Las iglesias han vuelto a abrir sus puertas. Durante la Fase 1 se pueden celebrar misas con aforo reducido al 30% de la capacidad máxima de la parroquia y manteniendo las distancias de seguridad. Con la entrada de Málaga en esta fase, son muchos los fieles que han podido reencontrarse con su fe después de más de dos meses sin acudir presencialmente a misa.
Nuestro fotógrafo, Lorenzo Carnero, ha capturado el emocionante momento en el que, por primera vez después del confinamiento, la Iglesia de San Juan, en Málaga capital, recibía a sus fieles para la comunión. El Padre Felipe Reina nos cuenta cómo ha sido la experiencia.
“La reacción ha sido muy buena, la gente estaba ansiosa por volver a la iglesia”, explica el Padre Felipe, que ha celebrado todos los días una misa a las doce del mediodía a puerta cerrada. “Celebraba misa con los bancos vacíos. Volver a ver los bancos con personas ha sido muy emocionante y gratificante”, asegura. De media, esta iglesia está recibiendo unos cincuenta visitantes que acuden a cada misa, aunque el aforo máximo actual del que disponen es de setenta y cinco personas.
Esta vuelta a la actividad no está exenta de cambios, ya que la iglesia ha tenido que adaptarse para garantizar que se cumplan las medidas sanitarias: “Hemos habilitado una separación de dos metros en los bancos y los hemos señalizado con carteles indicativos. Además, cuando las personas llegan pueden usar gel desinfectante, que hemos puesto en la entrada, para limpiarse las manos”, explica. «Todo el mundo lleva mascarilla. La gente ha sido muy obediente”.
“Hemos habilitado una separación de dos metros en los bancos y los hemos señalizado con carteles indicativos»
Estas medidas de prevención del contagio también han alterado algunas partes de la propia misa, como el momento de comulgar y de darse la paz. Según el Padre Felipe, “hemos eliminado la parte de darnos la paz durante la ceremonia para mantener la distancia de seguridad. Para comulgar, estiro el brazo y los fieles ponen la mano para que les pose la hostia en ellas”, cuenta.
Asimismo, se ha suprimido la parte de la ceremonia de la colecta. Las personas que quieran apoyar la labor de esta iglesia deberán esperar a que finalice la ceremonia y acudir a una zona habilitada en la que se encuentra un cesto en el que depositar lo que se quiere donar.
“La mayoría de las bodas se han pospuesto al año que viene»
Además de la misa, también pueden celebrarse enlaces matrimoniales, comuniones y bautizos, aunque parece que pasará algo más de tiempo hasta que se vuelvan a ver ceremonias de este tipo: “La mayoría de las bodas se han pospuesto al año que viene; algunas se mantienen para septiembre, pero son las menos. Lo mismo ocurre con las primeras comuniones y los bautismos. En todo esto también influye que hay que esperar a que abran los restaurantes completamente para que las personas quieran celebrarlo”.
Esto no es más que el principio del camino hacia la nueva normalidad, en la que se volverán a llenar las iglesias como antes de esta pandemia. El Padre Felipe dice afrontar esta etapa “con ilusión y optimismo” y confía en que consigamos seguir pasando de fase “con prudencia y siguiendo las normas”, en una época en la que, para muchos, la fe ha sido un gran refugio para afrontar las malas noticias.
Fotografías: Lorenzo Carnero | Redacción: Pablo Navarrete