supone un encuentro con la realidad que nos hemos acostumbrado a disfrazar y supone una lección de desapego de lo material incluido tu cuerpo. Es bueno querer tener un buen aspecto. Es bueno mirarte en el espejo y gustarte. Es bueno si está hecho con desapego, sin estrés, sin afán de ocultar lo que realmente eres. No es bueno si es fruto de un rechazo hacia alguna característica de ese cuerpo. Es único, irrepetible, perfecto y que deberíamos agradecer a diario, porque es realmente el templo que contiene nuestra esencia más elevada y que manifiesta nuestra divinidad en este plano. El respeto a ese cuerpo nace de la aceptación y el agradecimiento y, entre otras cosas, es la fuente de la salud. El desprecio del cuerpo genera estrés, tristeza y enfermedades. Es bueno y recomendable aceptarlo y quererlo tal cual es. Es la imagen de lo que tú eres, de la vida que llevas y eso es digno de amor y admiración.
Sergio, gente que antes dormía fatal y tenía insomnio, ahora asegura estar durmiendo súper bien, mientras otros aseguran que están teniendo sueños muy reales, muy fuertes, y que se están produciendo sincronicidades…
En una situación anormal es explicable que todo cambie. Si tienes un contrato laboral, tienes la suerte de mantener la nómina y encima estás en casa sin trabajar, es lógico que puedas dormir mejor que aquel que tenía, por ejemplo, un negocio de éxito que le permitía dormir bien, pero que como autónomo ahora se encuentra en una situación de apremio. Esta puede ser una explicación muy simplista pero es real. Podríamos meternos en el fabuloso mundo de los sueños, de los viajes astrales, de lo que son los cuerpos sutiles y qué hacen mientras dormimos, pero creo que no acabaríamos la entrevista.
Entiendo y comparto que la forma de vivir que teníamos hasta ahora, con ritmos frenéticos y una escala de valores en la que priorizábamos lo material, no nos hacía felices. Muchas personas con las que he hablado en estos días me decían que a pesar de lo duro que está siendo todo y el coste de vidas humanas, se han dado cuenta ahora de que les hacía falta parar. ¿Lo hemos atraído entre todos?
Es una pregunta con varios puntos. El más importante que se me antoja mencionar es esa tendencia a la culpa que nos caracteriza. ¿Tenemos que sentirnos culpables por haber atraído esto y por haber tenido una escala de valores priorizando lo material? No. Debemos siempre tener presente que encarnar en un planeta que te ofrece la posibilidad de vivir en un plano dual, de “bien” y de “mal”, de blanco y negro, de “policías y ladrones”, es precisamente para vivir y sentir esa dualidad, ese miedo, esa inseguridad, esa ignorancia, esa enfermedad, esa muerte, que no es real pero que lo parece desde aquí.
«Son almas que han elegido este momento para partir»
Desde la percepción espiritual, eliminamos el concepto muerte por lo que, la frase “coste de vidas humanas” pierde sentido. Son almas que, como he mencionado antes han elegido este momento para partir, bien sea a otro plano de la existencia muy lejos de este, o para quedarse trabajando aquí desde ese plano que está lleno de “gente” también. Los campos que abarca la ciencia están cambiando. La ciencia a la que estamos habituados no incluye la parte espiritual del ser humano y le deja eso a la religión y al esoterismo. La astrología puede explicar perfectamente lo que estamos haciendo aquí en este preciso momento y te permite darte cuenta de que esto no es un error ni necesitamos exclamar: “Ups, hemos atraído un virus y una pandemia”. Más bien te permite analizar los elementos de lo que está pasando, el cambio de era avisado durante más de dos mil años y que esta puede ser la mejor línea de tiempo que pudiéramos haber elegido para este experimento: la ascensión de un planeta fuera de la dualidad, con vida inteligente dentro. Es realmente apasionante.
«Encontrar tu parte espiritual te permite vivir una vida plena, sin miedo, sin apego al plano material»
«Toda la humanidad está viviendo una experiencia cercana a la muerte»
Encontrar tu parte espiritual te permite vivir una vida plena, sin miedo, sin apego al plano material. Le pasa a la gente que ha tenido una experiencia cercana a la muerte o una enfermedad de mal pronóstico a la que ha sobrevivido. Es gente cuya perspectiva de vida cambia radicalmente. Se levantan y agradecen un nuevo día. Saben de la temporalidad. Incluso han podido ver el “más allá”. No son pocas, pero son discretas. No lo cuentan con facilidad. Ahora mismo toda la humanidad está viviendo una experiencia cercana a la muerte. Se ha visto despojada de sus playas, de sus bares, de sus sitios de trabajo y de recreo. Está siendo obligada al desapego al que son sometidos los que saben que se van a morir. Es precisamente esa “noche oscura” del alma la que ha llevado al despertar de los grandes maestros espirituales de todas las religiones y culturas. Será precisamente esta experiencia de desapego colectivo la que nos lleve al despertar como raza y a manifestar “el cielo en la tierra”. Termino con una pregunta retórica: ¿Vivimos solamente una vida?.
