Hay personas que brillan sin pretenderlo, cuya autenticidad convierte cualquier conversación en algo para recordar. Carlos Telmo es una de ellas. Relaciones públicas de vocación, amante de la gente, cazador de anécdotas y superviviente de sí mismo, ha vivido mil vidas en una. Desde su Ronda natal hasta el bullicio de Shanghái, pasando por el glamour de Marbella o los tejados de Andalucía instalando chimeneas, Telmo ha cultivado una experiencia vital difícil de encorsetar. Su vida, como él mismo, no cabe en una sola etiqueta.
Carlos Telmo encarna una mezcla exquisita de humor, melancolía, ingenio y un desparpajo sin arrogancia que resulta magnético. Le llamo “personaje” y él lo asume con orgullo, porque si algo ha hecho siempre es vivir su vida a su manera, sin pedir permiso y sin disfraz. Entre la aristocracia y la calle, entre el protocolo y la improvisación, Telmo ha transitado espacios tan dispares como ser el responsable de los VIPS en la Expo 92 de Sevilla y buscarse las habichuelas en las calles nevadas de Montreal.
Nos citamos en el hotel Ritual, en Torremolinos, una ciudad que marcó sus años jóvenes y que hoy vuelve a pisar con la misma fascinación. Este lugar, recientemente remodelado, ha recuperado parte de ese espíritu moderno y transgresor que hizo de la Costa del Sol un referente europeo. Y, como no podía ser de otra manera, Telmo ha tenido algo que ver en esa transformación.
La charla es una montaña rusa, salpicada de alergias primaverales, risas, recuerdos, confesiones y esa forma de mirar el mundo que solo tienen quienes no temen mostrarse tal como son.
Elegimos un rincón junto a la piscina: un foodtruck pintado de rosa que sirve como telón de fondo para una conversación que, como él, no encaja en ninguna clasificación.
Carlos Telmo: vivir como un arte sin guion
De Ronda al mundo: una biografía imposible de encasillar.
Carlos Telmo nunca encajó en moldes convencionales. De niño rebelde en colegio de curas a relaciones públicas de élite pasando por decorador o propietario de un chino; su biografía parece un guion de cine…
Un personaje auténtico que nunca buscó serlo. Confiesa que no ha tenido un plan de carrera. No sabe manejar el dinero, pero sí gastarlo con arte…
El regalo inesperado: su medio hijo chino
La experiencia de Carlos Telmo en la Expo de Shanghái no solo le devolvió el entusiasmo en uno de los momentos más duros de su vida. También le cambió el destino de una forma que ni él mismo imaginaba. Fue allí, en pleno torbellino diplomático, cuando conoció a quien hoy llama, con cariño, su “medio hijo chino”. “Se me pegó al hombro y ahí sigue, catorce años después”, cuenta con una sonrisa.
Ben llegó a España para pasar unos meses y se quedó para siempre. Telmo lo define como organizado, pragmático, trabajador incansable. “Es lo mejor que me he traído de China. Me ha regalado vida, compañía y alegría”, afirma.
El lujo de los de antes: estilo, educación y humor
Sevilla, Marbella, Madrid, las Ordóñez y la duquesa de Alba… Telmo ha sido testigo en primera persona de la crónica social española, pero de la de verdad, de las que salían en el Hola! cuando copaban los titulares la aristocracia, los grandes artistas y la alta sociedad. Fue y es amigo de personas de renombre. Guarda secretos que asegura se irán con él. Vale más por lo que calla que por lo que cuenta, como bien dice el refranero español.
Cree en Dios porque le interesa. Imagino que con Él sí comparte esos secretos cuando cae la noche y el silencio hace un ruido que, hasta hace poco, no había percibido.
Adora a la gente, pero también su soledad. Ha tenido amores, pero nunca ha querido compartir cama ni armario…Y ahí se debate entre si ha sido una elección meditada o mala suerte en el amor. La pescadilla que se muerde la cola.
A punto de cumplir 74 años, Telmo no reniega de la edad. La celebra. Asegura que la primavera le altera para mal, pero no deja de mirar el presente con gratitud…
Carlos Telmo representa una generación que vivió con intensidad y elegancia sin necesidad de filtros. En tiempos de apariencias, él sigue apostando por la autenticidad, aunque insiste en que quiere más seguidores Instagram.
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