Los especialistas de las clínicas dentales, como el resto de sanitarios, pertenecen a ese grupo de profesionales en los que es imposible guardar la distancia de seguridad en el desempeño de su función. Aún así han seguido haciendo guardias durante las semanas más estrictas de confinamiento y ahora se incorporan de lleno a la nueva normalidad. Es el caso de Gross Dentistas, donde todo el equipo se incorporó al completo la semana pasada.
Poco a poco tenemos que adaptarnos a esta nueva situación y será necesario respetar las medidas de seguridad que se imponen y las que se recomiendan. En la clínica, donde ya se usaban estrictas medidas higiénicas, se ha reforzado el protocolo y se han adaptado a las normas actuales.
Concha Gross, doctora en la clínica Gross Dentistas de Málaga, una empresa familiar con más de 40 años de experiencia, nos explica cómo se ha trabajado a lo largo de todo el estado de alarma y los cambios que han tenido que adoptar para garantizar la seguridad de personal y pacientes.
Dra. Gross, ¿cómo ha evolucionado el volumen de trabajo en la clínica a lo largo del estado de alarma?
La clínica se mantuvo abierta todo el estado de alarma, aunque solo para tratamientos de urgencia con una doctora y un higienista. Sobre la mitad de la cuarentena, por el gran volumen de urgencias que había, se incorporaron una segunda doctora y una segunda higienista, y el día 4 se incorporó una tercera doctora. El resto del equipo nos incorporamos el lunes pasado, el 11 de mayo.
En esta reincorporación al trabajo “normal”, ¿cuáles son los cambios más significativos?
Hemos notado muchísimos cambios. Hemos tenido que adaptar muchas medidas de seguridad y muchos protocolos diferentes a la hora de tratar a los pacientes, algo que ha hecho que varíe absolutamente todo dentro de la clínica. Ahora tenemos que ir equipados con EPIs lo que supone llevar doble mascarilla, guantes dobles, batas especiales, gorros, gafas y pantalla. Luego, cada gabinete está preparado y esterilizado de una manera especial, está todo cubierto con film de plástico y se usa material desechable o con una especial esterilización entre uno y otro. Digamos, que es mucho tiempo de preparación de gabinete para que pueda acceder el paciente.
«Hemos tenido que adaptar muchas medidas de seguridad»
Por eso, lo que estamos intentando es que en una sola visita el paciente se haga todos los tratamientos que necesite y que se permitan en una misma sesión. Así contribuimos a que no tenga que estar viniendo varias veces.
¿Qué medidas tienen que seguir los pacientes?
Cuando piden su cita les avisamos de que lleguen puntuales pero no antes de tiempo, así se reduce el tiempo que están aquí y evitamos que coincidan en la sala de espera con otros pacientes. Además se han habilitado y reordenado los sillones para que tengan un margen de seguridad, se les avisa por mensaje que acudan con su mascarilla, que vengan sin pulseras, relojes o complementos y que tienen que venir sin acompañante.
«Les facilitamos unos patucos, gel hidroalcohólico, y si no traen mascarilla les damos una«
Una vez que llegan, les facilitamos unos patucos, gel hidroalcohólico, y si no traen mascarilla le damos una o una pantalla facial, les tomamos la temperatura y firman un cuestionario de salud y consentimiento especial con las medidas del covid-19. Después de eso ya pueden entrar a la consulta. Intentamos que entren directamente al gabinete y que no tengan que esperar.
Una vez que el paciente está dentro del gabinete, intentamos que nadie entre al gabinete ni salga de él, con lo que, si hay que acudir a por algún material o hacer algún revelado de radiografía, hay una persona encargada simplemente de facilitar a cada gabinete lo que necesite, para que no haya mucho tránsito. La clínica muy grande, tenemos 10 gabinetes, y por lo tanto hay mucho movimiento.
Uno de nuestros objetivos es que los pacientes se crucen entre ellos y con el personal de la clínica lo menos posible. Se ha puesto una señalización especial en los pasillos para que el paciente solo, siguiendo nuestras indicaciones, pueda acceder al gabinete y tenga el menor contacto posible con el resto de personal de la consulta.
¿ Se percibe miedo en el ambiente de trabajo o en los pacientes?
«Ya estábamos acostumbrados a adoptar medidas de seguridad«
Nosotros no tenemos miedo, y el paciente en general, tampoco. Entran tranquilos, lo que se agradece porque te lo transmiten. El hecho de que lo vean todo tan preparado y tan limpio contribuye a que se sientan seguros. Y es que al final nosotros los dentistas estamos acostumbrados a trabajar con muchos virus.
Ya estábamos acostumbrados a adoptar medidas de seguridad, a trabajar con mascarillas, con EPIs, con gafas… Ya había pacientes a los que les hacías una historia clínica y veías que podían tener un virus de transmisión y todas estas medidas las adoptabas, lo que pasa es que la adoptabas en determinados pacientes, y ahora lo haces con todos. Te podría decir que venir a la clínica es mas seguro que ir al supermercado.
¿Cómo cree que se plantea el futuro en su profesión?
La odontología va a cambiar porque este es un virus al estamos muy expuestos por las características de nuestro trabajo. Se transmite por vía aérea, y a través de partículas de aire, y nosotros estamos a 20 centímetros de la boca del paciente y generando muchos aerosoles. Al final, tenemos que garantizar la seguridad tanto para los trabajadores como para los pacientes y todas las medidas que se están aplicando se van a quedar por ahora mucho tiempo. En principio, al menos, hasta que salga la vacuna, y luego habrá muchas medidas que por seguridad van a prevalecer.
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Esto ha venido a cambiarlo todo. Se necesita maquinaria específica para garantizar que el virus no está en el aire cuando entra el siguiente paciente, se necesita añadir a la cita el tiempo que se usa para desinfectar, y todo eso supone una inversión en dinero y en tiempo. Entonces, las clínicas dentales van a tener dos opciones: o seguir el mismo ritmo de pacientes para poder seguir manteniendo la facturación que tenían y mantenerse a flote, en cuyo caso es imposible garantizar esa seguridad; o si quieren hacer todo este protocolo su facturación se va a ver muy mermada, van a emplear muchas más horas, e incluso habrá puestos de trabajo que varíen lo que estaban haciendo y se dediquen únicamente a garantizar la esterilización de los espacios y los materiales , y al final todo se traducirá en menos ingresos. Es complicado encontrar un equilibrio pero está claro que lo más importante, y lo que tiene que primar, es darle mayor seguridad al paciente, y para nosotros por ejemplo, aunque suponga un descenso de la facturación, esa es nuestra máxima y eso es lo que estamos haciendo.
Fotografías: Lorenzo Carnero