Algunos pueden seguir trabajando ya sea de manera presencial o teletrabajando, mientras que a otros los ha frenado en seco y tienen todo el tiempo del mundo, ¿hay mensajes distintos que asumir para unos y para otros?
«No hay dos caminos iguales»
No hay dos seres iguales. No hay dos caminos iguales. Cada uno tiene sus mensajes, su propósito de vida, su campo de acción, sus lecciones, sus deudas Kármicas, sus ancestros. Cada uno es individual e irrepetible y tiene un papel que nadie puede remplazar, siendo a la vez prescindible. Si tú no estás, el mundo no se detiene. Pero nadie podría hacer lo que tú has hecho en tu vida sin dejar de ser el otro. Solamente tú puedes hacer todo lo que tú has hecho y harás, en esta vida, en las anteriores y en las venideras. La vida es eterna y no se acaba. A veces encarnas, a veces no, y hay universos de todo tipo para estar siempre disfrutando, aprendiendo, cambiando, expandiendo esta maravilla de creación de la que formamos parte.
«Solamente tú puedes hacer todo lo que tú has hecho y harás»
Llevas muchos años trabajando en medicina integrativa donde se tiene en cuenta todos los aspectos del ser humano, incluida la parte espiritual y su relación con el cuerpo físico y las enfermedades que manifestamos. Hay gran parte de tus compañeros médicos que siguen incluso negando esto…Precisamente para los sanitarios esta pandemia ha supuesto un incremento notable de su actividad por un lado, y por otro está sirviendo para que la sociedad los valore. Por primera vez, se valora más a un científico que a un futbolista…
Llegará un momento en que el término “medicina integrativa” sea redundante. En este momento de cambio, tenemos la ciencia de lo material por un lado y la ciencia que incluye lo espiritual por otro. Esta última tiene la tendencia a incluir las terapias sanadoras de orden natural que son las que ofrece la tierra, ampliamente desconocidas para la otra ciencia. Es un proceso y vamos avanzando a buen ritmo.
«Cada uno tiene su papel»
Puede ser un poco tópico lo de que se valora más a un científico que a un futbolista. Nunca he visto a un paciente con un infarto en urgencias llamar a un futbolista para que le atienda. Cada uno tiene su papel. Cuando no estás enfermo no te acuerdas de los sanitarios. Cuando no tienes hambre no piensas en comida. La sociedad retribuye a sus individuos según el nivel de vibración. El negocio del fútbol mueve tanto dinero porque los estadios están llenos y los aparatos de televisión marcan históricos de audiencia con determinados partidos. No sucede igual con otros deportes. Es una lógica manifestación de la ley de causa y efecto, una de las fundamentales leyes que rigen nuestro universo. No está bien y no está mal. ¿Quién no recuerda el subidón de energía y el enorme placer que sentimos cuando el gol de Iniesta? Ahora que tenemos una pandemia, evidentemente nadie quiere a Iniesta más que a la comunidad de científicos que deben trabajar a destajo para encontrar un remedio que nos devuelva la paz, y los sanitarios se convierten en los héroes de turno. Es simple ley de causa efecto.
También esta sensación de escasa retribución tiene que ver con el amor condicional. Dar a cambio de un buen sueldo. Dicen los expertos que el tiempo de satisfacción de un empleado tras un aumento de sueldo es de 6 meses. Cuando seamos capaces, y estamos en camino, de combinar el amor incondicional y la ley de atracción de abundancia, nadie se sentirá mal pagado, no habrá pobreza, no habrá necesidad material ninguna. Seguro que te suena la frase “el que tenga ojos para ver, que vea”. Cada vez hay más gente “viendo”.
«La pleonexia es la necesidad de llenar las necesidades de tu espíritu con cosas materiales»
Aristóteles describió una enfermedad: La pleonexia. Es la necesidad de llenar las necesidades de tu espíritu con cosas materiales. Seas consciente o no de que eres un espíritu, tú no aceptas la muerte y no aceptas las cosas finitas. Eso es porque ERES eterno e inmortal y por ende, quieres “inmortalizar” los momentos en fotos y vídeos, y te molesta profundamente que las cosas se acaben. ¿Qué haces entonces cuando tienes apego material? Comprar y comprar y comprar, para cada vez estar más lleno de vacío.
Cuando descubres el verdadero valor de lo espiritual te aficionas a las cosas que son gratuitas tal como paseos por la naturaleza, puestas de sol, moragas con guitarras en la playa, ratos de lectura y música; y eres capaz de repetir con Francisco de Asís: “Necesito poco, y lo poco que necesito, lo necesito poco”. Estamos atrayendo más abundancia para la sociedad en general. De eso se tiene que encargar cada uno. Llegará el momento en que, repito, nadie se sienta “mal pagado”.
Muchas personas se están yendo sin poder despedirse de los suyos, ¿nos está dando esto una lección importante de que no dejemos para mañana los “te quiero” que podamos decir hoy?
Eso no es nuevo. Muertes en accidentes y muertes súbitas inesperadas a cualquier edad han ocurrido siempre. Ahora tenemos una pandemia online y televisada. Eso le da un toque de realidad a las personas que no trabajan como yo en un medio hospitalario y que llevamos conviviendo toda la vida con la muerte. Siempre es importante expresar el amor, pero no desde esa condición de que; “es como un día te vas a morir pues te digo te quiero hoy”. Es importante vivir el presente, vivir enraizados en cada momento, mientras seguimos teniendo esta percepción de tiempo lineal, que es otra de las cosas que también pasarán. Desde la perspectiva espiritual la muerte ni es el final ni significa un adiós. Significa un hasta luego, con un alma con la que tal vez has vivido la misma experiencia en ocasiones anteriores.
Esto nos ha dado una torta con la mano abierta y nos ha recordado que somos vulnerables, que no somos invencibles, ¿cómo crees que va a transformar nuestra forma de vivir cuando esto pase?
Definamos dos conceptos de un libro que se llama “Un curso de Milagros”.
Percepción invertida: Eres un cuerpo, vulnerable, mortal; Nada más.
Percepción correcta: Eres un espíritu, inmortal, ocupando temporalmente un cuerpo que, como tu coche, tiene “los días contados” y que solo contiene una pequeña parte de ti. Eres espíritu y cuerpos, independientemente de que lo sepas o no. Lo que si puedes hacer es percibirte de forma correcta o invertida.
Para el que vive la percepción invertida, pues sí, esto es una torta con la mano abierta que le recuerda que es vulnerable, mortal y que no las tiene todas consigo. Para el que vive la percepción correcta, esta es una muestra más de su inmortalidad, de su invulnerabilidad, porque, tanto si se muere por el virus como sino, sabe que está siguiendo “el plan de tu alma” (libro altamente recomendable) y que allá donde vaya, con cuerpo o sin el, estará siempre seguro.
No sé cómo afectará la forma de vivir individual de cada uno. Esto apenas está empezando. Como sociedad vamos camino de construir el mundo que John Lennon describió en su canción “Imagine”.
«Estamos aquí para asistir a un cambio de paradigma en vivo y en directo»
Sergio, una pregunta arriesgada: ¿desaparecerá el coronovirus cuando aprendamos la lección? ¿Qué nos falta para ello?
«La pandemia real es el miedo al coronavirus»
La pregunta lleva implícito el concepto de castigo por no haber aprendido una lección, que no comparto. La raza humana de la superficie de este planeta no es el centro del universo. Somos, por aplicar un símil, las neuronas y las células operadoras de una parte de este planeta, que dicho de paso, hay que aprender a ver como un ser vivo que respira y que es consciente de cada uno de nosotros. Hemos encarnado aquí, en este momento de transición entre un mundo dual y un mundo no dual, precisamente para aprender mucho, para tener estas experiencias fuertes, y para asistir a un cambio de paradigma en vivo y en directo. Se dice que los planetas, como seres vivos, realizan estos saltos evolutivos sin vida dentro. Esta vez todos los cuerpos de los seres vivos de la Tierra estamos asistiendo a un cambio monumental. Evidentemente cuando el cambio se realice y nosotros podamos entonar el “misión cumplida”, el coronavirus será recordado con un matiz diferente. ¿Qué nos falta para ello? Más tiempo y más gente despierta.
La pandemia real es el miedo al coronavirus. Igual que cuando estás en un bosque oscuro tienes miedo al oso, aunque no haya oso. Con la percepción invertida, no puedes ver en este bicho más que un castigo, una tortura, una auténtica pesadilla que se llevó a la gente y que dejó un sistema financiero corrupto y podrido en la ruina. Con la percepción correcta, puedes ver en este bicho la dichosa herramienta que por fin consiguió hacer una demolición controlada de ese sistema financiero corrupto y podrido, que nos arrancó de cuajo el apego a tantas cosas superfluas y que dio el silbato de salida para el nuevo mundo que vamos a construir.
«Necesitamos un viaje al interior de nuestro corazón porque es allí donde cada uno puede encontrar las respuestas a todos los interrogantes»
Como médico que además está en el lugar donde hay más afectados, Madrid, por la evolución de la enfermedad, ¿cuándo crees que vamos a ir recuperando cierta normalidad?
“El poder del ahora” es un magnífico libro. Vivo para cada día. Da igual lo que yo diga, lo que yo crea. Ahora mismo no hay ningún experto en el mundo que pueda dar una respuesta basada en evidencias, porque esto no había pasado nunca. Normalidad definida como volver al mundo que acabamos de ver colapsar, a esa normalidad no creo que volvamos. Necesitamos cintura para adecuar nuestra actividad económica, necesitamos buena voluntad para ayudar al que lo necesite y necesitamos un viaje al interior de nuestro corazón porque es allí donde cada uno puede encontrar las respuestas a todos los interrogantes, desde la más absoluta paz.
El otro día un taxista en Madrid me dijo que iba a sobrar trabajo porque el ser humano siempre se levanta y de esta crisis nos íbamos a levantar y además fortalecidos. Mente abierta. Búsqueda espiritual. Amor y compasión en lugar de competencia desmedida. Con este equipaje, no habrá nada que temer.
Artículo de la cita de Cenas con Chispitas con Sergio Mejía